Tras reunirse este sábado con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Sirski, el presidente Volodimir Zelensky destacó la “importancia” de que los países aliados retiren las prohibiciones impuestas a Kiev en el uso de armas occidentales para así poder debilitar a Rusia.
En un mensaje publicado en su canal de Telegram tras su reunión vespertina con Sirski, Zelensky señaló que es “indudablemente importante para nosotros que nuestros socios retiren las barreras que nos impiden debilitar las posiciones rusas como requiere la guerra”.
Aludía así el jefe de Estado ucraniano al uso de las armas occidentales de largo alcance que entregaron a Kiev distintos gobiernos aliados como Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido.
“Las capacidades de largo alcance para nuestras fuerzas son la respuesta a los asuntos más importantes, a todos los asuntos más estratégicos de esta guerra”, dijo Zelensky a cuenta de la incapacidad de Kiev de usar esas armas como quisieran en el Ejército y administración de Ucrania.
“El coraje de nuestros guerreros, la resiliencia de nuestras brigadas de combate compensan actualmente la falta de la toma de decisiones de nuestros socios”, manifestó el presidente ucraniano. “Y podríamos privar al ocupante de cualquier oportunidad de avanzar y causar grandes daños si nuestras capacidades de largo alcance fueran suficientes”, añadió.
Incursión en Kursk
Por otra parte, Zelensky afirmó este sábado que el Ejército ucraniano está reforzando sus posiciones en la región rusa de Kursk, más de diez días después del lanzamiento de una ofensiva de gran envergadura en suelo ruso.
“El general Sirski informó sobre el fortalecimiento de las posiciones de nuestras fuerzas en la región de Kursk y la extensión del territorio estabilizado”, escribió Zelensky en Telegram, al término de la reunión con el comandante en jefe del ejército ucraniano. El viernes, Sirski aseguró que sus tropas avanzaron “entre uno y tres kilómetros” y capturaron soldados rusos.
El presidente Vladimir Putin ordenó hace varios días a sus hombres “expulsar” a las fuerzas ucranianas del territorio ruso.
Ucrania afirma que busca obligar a Moscú retirar tropas de otras partes del frente, crear una “zona de amortiguación” para detener los bombardeos en la frontera y, sobre todo, utilizar los territorios rusos conquistados para forzar al Kremlin a iniciar negociaciones “justas”. Pero las conversaciones entre ambas partes están completamente estancadas desde la primavera de 2022.
Ante el avance sin precedentes de las fuerzas ucranianas en tierras rusas, decenas de miles de civiles huyeron, ya sea por sus propios medios o asistidos por los servicios locales, de los pueblos fronterizos de la región de Kursk.
Según Kiev, las tropas ucranianas tomaron el control de 82 localidades y 1.150 kilómetros cuadrados de la región en una ofensiva que sorprendió a Moscú y constituye la mayor operación militar extranjera en suelo ruso desde la Segunda Guerra Mundial.
“Actitud anti-escalada”
El gobierno de Polonia, aliado de Zelensky, advirtió que Ucrania está cosechando “enormes ganancias políticas” con su ofensiva militar en el oeste de Rusia, pero la incursión no está alterando el enfoque de Occidente contra una escalada.
“Esta ofensiva no cambia la actitud anti-escalada de Occidente”, dijo el ministro del Interior polaco, Tomasz Siemoniak, en una entrevista con Reuters a última hora del viernes sobre si los avances militares de Kiev podrían cambiar la postura de sus aliados sobre el uso de las armas que suministran para su guerra con Rusia.
Los gobiernos occidentales que proporcionan ayuda militar a Ucrania tras la invasión rusa en febrero de 2022 se han negado hasta ahora a permitir que Ucrania utilice armas de largo alcance debido al riesgo percibido de escalada en el conflicto.
“Creo que para los países occidentales esto es un acontecimiento en términos de cambio de imagen de Ucrania: las ganancias políticas de Kiev son enormes después de menos de dos semanas”, dijo Siemoniak.
Estados Unidos considera hasta ahora que la incursión ucraniana en la región de Kursk es una medida de protección adecuada para que Kiev utilice material estadounidense, según dijeron esta semana funcionarios de Washington, pero expresaron su preocupación por las posibles complicaciones que puedan surgir a medida que las tropas ucranianas se adentren más en territorio enemigo.
Varsovia ha sido uno de los aliados más firmes de Ucrania y el primer ministro polaco, Donald Tusk, adoptó un tono similar al de Washington a principios de esta semana, al afirmar que Ucrania tenía pleno derecho a llevar a cabo su respuesta bélica de forma que paralizara efectivamente a Rusia.
Un asesor presidencial ucraniano afirmó el viernes que la incursión transfronteriza de Kiev en la región rusa de Kursk era necesaria para convencer a Moscú de que iniciara conversaciones de paz “justas”.
Rusia ha calificado la incursión ucraniana de gran provocación y ha prometido tomar represalias con una “respuesta digna”.
Estados Unidos y las potencias occidentales, deseosas de evitar una confrontación militar directa con Rusia, han dicho que Ucrania no había avisado con antelación y que Washington no estaba implicado.
(Con información de AFP, EFE y Reuters)