Qué hay detrás de las protestas que derrocaron al gobierno de Bangladesh y llevaron al exilio a su poderosa primera ministra

A lo largo del último mes, Sheikh Hasina intentó sofocar las manifestaciones con balas, toques de queda y cortes de Internet, pero estas medidas de mano dura alimentaron la indignación y nuevos disturbios llevaron a su caída. Se refugió en India

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Un grupo de personas estrecha
Un grupo de personas estrecha la mano de miembros del ejército mientras celebran la dimisión de la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina en la capital Dhaka (REUTERS/Mohammad Ponir Hossain)

Lo que empezaron siendo protestas pacíficas de estudiantes en Bangladesh contra un sistema de cuotas para los puestos de trabajo en el gobierno acabó convirtiéndose en un levantamiento que obligó a la primera ministra Sheikh Hasina a dimitir y huir del país en helicóptero.

El fin de sus 15 años en el poder se produjo tras semanas de violentos disturbios en los que murieron casi 300 personas, según informaron los medios de comunicación locales.

El gobierno intentó en repetidas ocasiones sofocar las manifestaciones, que achacaba al sabotaje y a los partidos de la oposición, con balas, toques de queda y cortes de Internet, pero estas medidas de mano dura resultaron contraproducentes, alimentando la indignación y nuevas protestas.

El lunes, los manifestantes desafiaron el toque de queda militar para marchar hacia el centro de la capital, tras un fin de semana de violencia que dejó decenas de muertos. Cuando las tropas se retiraron y se restableció el acceso a Internet, decenas de miles de personas comenzaron a celebrar en las calles, y miles irrumpieron en la residencia oficial del líder.

Sheikh Hasina dejó el poder y huyó en helicóptero

El jefe militar, general Waker-uz-Zaman, dijo que el ejército buscaría la orientación del presidente para formar un gobierno interino, mientras hacía un llamamiento a la calma en un discurso público el lunes por la tarde.

Esto es lo que sabemos:

¿Cómo empezaron las protestas?

Las protestas, que han atraído a cientos de miles de personas, comenzaron en julio con manifestaciones de estudiantes contra un controvertido sistema de cuotas que asignaba puestos de trabajo en el gobierno.

Los bloqueos comenzaron el 1 de julio, cuando estudiantes universitarios levantaron barricadas que bloquaron carreteras y vías férreas para exigir la reforma del sistema de cuotas. Hasina, que ganó un quinto mandato como primera ministra en enero tras una votación sin oposición genuina, dijo que los estudiantes estaban “perdiendo el tiempo”.

Las protestas se tornaron violentas el 15 de julio, cuando los manifestantes estudiantiles se enfrentaron a agentes de seguridad y activistas progubernamentales, lo que llevó a las autoridades a dispersar con gases lacrimógenos, disparar balas de goma e imponer un toque de queda con orden de disparar a discreción. Al día siguiente, seis personas murieron en los enfrentamientos, las primeras víctimas mortales registradas en las protesta. El gobierno de Hasina también ordenó el cierre de escuelas y universidades en todo el país.

Familiares de una víctima, fallecida
Familiares de una víctima, fallecida en un enfrentamiento entre la policía, partidarios del gobierno y manifestantes (REUTERS)

El 18 de julio, los estudiantes rechazaron un llamado al diálogo de Hasina, un día después de que la primera ministra hiciera un llamamiento a la calma y prometiera que todo “asesinato” en las protestas sería castigado. Los manifestantes gritaron “abajo la dictadora” e incendiaron la sede de la cadena estatal Bangladesh Television y decenas de edificios gubernamentales.

El gobierno también impuso un apagón de Internet. Al menos 32 personas murieron y cientos resultaron heridas en los enfrentamientos, que continuaron en los días siguientes a pesar del toque de queda y el despliegue de soldados.

El gobierno afirma que el mes pasado murieron cerca de 150 personas, mientras que los medios de comunicación locales han informado de que fueron más de 200.

¿Por qué protestaban?

Al principio, las manifestaciones eran contra un sistema de cuotas que reservaba hasta el 30% de los empleos públicos a familiares de veteranos que lucharon en la guerra de independencia de Bangladesh contra Pakistán en 1971.

Los manifestantes afirmaban que el sistema era discriminatorio y beneficiaba a los partidarios del partido de la Liga Awami de la Primera Ministra Sheikh Hasina, que lideró el movimiento independentista.

Un mural de la ex
Un mural de la ex primera ministra bangladeshí Sheikh Hasina es destrozado por manifestantes días antes en Dhaka (REUTERS/Mohammad Ponir Hossain)

El furor puso de manifiesto la magnitud de la penuria económica de Bangladesh, donde las exportaciones han caído y las reservas de divisas se están agotando. Faltan empleos de calidad para los jóvenes licenciados, que buscan cada vez más los empleos públicos, más estables y lucrativos.

Al recrudecerse la violencia, el Tribunal Supremo dictaminó el mes pasado que la cuota de veteranos debía reducirse al 5%, y que el 93% de los puestos de trabajo se asignarían por méritos. El 2% restante se reservará a miembros de minorías étnicas, transexuales y discapacitados.

El gobierno aceptó la decisión y restableció Internet pensando que la situación se aliviaría. Pero las protestas se intensificaron, con nuevas demandas de investigación sobre las mortíferas medidas represivas y, finalmente, de dimisión de Hasina y su gabinete.

Unos hombres corren frente a
Unos hombres corren frente a un centro comercial que fue incendiado durante una manifestación en la capital. (Foto AP/Rajib Dhar)

¿Y ahora qué?

Miles de manifestantes lo celebraron en la capital, ondeando banderas de Bangladesh al conocerse la noticia, mientras que otros saquearon su residencia oficial, llevándose muebles e incluso pescado de las cocinas. Pero tras 15 años de gobierno, no está claro qué vendrá después.

El general Waker-uz-Zaman prometió que el ejército se retiraría e iniciaría una investigación sobre las mortíferas medidas represivas que alimentaron la indignación contra el gobierno.

“Mantened la fe en el ejército, investigaremos todas las matanzas y castigaremos a los responsables”, declaró. “He ordenado que ni el ejército ni la policía hagan ningún tipo de fuego”.

Pidió paciencia mientras se forma un nuevo gobierno.

“Ahora, el deber de los estudiantes es mantener la calma y ayudarnos”, añadió.

(Con información de AP y AFP)

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