Las autoridades francesas han detenido a Pavel Durov, el multimillonario nacido en Rusia y cofundador de la aplicación de mensajería Telegram, en el aeropuerto de Le Bourget, cerca de París. Según informó CNN, la detención se produjo el sábado por la noche cuando Durov regresaba de Azerbaiyán en un jet privado.
Pavel Durov nació el 10 de octubre de 1984 en Leningrado, hoy San Petersburgo, Rusia. Es hijo de un destacado filólogo. Pavel mostró desde joven un gran interés por la tecnología y la informática. Estudió en la Universidad Estatal de San Petersburgo, donde se graduó en 2006 con una licenciatura en Filología. Fundó Telegram en agosto de 2013 junto a su hermano Nikolai Durov. Actualmente, la plataforma cuenta con más de 950 millones de usuarios en todo el mundo.
Antes de Telegram, fue conocido como el “Mark Zuckerberg ruso” tras el éxito de VKontakte (VK), una red social muy popular en Rusia y otros países europeos. Sin embargo, Durov tuvo que abandonar su país en 2014 después de rechazar las demandas del gobierno ruso de cerrar cuentas de la oposición y proporcionar datos personales al FSB, el servicio de seguridad ruso.
Desde entonces, Durov ha vivido principalmente en el extranjero, manteniendo una postura de defensa férrea de la libertad de expresión y la privacidad en línea. Además de su trabajo en Telegram, es conocido por su estilo de vida reservado y sus opiniones firmes sobre la descentralización de internet y la resistencia a la vigilancia estatal. Durov también es conocido por ofrecer recompensas económicas a quienes encuentren vulnerabilidades en la aplicación, promoviendo así un entorno más seguro para los usuarios.
Durov se autodenomina “libertario” y ha adoptado prácticas de vida minimalista, renunciando a la mayoría de sus posesiones materiales.
Después de dejar Rusia, ha adquirido ciudadanía en varios países, incluyendo San Cristóbal y Nieves, lo que le permite mayor libertad de movimiento y evita la jurisdicción de gobiernos que intentan controlarlo.
Según Forbes, el patrimonio neto de Durov se estima en 15.000 millones de dólares, y en la actualidad reside en Dubái. Su vida personal también ha generado interés: en julio, Durov publicó en su canal de Telegram que es padre de más de 100 niños tras haber donado esperma a una clínica de fertilidad hace 15 años.
La detención está relacionada con una orden de arresto emitida en Francia debido a la presunta falta de moderación de contenidos en Telegram. Las acusaciones incluyen que la plataforma se ha utilizado para actividades delictivas como lavado de dinero, tráfico de drogas y distribución de pornografía infantil. Le Monde informó que las autoridades están investigando el papel de Telegram en facilitar estas actividades ilícitas y su falta de colaboración con fuerzas de seguridad.
Telegram es una aplicación de mensajería instantánea enfocada en la velocidad y la seguridad. Lanzada en 2013, permite enviar mensajes, fotos, videos y archivos de cualquier tipo. Es conocida por sus características de privacidad, incluyendo la posibilidad de autodestruir mensajes y la encriptación de extremo a extremo en chats secretos. También permite la creación de grupos grandes y canales para la difusión masiva de información.
Su popularidad se debe a su versatilidad, seguridad y a la innovación constante con funciones como bots y supergrupos. Telegram ha implementado numerosas innovaciones, como los pagos integrados, las videollamadas y la capacidad de almacenar archivos en la nube de manera ilimitada y gratuita.
A pesar de su popularidad, Telegram genera polémicas principalmente debido a su enfoque en la privacidad y en la encriptación de mensajes, lo que dificulta el monitoreo por parte de autoridades y gobiernos. La plataforma ha enfrentado críticas por su falta de moderación y por ser refugio de grupos extremistas y criminales. En 2015, después de los atentados en París por el Estado Islámico, Telegram cerró varios canales asociados a ese grupo. Sin embargo, informes recientes como los de The Washington Post señalaron redes de usuarios que compartían contenido inapropiado y dañino, lo que intensificó las preocupaciones sobre la seguridad en la plataforma.
Telegram respondió con un comunicado en el que defiende a su fundador, afirmando que Durov “no tiene nada que ocultar” y que la plataforma cumple con las leyes de la Unión Europea, incluida la Ley de Servicios Digitales. “Es absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables de los abusos cometidos en ella”, añadió la compañía.
“El CEO de Telegram, Pavel Durov, no tiene nada que ocultar y viaja con frecuencia por Europa. Es absurdo afirmar que una plataforma o propietario son responsables del abuso de esa plataforma.”
“Telegram acata las leyes de la UE, incluida la Ley de Servicios Digitales: su moderación está dentro de los estándares de la industria y mejora constantemente. El CEO de Telegram, Pavel Durov, no tiene nada que ocultar y viaja con frecuencia por Europa. Es absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables del abuso de esa plataforma. Esperamos una pronta resolución de esta situación”.
La Justicia de Francia justificó la detención de Durov en el aeropuerto por su aparente resistencia a cooperar en investigaciones sobre actividades delictivas llevadas a cabo a través de Telegram. La secretaria de la oficina antifraude francesa, adscrita a la aduana, alegó que este tipo de plataformas digitales debe ser más proactiva en la lucha contra el crimen organizado y la protección de los menores.
La posible prolongación de la detención se evaluará durante las próximas horas, mientras la Fiscalía de París se prepara para emitir un comunicado formal. Rusia ha criticado la falta de cooperación de Francia en el acceso a Durov, lo que suma una dimensión diplomática a la ya compleja situación.
Durov siempre se ha mostrado reacio a moderar los contenidos en Telegram, promoviendo la plataforma como un espacio de “libertad de expresión”. Este principio ha atraído tanto a activistas pro-democracia como a usuarios con fines menos nobles, lo que sitúa a Telegram en el centro del debate sobre la responsabilidad de las plataformas digitales en el control de contenido.