Una andanada de unos 40 cohetes fueron lanzados esta noche desde el Líbano a territorio israelí, en el último intercambio de fuego que ambos mantienen desde octubre, siendo la mayoría interceptados y sin causar víctimas, informó esta madrugada el Ejército israelí.
“Tras las sirenas que sonaron entre las 22:26 y las 23:02 (horas) en la zona de la Galilea occidental, aproximadamente 40 lanzamientos fueron identificados cruzando desde el Líbano hacia territorio israelí”, detalla el comunicado castrense. El Ejército aseguró también haber bombardeado los puntos de lanzamiento en el suroeste del Líbano, en concreto, en las áreas de Naqoura, Tayr Harfa y Yaroun, entre otras.
En Tayr Harfa, el Ejército dijo ayer también haber atacado una estructura militar, después de que entraran en ella supuestos miembros de Hezbollah. Además, la artillería atacó varios lanzadores de cohetes supuestamente “listos para usar” en las áreas de Maryamine y Yaroun, en el sur del país vecino.
Hezbollah lanza diariamente -desde el inicio de la guerra en Gaza- cohetes contra Israel, a los que este responde con fuerza y ya ha causado la muerte a más de 120 civiles libaneses, incluidos 19 menores y tres periodistas, además de a cerca de 400 hombres de Hezbollah, entre otras milicias. En Israel han muerto 50 personas en el norte: 24 militares y 26 civiles, incluidos 12 menores o adolescentes en un ataque en los Altos del Golán sirios ocupados.
El pasado 25 de agosto, el riesgo de una guerra regional aumentó significativamente, después de que Israel bombardease el sur del Líbano con más de 100 aviones de combate, adelantándose a un inminente ataque en represalia a gran escala contra el norte y centro del país.
La milicia proiraní había prometido este ataque casi un mes atrás, en venganza por el asesinato del máximo comandante militar de Hezbollah, Fuad Shukr, en un bombardeo israelí el 30 de julio a las afueras de Beirut. Hezbollah dijo haber lanzado más de 300 proyectiles, mientras el Ejército israelí detectó unos 210 cohetes y 20 drones explosivos; interceptados en su mayoría. Esa jornada dejó cuatro muertos: tres en el sur de Líbano, uno de los cuales era un miliciano del grupo chií Amal, y un soldado de la Marina israelí.
Por otra parte, Médicos sin Fronteras (MSF) ha expresado este viernes su preocupación por la crisis humanitaria en Gaza, donde miles de palestinos sobreviven en condiciones extremas en una “zona segura” designada por Israel. Desde el estallido del conflicto entre Israel y Hamas el pasado 7 de octubre, una multitud de personas se han visto obligados a abandonar sus hogares, enfrentándose a la carencia de recursos básicos.
Jacob Granger, coordinador de proyectos de MSF, informó que en la zona de Al Mauasi, situada en el oeste de Gaza, se observan signos de desnutrición y escasez crítica de agua potable y servicios sanitarios.
“A la gente no le quedan pertenencias, no tiene adónde ir. No hay sitio para montar tiendas”, lamentó, señalando el riesgo elevado de enfermedades debido al hacinamiento y la falta de condiciones higiénicas adecuadas.
Desde el 1 de julio, las fuerzas israelíes han emitido al menos 16 órdenes de evacuación forzada en Gaza. Según datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), un 86% de la población del enclave ha sido víctima de estas órdenes desde el inicio del conflicto. En la primera quincena de agosto, las evacuaciones forzadas afectaron a 213.000 palestinos, situación que ha agravado aún más la crisis humanitaria en la región.
Julie Faucon, coordinadora médica de MSF, subrayó que los constantes bombardeos están reduciendo el espacio seguro para la población, lo que exacerba las condiciones ya de por sí deplorables. “Los bombardeos y el hacinamiento empeoran la situación y las enfermedades seguirán propagándose, afectando sobre todo a los más vulnerables, como los niños”, advirtió.
(Con información de EFE)