En China, la censura en línea y la represión contra los seguidores de influencers críticos al régimen se han intensificado en los últimos meses. De acuerdo con The Guardian, la policía ha estado interrogando a seguidores de blogueros liberales, marcando una expansión en la vigilancia del gobierno sobre comunidades en línea.
En julio, Duan, un estudiante universitario que anteriormente utilizó una red privada virtual (VPN) para acceder a Discord y unirse a una comunidad que discutía ideas políticas, fue detenido por la policía. Lo retuvieron durante 24 horas y lo interrogaron sobre su relación con el popular vlogger Yang Minghao, conocido en YouTube como MHYYY. Yang había promovido el uso de Discord para debates de democracia y otros sistemas políticos en sus vídeos.
Aunque Duan fue liberado sin cargos, la preocupación persiste entre los seguidores de Yang, especialmente después de que este dejó de publicar en Internet desde fines de julio. Según Maya Wang de Human Rights Watch, el nivel de interrogatorios hacia seguidores de personas influyentes es sin precedentes en China.
Li Tong, funcionario de la Oficina de Ciberseguridad del Ministerio de Seguridad Pública, declaró que 2024 será un año de campaña especial para combatir y rectificar rumores en línea. En consonancia, la provincia de Guangdong trató más de 1.000 casos de “rumores en línea” y “trolls en línea” solo en julio de este año.
El año pasado, un usuario de plataformas sociales llamado Ning Bin fue condenado a más de dos años de prisión por publicar “comentarios inapropiados” e “información falsa” en foros chinos X y Pincong. Incluso los comentaristas progubernamentales, como Hu Xijin, han sido censurados recientemente por expresar opiniones que no coinciden con la línea oficial de Beijing.
Las medidas drásticas no se limitan a los espacios digitales. En Beijing, durante la Asamblea Nacional Popular, agentes de seguridad patrullaban las calles con perros rastreadores y voluntarios monitoreaban a los peatones. La red social Weibo también bloqueó hashtags sensibles, removiendo búsquedas y comentarios críticos sobre temas delicados, informa AFP.
La insistencia en una censura rigurosa respalda la declaración del presidente Xi Jinping, quien en un discurso del año pasado afirmó que el control del Partido Comunista sobre el ciberespacio es crucial para gobernar el país.
Las represalias no solo se dirigen a quienes están en China. Li Ying, administradora de una popular cuenta en X y residente en Italia, informó que sus seguidores en China fueron citados por la policía para “tomar el té”, un eufemismo para referirse a los interrogatorios. La oficina de seguridad pública local también contactó a familiares en China de personas que residen en el extranjero, presionándolos para que convencieran a sus allegados de dejar de seguir cuentas críticas.
Otros blogueros, como el periodista Wang Zhian, también informaron que sus seguidores fueron interrogados. Wang comentó a The Guardian que la represión se ha intensificado, pasando de acosar a activistas en espacios físicos a quienes participan en línea.
Finalmente, la Administración del Ciberespacio de China, en concordancia con sus campañas anteriores, ha dirigido sus esfuerzos contra aquellos que promueven un estilo de vida lujoso en internet. Influencers populares como Wang Hongquan y Bo Gongzi han visto sus cuentas bloqueadas en plataformas como Douyin por violar las normas comunitarias, un movimiento respaldado por la censura estatal.
La Administración del Ciberespacio de China (CAC, por sus siglas en inglés) es la agencia gubernamental responsable de gestionar y supervisar el ciberespacio en China. Esta entidad se encarga de implementar políticas y regulaciones relacionadas con internet, controlar los contenidos en línea, proteger la seguridad cibernética y coordinar la respuesta a emergencias cibernéticas. El CAC opera bajo la dirección del Comité Central del Partido Comunista de China y es clave en la censura y el control de la información digital en el país.