Las fuerzas ucranianas controlan ya 1.000 kilómetros cuadrados de territorio de la Federación de Rusia como parte de la incursión en la región fronteriza de Kursk, anunció este lunes el comandante de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Syrsky.
Syrsky realizó esta afirmación en un vídeo difundido en Telegram por el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, en el que ambos se refirieron por primera vez de forma explícita a la operación ofensiva lanzada la semana pasada.
Hasta ahora no existía ningún dato oficial sobre el alcance de la incursión que cumplirá este martes una semana, aunque varios analistas militares estimaban que Kiev se había hecho hasta ese momento con el control de unos 400 kilómetros cuadrados.
La cifra de 1.000 kilómetros cuadrados bajo control ucraniano deja en evidencia el éxito de la ofensiva de Kiev: la extensión equivale a la cantidad de territorio tomado por Rusia en Ucrania desde inicios de 2024 en intensos combates con fuerzas numéricamente muy superiores. La incursión supone además el mayor ataque en suelo ruso desde la Segunda Guerra Mundial.
En un mensaje en Telegram, Zelensky dio cuenta este lunes de una reunión del gabinete de guerra en la que se abordaron las “acciones defensivas en el frente y las operaciones en la región de Kursk”.
“Entre otras cosas, el ministro del Interior, otros funcionarios del Gobierno y el Servicio de Seguridad de Ucrania recibieron instrucciones para preparar un plan humanitario para el territorio de la operación”, escribió.
En un vídeo adjunto, se le puede observar cediendo la palabra a Syrsky, que interviene en la reunión por videoconferencia.
“Señor presidente de Ucrania, comandante supremo de las Fuerzas Armadas de Ucrania: estoy continuando con la operación ofensiva en el territorio de la región de Kursk. En estos momentos tenemos bajo control unos 1.000 kilómetros cuadrados del territorio de la Federación de Rusia”, informó el coronel general.
“Las fuerzas están llevando a cabo las tareas asignadas, los combates continúan prácticamente a lo largo de toda la línea del frente, la situación está bajo control”, agregó después en otro corte en el que parece referirse a la situación militar en su conjunto.
El Ejército ucraniano había mantenido hasta ahora un secretismo casi completo -salvo algunas vagas alusiones- sobre la operación sorpresa lanzada la semana pasada en la región meridional rusa. Pero en las redes sociales de Ucrania también aparecieron videos que muestran a soldados ucranianos tomando prisioneros rusos y plantando banderas ucranianas en varias localidades, incluida una oficina del gigante ruso del gas Gazprom y la aldea de Guevo.
El gobernador en funciones de Kursk, Alexei Smirnov, afirmó este lunes que las tropas ucranianas controlan 28 localidades en las que viven en total unas 2.000 personas.
El gobernador afirmó que las fuerzas de Kiev han penetrado a una profundidad de 12 kilómetros en una franja de 40 kilómetros de ancho, mientras que los analistas ucranianos hablan de una profundidad de entre 30 y 35 kilómetros.
Explicó que la principal dificultad de los enfrentamientos radica en que “no hay una línea clara del frente, no hay comprensión de dónde se encuentran las unidades” enemigas.
Anteriormente, los blogueros militares rusos habían informado de que en esta región operan grupos móviles de sabotaje ucranianos difíciles de rastrear y capaces de generar el caos entre las filas rusas, ante lo cual el Comité Nacional Antiterrorista declaró una operación antiterrorista.
Lo cierto es que al cabo de siete días más de 121.000 personas han sido evacuadas y otras 60.000 esperan ser trasladadas en la región, donde según Smirnov hay 12 civiles muertos y 121 heridos.
Mientras, el Ministerio de Defensa se limitó a informar hoy en un parte militar de que repelió siete ataques ucranianos en las zonas aledañas a la ciudad de Sudzha, uno de los probables objetivos ucranianos ya que en ella se encuentra el gasómetro desde el que se bombea gas a países de la Unión Europeo a través de Ucrania.
Puede ser peor, advierte Putin
En las vecinas regiones de Briansk y Belgorod, esta última la más castigada a lo largo de la guerra, ven con preocupación los avances ucranianos en Kursk.
El gobernador de Briansk, Alexandr Bogomaz, afirmó a Putin que la situación “es estable” pese a que continúan los bombardeos ucranianos contra la población civil, mientras que Viacheslav Gladkov, gobernador de Belgorod, lamentó un “brusco agravamiento de la situación” con más ataques de la artillería, morteros, misiles y drones ucranianos.
En una reunión especial sobre la situación en las zonas fronterizas Putin respondió que “el enemigo continuará tratando de desestabilizar la situación en la zona fronteriza” y alertó de que “si hoy (...) las cosas están relativamente tranquilas, eso no significa que seguirá igual mañana”, por lo que pidió estar listos para cualquier escenario.
Además señaló que la tarea más importante ahora es “expulsar al enemigo de nuestros territorios y junto al servicio fronterizo garantizar la seguridad de la frontera estatal”.
“El enemigo, sin lugar a dudas, recibirá una respuesta digna y todos los objetivos planteados serán alcanzados”, concluyó.