Al menos 66 personas murieron en las últimas 24 horas en Pakistán en una jornada trágica marcada por varios ataques insurgentes contra civiles y contra las fuerzas de seguridad, especialmente en la provincia sureña de Baluchistán, una región conflictiva que ha vivido un repunte de la violencia en los últimos años.
Las acciones insurgentes comenzaron poco antes de la medianoche del domingo al lunes, aunque algunos enfrentamientos con las tropas paquistaníes continuaron hasta este lunes, informaron hoy fuentes policiales.
El primer incidente tuvo lugar anoche en la provincia sureña cuando un grupo de “unos 25 hombres armados” bloqueó una carretera y comenzó a revistar los documentos de identidad de los conductores y pasajeros.
En total, los insurgentes mataron a 22 personas y dejaron a otra cinco heridas, agregó el agente, que precisó que 20 de los fallecidos procedían del Punjab paquistaní.
Ningún grupo insurgente ha reivindicado por el momento la autoría del ataque, aunque es similar a otros registrados en la misma provincia en el último año.
El Ejército de Pakistán indicó este lunes en un comunicado que respondió “de inmediato” al suceso y mató a 21 terroristas “en las operaciones de limpieza posteriores”.
Sin embargo, afirmó que diez soldados y cuatro miembros de las fuerzas del orden murieron en enfrentamientos con insurgentes, sin desvelar el lugar donde tuvieron lugar los operativos, que, según el Ejército, siguen en marcha.
Previamente, fuentes policiales habían confirmado un asalto insurgente a una instalación militar en el distrito costero de Lasbela, así como otro enfrentamiento en Kalat, más cercano a la frontera con Afganistán.
El asalto fue reivindicado este lunes en un comunicado por el principal grupo separatista de la región, el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), que aseguró haber tomado “el control total de todas las carreteras principales de Baluchistán” y que 56 militares habían muerto y decenas habían resultado heridos.
La formación insurgente anunció, además, el lanzamiento de una operación a gran escala en toda la provincia.
Medios paquistaníes reportaron también choques entre insurgentes y las fuerzas de seguridad en varias localidades de Baluchistán. Además, la voladura de un puente ferroviario en el distrito de Bolan obligó a suspender los servicios de tren con las provincias de Sindh y Punjab.
El oficial del control policial de Quetta, la capital provincial, Muhammed Ramzan, dijo que hallaron los cadáveres de tres civiles debajo del puente dañado, mientras que recuperaron otros tres cuerpos sin vida de civiles cerca de la autopista, que tenían señales de haber sufrido muertes violentas, aunque aseguró desconocer el motivo.
Estas acciones coinciden con el 18 aniversario de la muerte de un popular líder baluchi en una operación del Ejército paquistaní, que tuvo lugar el 26 de agosto de 2006.
Paralelamente, la provincia norteña de Khyber Pakhtunkhwa, junto a Baluchistán la única que comparte frontera con Afganistán, reportó este lunes la explosión de una bomba en un mercado que se saldó con la muerte de tres personas, además de 18 heridos.
“A las 11:35 hora local (6:35 GMT) explotó una bomba en pleno bazar de Razmak, donde murieron tres personas y otras 18 resultaron heridas”, dijo Rehan Ullah, el jefe de la comisaría local de esta localidad.
La fuente explicó que la detonación tuvo lugar cuando el mercado se encontraba más concurrido, y precisó que la mayoría de los heridos pudieron recibir tratamiento en un hospital local.
Baluchistán, donde operan grupos insurgentes que luchan por la independencia de la región, es junto con Khyber Pakhtunkhwa una de las provincias de Pakistán que han experimentado un mayor aumento de la violencia en los últimos años.
Islamabad acusa a los talibanes afganos, que tomaron el control de Kabul en agosto de 2021, de dar cobijo a grupos insurgentes como sus hermanos ideológicos paquistaníes, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP).
(Con información de EFE)