Los negociadores de la Unión Europea (UE) y América del Sur tendrán un encuentro crucial en Brasilia del 4 al 6 de septiembre, marcando las primeras negociaciones presenciales desde abril. Esta reunión ha despertado expectativas positivas sobre la posible culminación de un acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur antes de fin de año, de acuerdo con diplomáticos europeos.
“Viajaremos a Brasilia para una ronda de negociaciones presenciales del 4 al 6 de septiembre”, dijo un diplomático europeo. “El calendario de fin de año para la conclusión es realista”, añadió el funcionario, subrayando la esperanza de que un acuerdo que se ha estado gestando durante dos décadas finalmente llegue a buen puerto.
Tanto el gobierno de Brasil como el de Uruguay confirmaron las fechas de la reunión, lo cual fue respaldado por una declaración de la cancillería uruguaya, que señaló la firmeza del proceso negociador y el continuo trabajo técnico entre ambas partes.
Un portavoz de la cancillería uruguaya afirmó: “Hay interés del Mercosur en cerrar el acuerdo”, reflejando la intención del bloque sudamericano de avanzar en estas negociaciones. Sin embargo, los representantes de los ministerios de Relaciones Exteriores de Argentina y Paraguay no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Las conversaciones han enfrentado obstáculos significativos en el pasado, incluyendo un notable revés en marzo cuando el presidente francés describió el acuerdo como un “muy mal acuerdo” durante una visita a Brasil, expresando la oposición de los agricultores franceses.
Esta postura llevó a que las negociaciones quedaran en suspenso hasta después de las elecciones parlamentarias de la UE en junio.
Entre los temas pendientes se encuentran la protección de los nombres de los productos alimenticios europeos y la oposición brasileña a una ley antideforestación de la UE, que entrará en vigor el próximo año y podría afectar negativamente las exportaciones brasileñas.
Los agricultores en Francia, Alemania y Bélgica han manifestado preocupación y han protestado contra la competencia que representarían las importaciones sudamericanas más económicas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, han manifestado su compromiso de concluir el acuerdo antes de fin de año, lo que representa un empuje significativo hacia la ratificación del pacto.
Este acuerdo, según el experto en relaciones internacionales de la Universidad Católica de Uruguay, Ignacio Bartesaghi, “abrirá mercados para las empresas europeas”.
Bartesaghi también observó que Brasil está buscando dar una señal de continuidad a las negociaciones, probablemente debido al temor de que el presidente argentino, Javier Milei, se retire del acuerdo, aunque su gobierno ha apoyado las conversaciones desde que asumió el cargo.
El Mercosur y la UE han estado trabajando meticulosamente para abordar y resolver las diferencias que han bloqueado el acuerdo hasta ahora. Los puntos específicos incluyen regulaciones ambientales y estándares de comercio, la protección de indicaciones geográficas, y diversas políticas agrícolas que han sido fuente de desacuerdo durante años.
La cumbre en Brasilia representa una oportunidad crítica para ambas partes de avanzar en estas negociaciones. En el contexto de un panorama global económico que sigue enfrentando desafíos debido a la pandemia de COVID-19 y otros factores geopolíticos, la posibilidad de un acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur podría proporcionar un significativo impulso económico y reforzar los lazos entre estos importantes bloques económicos.
El acuerdo está destinado no solo a mejorar el comercio bilateral eliminando aranceles y potenciando el acceso a los mercados, sino también a establecer un marco de cooperación en áreas como la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible.
Este aspecto es particularmente sensible para la UE, que quiere asegurarse de que sus socios comerciales respeten acuerdos internacionales y estándares ambientales, mientras que Mercosur busca negociar condiciones que no perjudiquen su competitividad.
(Con información de Reuters)