El turismo ha alcanzado niveles críticos en diversas regiones del mundo durante el verano de 2024, provocando un cúmulo de problemas para residentes y administradores locales. En Sintra, Portugal, más de tres millones de turistas visitan anualmente esta pintoresca zona, congestionando sus estrechas calles y saturando sus servicios.
A medida que los viajeros se aglomeran en destinos turísticos, la Organización Mundial del Comercio informa que las economías locales se ven abrumadas. Fenómenos como el “turismo de venganza” post-pandemia y las campañas de visas doradas han incrementado drásticamente el número de viajeros, afectando negativamente la infraestructura y elevando los precios de la vivienda, como informaron CBS News y The Washington Post.
En ciudades como Venecia, Italia, se ha implementado una tarifa para los turistas en un intento de controlar la afluencia. Este tipo de medidas se están replicando globalmente en un esfuerzo por mitigar el impacto de masas de visitantes en zonas históricas y frágiles. De igual manera, en Barcelona, se han presenciado protestas dirigidas contra turistas, con activistas usando pistolas de agua para llamar la atención sobre los problemas derivados del exceso de visitantes, reportó The Washington Post.
Manifestaciones de este tipo han surgido también en otros lugares, con protestas visualmente críticas que exigen a las autoridades gestionar mejor el flujo turístico para prevenir el desplazamiento de poblaciones locales y la sobrecarga de servicios esenciales. En Japón, el gobierno ha tomado medidas adicionales, al restringir el acceso de turistas a ciertos callejones en Kioto y limitando el número de personas que ascienden al monte Fuji, según CBS News.
El auge del turismo ha generado una economía local desbordada en ciudades como Sintra, donde la congestión ha llegado a generar situaciones de aislamiento entre los residentes. Martinho de Almada Pimentel, quien reside en la histórica Casa do Cipreste heredada de su bisabuelo, expresa su frustración por el caos turístico, destacando que ahora se siente más aislado que durante la pandemia de COVID-19 debido a la gran invasión de turistas, informó CBS News.
Las políticas implementadas por las administraciones locales a menudo son insuficientes para controlar el desbordamiento del turismo. En Sintra, las autoridades han reducido el número de boletos vendidos para sitios históricos como el Palacio de Pena y han establecido más espacios de estacionamiento lejos del centro de la ciudad, con miras a descongestionar las áreas más visitadas. Sin embargo, según los residentes agrupados en la asociación QSintra, estas medidas no han bastado para restaurar la calidad de vida antes del auge turístico, se reportó en CBS News.
El impacto del “sobreturismo” no es un fenómeno aislado; lugares desde España hasta Sudáfrica experimentan un aumento vertiginoso en los precios de la vivienda, impulsado por la proliferación de alquileres a corto plazo, como los que ofrece Airbnb. Este fenómeno ha generado una reacción negativa contra los modelos de negocio que priorizan más el beneficio económico sobre el bienestar de los residentes, según informó el profesor de turismo Michael O’Regan a The Washington Post.
En respuesta, algunas localidades están promoviendo el “turismo de calidad”, el cual busca visitantes más conscientes y respetuosos con los residentes, minimizando comportamientos disruptivos. Este esfuerzo es especialmente notable en lugares que aún no son populares entre los turistas, como Mongolia, que ha visto un aumento significativo en las visitas después de lanzar una campaña para atraer turistas extranjeros, informó CBS News.
Las complejidades del turismo excesivo reflejan una lucha mundial por atraer turistas mientras se manejan las consecuencias negativas que trae consigo. Sin una gestión adecuada, las ciudades y regiones afectadas podrían enfrentar serios problemas de infraestructura y conflictos entre residentes y visitantes. La situación actual lleva a expertos como O’Regan a criticar la falta de respuestas adecuadas por parte de los políticos y a poner en cuestión hasta qué punto el término “sobreturismo” sigue siendo aplicable o efectivo para describir el fenómeno, según informes de CBS News y The Washington Post.