El ejército de Liberación de Baluchistán reivindicó el ataque terrorista más sangriento en Pakistán y amenaza con más

Un grupo separatista se atribuyó el martes la responsabilidad del día más mortífero en la historia reciente en Baluchistán, Pakistán, y advirtió que se avecinan ataques “aún más intensos y generalizados”, mientras que el primer ministro declaró que no habrá conversaciones de paz con los insurgentes que también han atacado proyectos financiados por China allí.

Los múltiples ataques en el suroeste de Pakistán causaron la muerte de más de 50 personas, en su mayoría civiles. El grupo ilegalizado Ejército de Liberación de Baluchistán insistió en que no causó daños a civiles y afirmó que 800 de sus combatientes bien entrenados participaron en los tiroteos y atentados que comenzaron el domingo por la noche.

Los ataques indican que el BLA, que ha atacado a las fuerzas de seguridad durante años con ataques en pequeña escala y está aliado con los talibanes paquistaníes, ahora está mucho más organizado.

Pero el primer ministro Shehbaz Sharif dijo en una reunión del gabinete que no habría conversaciones de paz con el grupo. Y el ministro del Interior, Mohsin Naqvi, dijo a los periodistas en Quetta, la capital de Baluchistán, que no era necesaria una operación a gran escala y que los insurgentes podían ser eliminados por la policía.

El ministro jefe provincial, Sarfraz Bugti, dijo que 53 personas, incluidas las fuerzas de seguridad, murieron en los ataques que provocaron la condena a nivel nacional. El lunes, dijo que las operaciones contra los insurgentes continuaban y que “aquellos que mataron a nuestros civiles inocentes y a nuestros agentes de seguridad serán castigados con toda la fuerza”.

El primer ministro dijo que los ataques en Baluchistán buscan dañar los proyectos de desarrollo financiados por China en el marco del Corredor Económico China-Pakistán, que incluye carreteras y sistemas ferroviarios para conectar la región occidental china de Xinjiang con el puerto de Gwadar, en el suroeste de Pakistán, en el Mar Arábigo. En los últimos años, el BLA y otros militantes han atacado a ciudadanos chinos que trabajan en proyectos del CPEC.

A algunos de los muertos en los últimos ataques se les ordenó bajar del transporte local y fueron fusilados, dijo un testigo.

Sakina Nazir dijo que viajaba en un autobús con su marido cuando unos hombres armados le hicieron señas al conductor para que se detuviera. Dijo que los hombres armados entraron en el autobús, comprobaron los documentos de identidad nacionales de los pasajeros y ordenaron a algunas personas que salieran, entre ellas su marido. Minutos después, los supervivientes oyeron disparos.

Baluchistán ha sido escenario durante mucho tiempo de una insurgencia prolongada, en la que diversos grupos separatistas han perpetrado ataques principalmente contra las fuerzas de seguridad. Los separatistas exigen la independencia del gobierno central.

El mismo martes, el ejército paquistaní informó que sus tropas mataron a 25 militantes en los últimos días en el noroeste del país. En un comunicado, indicó que cuatro soldados también murieron en el tiroteo en Khyber, un distrito de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, cerca de la frontera con Afganistán.

Sharif, ha subrayado este martes la necesidad de actuar con firmeza contra las organizaciones responsables de los últimos ataques que han dejado en la provincia de Baluchistán al menos 60 muertos. “Ha llegado el momento de acabar con este terrorismo”, ha destacado.

“Tenemos que avanzar resueltamente. No hay lugar para la debilidad”, ha declarado en una reunión de gobierno en Islamabad en la que apeló a la “unidad” de todo el país para hacer a unos hechos, ante los que es insuficiente cualquier grado de condena. “Se equivocan si creen que van a imponer su control”, ha advertido.

Sharif también ha asegurado que estos ataques han ido dirigidos en contra de todos los paquistaníes y no solo contra una comunidad en concreto, como se cree, después de que afectaran principalmente a personas procedentes de la región de Punjab, recoge el diario ‘Dawn’.

“El único objetivo de sus nefastos e impuros objetivos es detener el camino del progreso”, ha dicho Sharif, haciendo referencia a los ataques que han sufrido también algunos de los proyectos que Pekín ha comenzado a levantar en el país. Quieren “crear distancia entre Pakistán y China”, ha dicho.

Sharif ha prometido que se pondrán a disposición de las fuerzas de seguridad todos los recursos necesarios, aunque esto signifique reducir la inversión en otras áreas. “Los terroristas no tienen cabida. Pase lo que pase, serán erradicados por completo de este país”, ha enfatizado.

(con información de AP y EP)