La muerte de un joven bajo arresto policial esta semana, en el norte de Irán, ha generado polémica en el país, que hace dos años fue escenario de protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini bajo custodia, por no llevar bien puesto el velo islámico.
“El comandante de la policía de la ciudad de Lahijan fue destituido por falta de supervisión sobre el desempeño y el comportamiento de los empleados”, informó a última hora del viernes la Policía Nacional iraní en su tercer comunicado sobre la muerte de Mohammad Mir Mousavi, de 36 años.
Mir Mousavi fue arrestado el jueves de la semana pasada por una pelea callejera y perdió la vida el último martes, según medios iraníes.
Posteriormente, empezó a circular en las redes sociales, un video del supuesto cuerpo del joven, empapado en sangre y con heridas, lo que los activistas consideran signos de tortura.
Ante estas denuncias, el presidente de Irán, Masud Pezeshkian, ordenó al Ministerio del Interior a formar un comité de investigación para aclarar el caso, mientras la Policía arrestó a cinco agentes involucrados en el incidente, “por no poder controlar su ira ante los insultos y la desobediencia del acusado y por ignorar las condiciones del fallecido”.
“La causa de la muerte está siendo investigada por el médico forense, teniendo en cuenta los hechos ocurridos (la pelea) antes de la llegada de los agentes y las condiciones físicas y mentales del fallecido”, afirmó la Policía.
La detención
El jueves 22 de agosto, se informó en tres ocasiones a la comisaria de la ciudad de Lahijan de una pelea en un pueblo cercano. De acuerdo a la Policía, “el origen de la disputa fue Mir Mousavi”, cuyo coche estaba totalmente destruido y ardía en llamas.
Los agentes arrestaron a “todos los implicados” en la pelea, incluido Mir Mousavi, quien según la Policía, tiene antecedentes de “vandalismo y peleas”, además de una condena a 9 meses de prisión por enfrentarse a las autoridades que cumplían con un orden de arresto en su contra hace cuatro años.
Muerte bajo custodia
La muerte de Mir Mousavi bajo arresto ha desatado críticas en las redes sociales. Varios ex prisioneros políticos relataron sus recuerdos sobre los tratos violentos de las autoridades en los centros de detención del país.
“Durante el tiempo que estuve en la prisión de Teherán, vi a muchos presos de delitos públicos, que llegaban a la cárcel con los brazos y las piernas retos y con moretones en el cuerpo”, escribió en X, Mohammed Habibi, portavoz del Centro Sindical de Profesores de la capital iraní y ex prisionero político.
Asimismo, la conocida activista por los derechos humanos y ex prisionera Atena Daemi denunció que Mir Mousavi murió a consecuencia de “tortura”. “En las cárceles de Qarchak y Lakan vi a muchos presos por delitos públicos que fueron brutalmente torturados y luego obligados a guardar silencio con amenazas e intimidaciones”, agregó la activista.
El caso de Mir Mousavi recuerda la muerte de Mahsa Amini el 16 de septiembre de 2022, después de haber sido arrestada por violar supuestamente el estricto código islámico de vestimenta. Su muerte, tras pasar varios días en coma, provocó protestas generalizadas con la demanda inicial de mayores libertades, que fueron creciendo hasta exigir el fin de la República Islámica.
Sin embargo, tras varios meses, las manifestaciones fueron apagadas con una represión que causó la muerte de unas 500 personas y el arresto de unas 22.000, mientras que 10 manifestantes han sido ejecutados hasta la fecha.
Un comandante de la Policía iraní fue destituido
Un comandante de la Policía iraní de la provincia de Gilan, en el norte del país, fue cesado debido a la investigación llevada a cabo sobre la muerte bajo custodia de un detenido.
De momento, y según un comunicado recogido por la agencia oficial de noticias iraní, IRNA “un comandante de la Policía ha sido destituido debido a la supervisión insuficiente de la conducta y el comportamiento del personal”.
El mismo comunicado indica que “debido a la complejidad del asunto, la conclusión final sobre la causa de la muerte de Mohamad Mir Musavi depende del informe final del médico forense”.
“El comportamiento de algunos agentes de la ley ha sido contrario a la política profesional de la policía y eso no es aceptable de ninguna manera, por lo que fueron remitidos a la autoridad judicial”, ha añadido el comunicado.
El caso de la Nobel de la Paz Narges Mohammadi, herida durante una protesta en la cárcel de Evin
Esta situación recuerda el caso de la activista iraní Narges Mohammadi, premio Nobel de la Paz en 2023, quien resultó herida este mes a manos de los guardias de seguridad de la cárcel de Evin durante una protesta contra la ejecución de Gholamreza Rasaei, un joven kurdo de 34 años condenado por el asesinato de un agente de la Guardia Revolucionario durante las manifestaciones de 2022.
El incidente se ha producido cuando varios guardias del centro penitenciario, en el que la activista se encuentra encarcelada, golpearon a las reclusas del pabellón de mujeres durante la protesta. “Se dio la orden de golpear y atacar a las mujeres, especialmente a las que estaban al frente de las protestas”, explicó su familia en un comunicado.
Sin embargo, el centro penitenciario ha negado estas informaciones y ha afirmado que ninguna de las reas ha sido golpeada. Además, las ha acusado de agredir a varios guardias, según informaciones recogidas por la agencia iraní de noticias Tasnim.
Fuentes cercanas al asunto apuntan a que Mohammadi ha sufrido una “insuficiencia respiratoria” tras recibir un puñetazo en el pecho, además de un “fuerte dolor torácico” que supuso su desmayo.
Así, ha sido trasladada a la enfermería, donde ha recibido tratamiento sin ser trasladada a un hospital. “Estamos profundamente preocupados por su salud”, ha insistido su familia.
Mohammadi fue encarcelada en noviembre de 2021 y ha pasado gran parte de la última década de su vida en prisión. Su familia, que reside en París, ha dicho carecer de contacto con ella dado que se le ha prohibido realizar llamadas telefónicas.
A pesar de su encarcelamiento y de los problemas de salud a los que se enfrenta, Mohammadi ha seguido haciendo campaña y apoyando firmemente las protestas que comenzaron en septiembre de 2022.
La activista iraní fue condenada de nuevo en junio a un año de prisión por difundir mensajes contrarios al régimen y realizar “propaganda contra el Estado”, un fallo que se suma a la larga lista de cargos impuestos en su contra y que la ha llevado a ser condenada a doce años y tres meses de cárcel y 154 latigazos.
(Con información de EFE y Europa Press)