Alsu Kurmasheva, periodista de Radio Free Europe/Radio Liberty, fue condenada a seis años y medio de prisión en Rusia por un tribunal de la ciudad de Kazan durante un juicio secreto celebrado el pasado 19 de julio. La sentencia se dio a conocer el lunes, sorprendiendo a su esposo, Pavel Butorin, quien considera que “sin duda fue una noticia impactante, pero no fue inesperada”.
En una entrevista de Martí Noticias, Butorin dijo que tiene “muy pocas expectativas de que se haga justicia” con Kurmasheva porque advierte que “las tasas de condena en Rusia son extremadamente altas, casi del 100%, especialmente en casos políticos”. Su esposa, quien vive en Praga y fue detenida en su natal república de Tartaristán el 18 de octubre, fue acusada de difundir información falsa sobre el ejército ruso.
Ante esto, Butorin afirmó: “Rusia no ha proporcionado ninguna prueba pública de ninguna irregularidad por parte de Alsu. Todavía no entiendo qué es lo que Rusia considera falso en los informes de Alsu. Me gustaría saber qué es lo que Rusia considera falso, y también que señalen un solo informe que consideren falso”.
Consultado sobre la posibilidad de apelar la sentencia, Butorin señaló que tiene un conocimiento limitado sobre los procesos legales específicos del caso de Alsu y dijo que, basándose en la experiencia con el sistema judicial ruso, tiene pocas esperanzas de que se pueda lograr justicia.
Butorin -que también trabaja como reportero de Radio Free Europe/Radio Liberty (un servicio noticioso de la Agencia de Medios Globales de EEUU)- remarcó que Kurmasheva no es miembro de la oposición rusa ni activista política: “Es sólo una periodista que no representa ninguna amenaza para el gobierno ruso”. Su encarcelamiento, según él, se debe únicamente a su trabajo periodístico y no a una causa legítima de seguridad nacional.
“Está encarcelada en Rusia, no por lo que ha hecho. Está encarcelada en Rusia por lo que representa y lo que es. Y ella es alguien que eligió convertirse en ciudadana estadounidense, que emigró y que trabaja para una organización de medios financiada por el Congreso de EEUU. De eso es que se trata”, argumentó.
Kurmasheva fue detenida en junio por una infracción menor cuando intentaba salir de Rusia tras visitar a su madre. Posteriormente, las autoridades rusas la acusaron de difundir información falsa sobre el ejército ruso, un cargo que ella niega rotundamente. Su esposo ha solicitado que el gobierno estadounidense la designe como “detenida injustamente”, similar al caso de Evan Gershkovich, periodista del diario The Wall Street Journal. Butorin destacó que esta designación podría abrir vías diplomáticas para su liberación.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, declinó comentar sobre si se designaría a Kurmasheva como detenida injustamente, aunque confirmó en una conferencia de prensa que Washington ha pedido su liberación. Butorin enfatizó que la designación es crucial para mostrar que Estados Unidos no la considera una criminal y, de ser otorgada, “enviaría una señal a la comunidad periodística”.
Butorin describió a Alsu como una persona amable y una madre devota que no ha cometido ningún delito. “No hay nada que desee más que regrese con nosotros. Sabemos que ella no ha hecho nada malo. Y sabemos que la volveremos a ver, ojalá muy pronto”, dijo.
Protesta de la ONU
Las relatoras de la ONU para la libertad de expresión (Irene Khan) y para Rusia (Mariana Katzarova) protestaron el martes por la reciente condena de la Justicia rusa a la periodista Alsu Kurmasheva, asegurando que fue resultado de un “falso juicio” políticamente motivados, por lo que pidió su puesta en libertad.
“Pedimos la liberación inmediata de Kurmasheva y todos los periodistas detenidos en Rusia por el mero hecho de hacer su trabajo”, reclamaron las dos expertas en un comunicado conjunto. “Estamos impactadas por estas sentencias dictadas por crímenes que no han cometido. Su único ‘delito’ ha sido informar sobre Rusia, incluyendo la guerra contra Ucrania”, indicaron.
La condena de 6 años y medio para Kurmasheva “envía un mensaje amenazante a todos los periodistas”, advirtieron las relatoras de Naciones Unidas, quienes destacaron el secretismo con el que las autoridades rusas condujeron ambos procesos, celebrando las vistas finales a puerta cerrada.
“Nos preocupa la instrumentalización y el creciente uso de las leyes de seguridad nacional en Rusia para restringir la libertad de expresión tras la invasión a gran escala de Ucrania”, afirmó el comunicado de las relatoras Khan y Katzarova, quienes reclamaron también a Rusia la retirada de la legislación que restringe de forma ilícita la libertad de expresión, en base a delitos como “difundir noticias falsas” sobre el Ejército ruso o simplemente por “desacreditarlo”.
(Con información de EFE)