Qué hay detrás de los violentos disturbios antiinmigración que estallaron en el Reino Unido

Gran Bretaña se ha visto convulsionada por la violencia durante la última semana, en la que multitudes que proferían consignas antiinmigrantes e islamófobas se enfrentaron a la policía. Los disturbios se han visto alimentados por activistas de derechas que han utilizado las redes sociales para difundir información errónea sobre un ataque con cuchillo en el que murieron tres chicas durante un baile temático con música de Taylor Swift.

La violencia, una de las peores de Gran Bretaña en años, ha provocado cientos de detenciones, mientras el gobierno promete que los alborotadores sentirán “todo el peso de la ley” tras lanzar ladrillos y otros proyectiles contra la policía, saquear tiendas y atacar hoteles utilizados para alojar a solicitantes de asilo.

Mientras el nuevo gobierno británico se esfuerza por sofocar los disturbios y anuncia un “ejército permanente” de policías especializados para hacer frente a los alborotos, he aquí un repaso a lo que está ocurriendo y por qué.

La población británica quedó conmocionada por lo que la policía describió como un “feroz ataque con cuchillo” en el que murieron tres niñas de entre 6 y 9 años el 29 de julio en Southport, ciudad costera al norte de Liverpool. Otros ocho niños y dos adultos resultaron heridos.

La policía detuvo a un sospechoso de 17 años. Rápidamente circularon por las redes sociales rumores, posteriormente desmentidos, de que el sospechoso era un solicitante de asilo o un inmigrante musulmán.

Al día siguiente, mientras la gente se reunía para consolarse y depositar flores en el lugar de los hechos, cientos de manifestantes atacaron una mezquita local con ladrillos, botellas y piedras. La policía declaró que “se cree que los alborotadores eran simpatizantes de la Liga de Defensa Inglesa”, un grupo de extrema derecha que lleva organizando protestas antimusulmanas desde 2009.

El 1 de agosto, las autoridades tomaron la inusual medida de identificar al sospechoso, menor de edad, en un esfuerzo por poner fin a los rumores sobre su identidad, que estaban alimentando la violencia.

Axel Muganwa Rudakubana ha sido acusado de tres cargos de asesinato y diez de intento de asesinato. El sospechoso nació en Gales en 2006 y se trasladó a la zona de Southport en 2013. Sus padres eran originarios de Ruanda.

Los disturbios se extendieron a ciudades y pueblos de muchas partes del Reino Unido mientras activistas de extrema derecha hacían circular información errónea sobre el ataque, según el gobierno y la policía.

Menos de dos horas después del apuñalamiento, un usuario de las redes sociales conocido como European Invasion dijo que el atacante era “presuntamente un inmigrante musulmán”. La alegación publicada en X apareció después en Facebook y Telegram, según Logically, una empresa con sede en el Reino Unido que utiliza inteligencia artificial y humana para combatir la propaganda en línea.

Según Logically, el rumor se incluyó en un artículo publicado por Channel 3Now, un sitio sospechoso de tener vínculos con Rusia. El artículo fue citado después por organizaciones de noticias rusas afiliadas al Estado, como RT y Tass.

“Es probable que Channel 3Now sea un activo ruso cuyo objetivo es difundir información destinada a causar daños en Internet y crear división en el Reino Unido”, afirma Logically en un análisis publicado en X.

Según Stephanie Alice Baker, socióloga de la City University de Londres que estudia el comportamiento de las multitudes y la extrema derecha, los vídeos en las redes sociales animan a personas con ideas afines a participar en los disturbios que ven en Internet.

“Siempre hay un punto de inflexión en el que la gente se siente envalentonada y capacitada para actuar de acuerdo con esos sentimientos, y suele ocurrir cuando ven a otros haciendo lo mismo, ¿verdad?”, afirma.

Más de una docena de ciudades se han visto afectadas por los disturbios: Londres, Hartlepool, Manchester, Middlesborough, Hull, Liverpool, Bristol, Belfast, Nottingham y Leeds.

Algunos de los peores episodios de violencia se produjeron el domingo, cuando cientos de alborotadores irrumpieron en un Holiday Inn Express que albergaba a solicitantes de asilo en la localidad de Rotherham, a las afueras de Birmingham. Policías antidisturbios fueron atacados con ladrillos y sillas cuando intentaban defender el hotel de los asaltantes, que rompieron ventanas a patadas y empujaron un contenedor de basura en llamas al interior. Horas después, otro grupo atacó un hotel en Tamworth, 70 millas al sur.

Los agitadores se aprovechan de las tensiones en torno a la inmigración y, más recientemente, del creciente número de inmigrantes que han entrado ilegalmente en el país cruzando el Canal de la Mancha en lanchas neumáticas.

Estas preocupaciones fueron un tema central en las elecciones del mes pasado, en las que el ex primer ministro Rishi Sunak prometió detener las embarcaciones deportando a los “inmigrantes ilegales” a Ruanda. Aunque el actual Primer Ministro, Keir Starmer, canceló el plan tras su aplastante victoria, ha prometido reducir la inmigración colaborando con otros países europeos y acelerando la expulsión de los solicitantes de asilo rechazados.

La política del gobierno anterior de alojar a los solicitantes de asilo en hoteles, con un costo de 2.500 millones de libras (3.200 millones de dólares) el año pasado, alimentó la frustración de los votantes. Esto se produjo en un contexto de servicios públicos deficientes, mientras el gobierno luchaba por equilibrar el presupuesto.

El ataque a las niñas alimentó sentimientos latentes de descontento, dijo Baker.

“Son tensiones que se observan en muchos países en la actualidad. Yo incluiría en cierta medida a Estados Unidos, donde están surgiendo sentimientos de nacionalismo, la sensación de que la gente se está quedando atrás, de que se están negando las libertades, de que la soberanía de la nación está en juego”, dijo. “Y mucho de esto coincide realmente con un aumento de la inmigración y una crisis del costo de la vida”.

Aunque la policía ha trabajado duro para restablecer el orden, se ha visto perjudicada por una información deficiente, que ha obligado a los agentes a responder a las manifestaciones en lugar de tomar medidas para atajarlas, afirmó Peter Williams, ex inspector de policía que ahora es profesor titular del Centro de Estudios Policiales Avanzados de Liverpool.

“Si supieran dónde se van a producir, obviamente podrían hacer algo al respecto”, declaró a The Associated Press.

Las fuerzas policiales siguen luchando por recuperarse de los recortes presupuestarios que desmantelaron en gran medida la policía de barrio, dijo Williams. Una de las principales ventajas de la policía de barrio es que dispone de un flujo de información coherente”, afirmó. “Pues bien, eso falta”, sobre todo en las zonas minoritarias.