Por cuarto día consecutivo, miles de personas se manifestaron y bloquearon el tráfico en Tel Aviv este miércoles para exigir al gobierno de Israel un acuerdo de tregua con el grupo terrorista palestino Hamas que permita la liberación de los cautivos en la Franja de Gaza.
Los manifestantes se congregaron con pancartas y banderas de color amarillo, la tonalidad que desde el ataque de Hamas del 7 de octubre representa a los cautivos, 97 de ellos aún retenidos en el enclave palestino, al menos un tercio ya muertos.
Pese a su insistencia, con más de 300.000 israelíes protestando en las calles el pasado domingo -cuando se dio a conocer la muerte de seis rehenes-, el primer ministro Benjamin Netanyahu remarcó el lunes ante los medios que no habrá tregua si, para ello, Israel debe retirarse de la divisoria gazatí con Egipto que ocupó hace tres meses.
Desde hace meses, Qatar, Egipto y Estados Unidos, mediadores en el conflicto, intentan convencer a Hamas e Israel de cerrar un acuerdo de alto el fuego que incluya el intercambio de rehenes en Gaza por palestinos presos en Israel.
Netanyahu culpa a Hamas de la falta de acuerdo
Netanyahu afirma que tiene en cuenta los intereses del país e insiste en que la operación militar en Gaza es la mejor forma de conseguir la libertad de los rehenes. También quiere que cualquier acuerdo mantenga a las tropas israelíes en dos franjas de Gaza, y el lunes reafirmó su insistencia en que nunca aceptará una retirada de una de esas zonas.
Hamas ha rechazado estas exigencias por considerar que rompen el acuerdo, y la condición ha provocado enfrentamientos con el propio ministro de Defensa de Netanyahu, que afirma que un acuerdo que libere a los rehenes debería ser prioritario.
Muchos israelíes acusan a Netanyahu de obstruir un acuerdo para mantenerse en el poder y afirman que, al no poner fin a la guerra, está poniendo en peligro la vida de los rehenes. “Hamas fue quien apretó el gatillo, pero Netanyahu es quien condenó (a los rehenes) a muerte”, decía un editorial el domingo en el diario liberal Haaretz.
Israel ha visto protestas semanales en solidaridad con los rehenes desde el comienzo de la guerra. Pero con el tiempo, a medida que los israelíes han tratado de volver a una apariencia de normalidad o se han preocupado por el temor a una guerra regional con Irán o el grupo terrorista Hezbollah, las protestas han disminuido en tamaño. Esto ha aliviado la presión sobre Netanyahu y las conversaciones para alcanzar un acuerdo han fracasado repetidamente.
Pero el domingo, cientos de miles de personas inundaron el centro de Tel Aviv, tocando tambores y coreando “¡Trato, ya!”. Fue la mayor manifestación que ha visto Israel al menos desde antes de la guerra, cuando los israelíes salían semanalmente a la calle para protestar contra un plan de Netanyahu para revisar el poder judicial. Aunque las protestas, unidas a una huelga general, hicieron que Netanyahu y su gobierno dieran marcha atrás o suavizaran algunas decisiones, la revisión sólo quedó en suspenso cuando estalló la guerra.
(Con información de AP, EFE y Reuters)