Las primeras autopsias de las víctimas del naufragio del yate Bayesian frente a las costas de Sicilia indican que la causa de la muerte fue ahogamiento, informaron el lunes las autoridades.
El abogado estadounidense Chris Morvillo y su esposa Neda estaban entre las siete personas que murieron cuando el Bayesian se hundió en una repentina y violenta tormenta el 19 de agosto. Las autopsias fueron realizadas por médicos forenses designados por los fiscales de Palermo, que confirmaron los resultados.
Está previsto que el miércoles se practiquen autopsias a los cadáveres de Jonathan Bloomer, presidente de la filial de banca de inversión de Morgan Stanley con sede en Londres, y de su esposa, Judy.
Están pendientes las de las otras tres víctimas, el empresario tecnológico británico Mike Lynch, que había organizado el viaje en yate para celebrar una reciente victoria jurídica, su hija de 18 años, Hannah, y el cocinero del yate, Recaldo Thomas.
Morvillo fue uno de los abogados de Lynch en Estados Unidos en un caso de fraude relacionado con la venta en 2011 de Autonomy, una empresa de motores de búsqueda que se convirtió en un símbolo del ingenio británico, a Hewlett-Packard, en una operación de 11.000 millones de dólares que rápidamente se vio empañada por las acusaciones de que Lynch había manipulado las finanzas para sobrevalorar Autonomy. Fue absuelto en junio.
La fiscalía está investigando al capitán y a dos miembros de la tripulación por su posible responsabilidad en relación con el hundimiento. El lujoso yate, de 56 metros de eslora y bandera británica, se hundió durante lo que parece haber sido una repentina corriente descendente, o viento potente localizado procedente de una tormenta eléctrica que se propaga rápidamente tras golpear la superficie. Quince personas, entre ellas la esposa de Lynch, fueron rescatadas.
Los fiscales dijeron que el examen del yate en busca de pruebas aportarán elementos clave a la investigación. No se ha determinado un calendario.
Los investigadores se concentran en determinar cómo un barco que su fabricante, el astillero italiano Perini Navi, había calificado como “insumergible” terminó hundiéndose, mientras que un barco cercano quedó prácticamente intacto.
El lunes pasado, el capitán del barco, el neozelandés James Cutfield, compareció para declarar sobre los cargos de homicidio involuntario y naufragio culposo que enfrenta. Sin embargo, Cutfield se negó a responder a los fiscales durante el interrogatorio del martes.
Al dirigirse a los reporteros, uno de los abogados del capitán, Giovanni Rizzuti, dijo: “El capitán decidió guardar silencio por dos razones fundamentales. Primero, está extremadamente agotado. Segundo, solo fuimos designados el lunes, y para ofrecer una defensa completa y adecuada, necesitamos obtener un conjunto de datos que en este momento no tenemos”.
Tim Parker Eaton, el ingeniero responsable de la seguridad del cuarto de máquinas del yate, y el marinero Matthew Griffith, quien estaba de guardia la noche del desastre, están siendo investigados por los mismos posibles cargos, según informó Mario Scopesi, el abogado de ambos.
El abogado indicó que, en cualquier caso, era muy pronto para llegar a conclusiones sobre posibles culpables: “Aún no está claro el perfil de sus posibles responsabilidades, ya que la investigación acaba de comenzar”, comentó.
(Con información de AP)