Rusia y China han formalizado un acuerdo intergubernamental para realizar cinco misiones conjuntas con el fin de construir la futura Estación Científica Lunar Internacional (ECLI), según ha indicado el portal de informaciones del Estado ruso. El acuerdo, firmado el 25 de noviembre de 2022 y vigente desde el 18 de julio de este año, se anuncia en un momento en que ambas potencias buscan expandir sus capacidades en la exploración espacial.
Hace más de medio siglo, la Luna se convirtió en objeto de una carrera entre estadounidenses y soviéticos. Ahora, el interés ha renacido con planes de volver a pisar el satélite, en un camino jalonado por una goteo incesante de misiones e intereses científicos, estratégicos y comerciales.
El correspondiente acuerdo entre Rusia Y China especifica que la construcción de esta nueva plataforma espacial se llevará a cabo en tres fases. Durante la primera fase de este proyecto lunar, los dos países se dedicarán a investigar el satélite natural de la Tierra y desarrollar las tecnologías necesarias para un correcto alunizaje. Esto subraya el ambicioso propósito de los dos países de promover investigaciones científicas y tecnológicas avanzadas en el espacio.
En la segunda fase, Rusia y China llevarán a cabo una serie de operaciones conjuntas para trasladar cargas y ensamblar los módulos en la órbita lunar y la superficie del satélite. Este enfoque paso a paso es crucial para la construcción segura y eficiente de la ECLI, una plataforma que promete ser un bastión de la presencia humana en el espacio.
Según el acuerdo intergubernamental, “en total están previstas preliminarmente cinco misiones, que se definirán después de que los órganos competentes las preparen y lleguen a acuerdos sobre su futuro desarrollo”. La especificación de cinco misiones destaca la meticulosa planificación involucrada e ilustra la cooperación técnica y logística que será necesaria para el éxito del proyecto.
La tercera fase del acuerdo contemplará el desembarco de seres humanos en la Luna “con ayuda de la ECLI terminada”. Este plan a largo plazo demuestra la determinación de Rusia y China de establecer una presencia humana permanente en el satélite lunar.
En cuanto a la duración del acuerdo “tendrá un vigor de 20 años, ampliable automáticamente durante los siguientes períodos de cinco años si ninguna de las partes informa por escrito por los canales diplomáticos sobre su intención de poner fin a su participación”. Esta cláusula resalta la naturaleza extendida y auto-renovable de la cooperación, facilitando la continuidad del proyecto a largo plazo.
Además, ambas naciones han dejado la puerta abierta para la participación internacional. En la creación de la futura estación podrán participar, además de las agencias estatales de Rusia y China -Roscosmos y la Administración Nacional Espacial de China (CNSA, por sus siglas en inglés)-, otras entidades internacionales, con las que se firmarán acuerdos.
En el caso de que una de las partes decida abandonar el proyecto, el documento indica que debe anunciar su decisión con al menos un año de antelación. Esto asegura la planificación y ejecución ordenada de cada una de las fases programadas para el desarrollo de la ECLI.
Ambas naciones defienden la creación de la ECLI como una gran oportunidad para la explotación del satélite natural de la Tierra. La creación de la estación abriría grandes posibilidades, aportando un gran potencial científico y tecnológico, no solo en términos de exploración, sino también en la posibilidad de llevar a cabo experimentos y desarrollos tecnológicos que facilitarán la estancia humana en la Luna.
(Con información de EFE)