El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania informó este viernes sobre avances de hasta 3 kilómetros en su incursión en la región rusa de Kursk, cuando se cumplen ya diez días del inicio de esta ofensiva ucraniana sin precedentes desde que comenzó la guerra hace ahora más de dos años y medio.
“Tenemos avances en algunas direcciones de 1 a 3 kilómetros de distancia hacia el enemigo. Los combates también continúan a lo largo de toda la línea del frente. La situación en general está bajo control”, declaró el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Alexander Sirski, al presidente ucraniano Volodimir Zelensky.
Por otro lado, el propio Sirski dio a conocer este viernes una conversación telefónica con el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Charles Brown, a quien trasladó las últimas novedades en el frente, así como las principales necesidades del Ejército ucraniano en materia de armamento.
El último paquete de ayuda militar estadounidense data del pasado 9 de agosto con equipos de armas por un valor de USD 125 millones, entre los cuales había municiones para los sistemas lanzacohetes HIMARS, proyectiles de artillería y misiles antitanque. Pese a esta última entrega, la Casa Blanca ya anunció esta semana que está previsto que se anuncien próximamente nuevos envíos de cargamentos.
“Negociaciones justas”
El gobierno ucraniano remarcó este viernes que uno de los objetivos de su ofensiva terrestre en la región de Kursk es forzar a Moscú a entablar negociaciones “justas” para poner a la guerra.
Las tropas ucranianas lanzaron el 6 de agosto un ataque sorpresa en esa zona fronteriza, en la mayor incursión de un ejército extranjero en suelo ruso desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Tras diez días de avances, Kiev afirma que controla 82 localidades rusas, entre ellas Sudzha, a 10 km de la frontera y punto clave para el envío de gas a países de la Unión Europea a través de Ucrania.
Ucrania expuso varias razones para justificar su asalto, entre ellas obligar a Moscú a retirar tropas de otras partes de la línea del frente o crear una “zona de amortiguamiento” para protegerse de los bombardeos desde territorio ruso. Pero cada vez está más claro que Kiev también pretende utilizar los territorios rusos tomados como moneda de cambio en posibles negociaciones con el Kremlin.
“La herramienta militar es usada objetivamente para persuadir a Rusia de entrar en un proceso de negociaciones justas”, afirmó este viernes Mijailo Podoliak, consejero del presidente Volodimir Zelensky, en la red social X. Aunque reiteró que Ucrania no tiene intención de “ocupar” parte del territorio ruso, Podoliak señaló que, en caso de “posibles” negociaciones”, había que encontrar la manera de que Rusia participe.
Exigencias incompatibles
Las negociaciones están completamente estancadas desde el inicio del conflicto, debido a exigencias difícilmente conciliables. Zelensky indicó que quiere elaborar un plan antes de las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, su principal aliado, que sirva de base para una futura cumbre de paz.
El mandatario ucraniano repite que la paz solo es posible si el ejército ruso se retira completamente del territorio ucraniano, incluida la península de Crimea que Rusia se anexionó en 2014.
Su homólogo ruso, Vladimir Putin, condiciona las negociaciones a que Ucrania ceda los territorios ocupados por las tropas de Moscú y renuncie a ingresar en la OTAN, requisitos inaceptables para Ucrania y sus aliados occidentales.
Aunque la ofensiva en Kursk acapara todas las miradas, la mayoría de los combates sigue produciéndose en el este de Ucrania, donde las tropas rusas mantienen la iniciativa frente al ejército ucraniano falto de efectivos y munición.
(Con información de AFP y EuropaPress)