Israel bombardeó intensa y preventivamente la madrugada del domingo el sur de Líbano, con más de 100 aviones de combate para frustrar un “ataque inminente” de Hezbollah, y destruyó miles de lanzaderas que apuntaban al norte y centro del país mientras el grupo terrorista logró disparar unos 300 proyectiles en la mayor escalada bélica entre las partes en casi dos décadas.
“Identificamos una amplia preparación de Hezbollah para disparar contra el frente interno israelí. Tras una exhaustiva identificación, la Fuerza Aérea israelí y el Comando Norte comenzaron a atacar de forma amplia y proactiva objetivos del grupo para eliminar las amenazas dirigidas a los ciudadanos de Israel”, confirmó el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari.
Tanto Israel como Hezbollah dijeron que apuntaron solo a objetivos militares. El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, dijo que el ataque había demorado para darle oportunidad a las negociaciones para un cese al fuego en Gaza y para que los grupos bajo tutela del régimen de Irán puedan discutir con Teherán sobre atacar a Israel todos al mismo tiempo. También influyó el despliegue de fuerzas militares israelíes y estadounidenses.
Dijo que el objetivo había sido una base de la inteligencia militar israelí cerca de Tel Aviv. Hezbollah, al igual que Hamas, es respaldado por Irán.
“Ahora nos reservamos el derecho a responder en otro momento” si no se cumplen los objetivos del ataque del domingo, dijo Nasrallah, añadiendo que los rebeldes hutíes en Yemen —y el propio Irán— no han respondido. Pero dijo al pueblo libanés: “En esta etapa actual, el país puede tomarse un respiro y relajarse”.
El ejército israelí dijo que su base de inteligencia cerca de Tel Aviv no fue alcanzada. Dijo que un soldado con la Armada fue muerto y que otros dos resultaron heridos ya sea por un interceptor o por esquirlas. Murieron dos combatientes de Hezbollah y uno de otro grupo aliado, dijeron los grupos.
Luego ambas partes parecieron retroceder, indicando que no habrá una mayor escalada inmediata, pero la situación siguió siendo tensa. El intenso intercambio se registra al momento en que Egipto acoge conversaciones de alto nivel para lograr un alto el fuego en la guerra que Israel y Hamas mantienen desde hace 10 meses en Gaza, lo que los diplomáticos esperan que reduzca las tensiones regionales.
El ejército israelí indicó que había atacado porque Hezbollah planeaba lanzar una fuerte oleada de cohetes y misiles hacia Israel. Poco después, el grupo terrorista anunció que había lanzado un ataque contra posiciones militares israelíes como respuesta inicial a la muerte de Fouad Shukur, uno de sus fundadores, en un ataque aéreo israelí en Beirut el mes pasado. Nasrala dijo que habrá más ataques “porque todavía faltan las respuestas de Irán y Yemen”.
Para mediodía, el intenso intercambio había terminado, y ambas partes afirmaron que sólo habían apuntado a objetivos militares. Al menos tres personas murieron en los ataques contra Líbano.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu dijo que el ejército había eliminado miles de cohetes que apuntaban al norte de Israel y derribado drones que se dirigían al centro del país. Sostuvo que esto marca otro paso hacia cambiar la situación a lo largo de la frontera.
“Repito: este no es el final de la historia”, añadió. El presidente israelí Isaac Herzog dijo a la emisora CBS que las acciones israelíes “evitaron una escalada y una guerra mayor”, pero que la amenaza perdura.
Sirenas antiaéreas y vuelos desviados
Las sirenas de ataque aéreo se activaron en el norte de Israel, y el Aeropuerto Internacional Ben-Gurion cerró y desvió los vuelos durante cerca de una hora por el ataque. El Mando del Frente Interior de Israel elevó el nivel de alerta en el norte de Israel, pero posteriormente levantó las restricciones en la mayoría de las áreas.
El teniente coronel Nadav Shoshani, portavoz militar israelí, declaró que Hezbollah había intentado atacar objetivos en el norte y el centro de Israel. Afirmó que las evaluaciones iniciales habían revelado “muy pocos daños” en Israel, pero que el ejército seguía en alerta máxima. Afirmó que unos 100 aviones israelíes participaron en los ataques del domingo.
Algunos israelíes quedaron conmovidos. En la ciudad norteña de Acre, Saadia Even Tsur, un maestro jubilado de 76 años de edad, dijo que estaba en la sinagoga cuando su habitación resultó dañada, y que llegó a casa unos cinco minutos después. “Subí y vi la magnitud del milagro que me ocurrió”, relató. Una ventana estaba rota y había escombros encima de su cama.
Dos combatientes de Hezbollah y un miliciano de un grupo aliado murieron, afirmaron los grupos. El Ministerio de Salud libanés señaló que dos personas resultaron heridas.
Hezbollah dijo que su ataque incluyó más de 320 cohetes Katyusha dirigidos contra múltiples sitios en Israel y un “gran número” de drones. Dijo que la operación apuntaba a “un objetivo militar israelí cualitativo que se anunciará más adelante”, así como a “sitios y cuarteles enemigos y plataformas de la Cúpula de Hierro (defensa antimisiles)”.
Hezbollah subrayó que los ataques le permitirán lanzar más ataques hacia el interior de Israel, pero un comunicado posterior anunció que “las operaciones militares de hoy han concluido”. Rechazó la afirmación de Israel de haber frustrado un ataque mayor, y ni Israel ni Hezbollah proporcionaron pruebas de sus propias afirmaciones.
Después de una reunión de emergencia del gobierno, el ministro interino de Economía del Líbano, Amin Salam, dijo que los funcionarios se “sentían un poco más optimistas” acerca de una reducción de la tensión.
“Nos sentimos más tranquilos porque ambas partes confirmaron que las operaciones previstas terminaron y sabemos que las negociaciones en El Cairo son muy serias”, afirmó.
El presidente estadounidense Joe Biden estaba “siguiendo de cerca los acontecimientos en Israel y el Líbano”, según Sean Savett, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.
El Pentágono dijo que el secretario de Defensa, Lloyd Austin, habló con su homólogo israelí Yoav Gallant sobre las defensas de Israel. El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general CQ Brown, llegó a Israel el domingo en la noche para lo que según el ejército israelí dijo serían “preparaciones conjuntas en la región como parte de la respuesta a las amenazas en el Medio Oriente”.
La guerra abierta parece haberse evitado por ahora
Randa Slim, miembro sénior del Instituto de Oriente Medio, con sede en Washington D.C., afirmó que el intercambio del domingo por la mañana “sigue dentro de las normas de enfrentamiento y es improbable que en este momento desemboque en una guerra total”.
Danny Citrinowicz, un experto del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel, dijo que Hezbollah podría estar intentando “equilibrar la ecuación sin escalar a una guerra”. Cada lado ahora espera que su narrativa sea suficiente para declarar la victoria y evitar una confrontación más amplia, dijo.
Hezbollah comenzó a atacar Israel casi inmediatamente después de que estallara la guerra con Hamas, desencadenada por un ataque transfronterizo del grupo palestino perpetrado el 7 de octubre. Israel y Hezbollah han intercambiado fuego casi a diario, desplazando a decenas de miles de personas a ambos lados de la frontera.
Se cree que Hezbollah, que luchó contra Israel hasta un punto muerto en el verano de 2006, es mucho más poderoso ahora que durante ese conflicto. Estados Unidos e Israel estiman que tiene unos 150.000 cohetes y que es capaz de impactar en cualquier lugar dentro de Israel. El grupo también ha desarrollado drones capaces de evadir las defensas de Israel, así como municiones guiadas con precisión.
Israel ha prometido una respuesta aplastante a cualquier ataque importante de Hezbollah. Tiene un extenso sistema de defensa antimisiles de varios niveles y cuenta con el respaldo de una coalición liderada por Estados Unidos que le ayudó a derribar cientos de misiles y drones disparados desde Irán a principios de este año. El ejército estadounidense ha estado aumentando sus fuerzas en toda la región en las últimas semanas.
Hezbollah es un aliado cercano de Irán, que también ha amenazado con tomar represalias contra Israel por el asesinato de un alto líder de Hamas, Ismail Haniyeh, en una explosión en Teherán el mes pasado. Israel no ha dicho si estuvo involucrado.
Medios estatales iraníes resaltaron el domingo el ataque de Hezbollah, calificándolo de exitoso, pero no hubo comentarios inmediatos de las autoridades de Irán.
Estados Unidos y otros mediadores consideran que un alto el fuego en Gaza es clave para evitar una conflagración más amplia en Oriente Medio. Hezbollah ha declarado que detendrá sus ataques contra Israel si se produce un alto el fuego en Gaza.
Egipto está acogiendo conversaciones de alto nivel en El Cairo el domingo con el fin de reducir la brecha entre una propuesta de tregua y la liberación de decenas de rehenes en manos de Hamas. Se prevé que a las conversaciones acudan el director de la CIA, William Burns, y el jefe de la agencia de inteligencia israelí Mossad, David Barnea.
Hamas envió una delegación a la capital egipcia para recibir información de los mediadores egipcios y qataríes, pero no participa directamente en las negociaciones.
(Con información de AP y EFE)