El gobierno de Filipinas acusó este sábado al régimen de China de disparar bengalas contra una de sus aeronaves durante patrullajes realizados este mes en el Mar Meridional, una región en disputa entre ambos países. Este incidente se suma a una serie de tensiones que han conducido a confrontaciones marítimas, incrementando el temor a un conflicto armado que podría involucrar a Estados Unidos, aliado militar de Manila.
Según informó la Fuerza Nacional de Tareas para el Mar de Filipinas Occidental, el 19 de agosto un avión de la Oficina de Pesca y Recursos Acuáticos (BFAR) fue objeto de maniobras irresponsables y peligrosas por parte de un caza chino mientras llevaba a cabo un vuelo de concienciación sobre el dominio marítimo cerca del banco de arena Scarborough.
La fuerza de tareas denunció que el hostigamiento chino incluyó el lanzamiento de bengalas a una “distancia peligrosamente cercana de aproximadamente 15 metros” del avión filipino, un Cessna Grand Caravan civil, que estaba operando dentro de la Zona Económica Exclusiva.
El 22 de agosto, la misma aeronave filipina fue atacada nuevamente con bengalas lanzadas desde el arrecife Subi, controlado por China, mientras monitoreaba e interceptaba a presuntos pescadores ilegales que operaban en aguas filipinas.
En respuesta a estas provocaciones, Manila instó a Beijing a “cesar de inmediato todas las acciones provocadoras y peligrosas que amenazan la seguridad de los barcos y aeronaves filipinas involucradas en actividades legítimas y regulares dentro de su territorio y Zona Económica Exclusiva”.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino afirmó que dos aviones militares filipinos ingresaron en su espacio aéreo sobre el arrecife Subi el 22 de agosto, y que se tomaron “contramedidas necesarias de acuerdo con la ley para proteger su propia soberanía y seguridad”. Sin embargo, el régimen de Beijing no hizo mención alguna del incidente ocurrido el 19 de agosto sobre Scarborough, una zona que Beijing tomó del control filipino tras un enfrentamiento en 2012.
La creciente hostilidad entre ambas naciones ha escalado, especialmente tras otro incidente el mismo 19 de agosto, cuando barcos de la guardia costera de Filipinas y de China colisionaron cerca del banco de arena Sabina, provocando daños estructurales en ambas embarcaciones filipinas.
El contralmirante Jay Tarriela, portavoz de los guardacostas filipinos, afirmó que el navío chino abrió un agujero en el casco del buque BRP Bagacay, durante la primera colisión.
En la segunda colisión, abolló el buque y dañó sus barandillas, así como el casco y el tubo de escape de otro barco filipino, el BRP Engano.
Este hecho se suma a un largo historial de agresiones, como lo ocurrido en junio, cuando un marinero filipino perdió un dedo en una confrontación con la guardia costera china, que utilizó armas blancas y confiscó equipo filipino en el bajo de arena Thomas.
Filipinas ha denunciado en múltiples ocasiones que las acciones de China no solo son ilegales, según un fallo del tribunal internacional que desestima las reclamaciones chinas sobre la mayor parte del Mar del Meridional, sino que además socavan la paz y seguridad regional.
Las acciones de China han sido condenadas no solo por Filipinas, sino también por otros países como Estados Unidos, Australia y Canadá, cuyas fuerzas también han reportado incidentes similares en la región mientras promueven la libertad de navegación y sobrevuelo.
China, por su parte, ha rechazado estos despliegues militares, calificándolos como una amenaza para la seguridad regional.
(Con información de AFP)