Los ciberataques contra los Juegos Olímpicos de París son inevitables y Francia hará todo lo que esté en sus manos para limitar el impacto que puedan tener en el evento, declaró el jueves el primer ministro francés, Gabriel Attal.
“Somos un objetivo. Habrá ciberataques. Lo esencial es limitar su impacto”, declaró Attal a la prensa en la sede de la agencia francesa de seguridad informática, ANSSI.
Los riesgos tecnológicos a los que se enfrentan los Juegos Olímpicos de París se pusieron de manifiesto a principios de este mes por un fallo tecnológico mundial que afectó a la empresa CrowdStrike.
Los problemas de CrowdStrike la semana pasada obligaron a las emisoras a dejar de emitir y dejaron a los clientes sin acceso a servicios como la asistencia sanitaria o la banca, y también afectaron a algunas operaciones de los organizadores de los Juegos de París.
Seguridad en la inauguración
Por otra parte, los servicios secretos franceses no han detectado proyectos de ataques contra la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, que se celebra este viernes por la tarde, ni en París durante las tres semanas que se van a prolongar las competiciones.
Este es el principal mensaje que ha querido transmitir este jueves el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, en una comparecencia ante los medios en la que ha dado algunos detalles del dispositivo de seguridad que se prepara para la ceremonia inaugural, a la que asistirán más de 300.000 personas en las orillas del río Sena a su paso por el centro de París.
Darmanin, que organizó en el patio de su Ministerio una recepción en honor a los agentes de fuerzas del orden extranjeras de 44 países (1.750 en total) que van a participar en ese dispositivo, afirmó: “No tenemos ninguna amenaza caracterizada para la ceremonia de apertura ni para los Juegos Olímpicos”.
No obstante, puntualizó que hay que ser “humildes” y “estar muy alerta” ante la posibilidad de que se hubiera dejado algo sin detectar. Además, dijo que no se puede descartar que de forma individual alguien quiera organizar un ataque.
Los servicios secretos han desbaratado cuatro acciones violentas en Francia que se estaban preparando contra los Juegos Olímpicos, que oficialmente se van a celebrar desde el 26 de julio al 11 de agosto, aunque algunas competiciones ya empezaron el miércoles.
Francia va a movilizar 45.000 policías y gendarmes en París durante la ceremonia de inauguración de los Juegos, a los que se añadirán otros 80.000 en el resto del país.
“Nunca habrá habido tantas fuerzas del orden en el territorio nacional”, destacó Darmanin.
El ministro advirtió de que los asistentes a esa ceremonia tendrán que haber entrado en el recinto con sus billetes como muy tarde a las 18.30 locales (16.30 GMT), es decir una hora antes de que comience el desfile de los barcos con la mayoría de los alrededor de 10.000 deportistas que participarán en los Juegos.
En esa zona del Sena, que lleva acordonada desde el jueves de la semana pasada, habrá también más de un centenar de jefes de Estado y/o Gobierno.
París será este viernes, por tanto, una ciudad tomada por las fuerzas del orden, con restricciones draconianas a la circulación.
El departamento de Interior ha pedido que se evite utilizar el coche a partir de las 10.00 de la mañana (8.00 GMT).
Todo el centro estará cortado y se contempla la posibilidad incluso de paralizar totalmente la circulación en el periférico, la autopista que circunvala la ciudad.
Además, entre las 18.30 horas (16.30 GMT) y la medianoche ningún avión podrá volar por el espacio aéreo de París, ni en un radio de 150 kilómetros, lo que implicará el cierre de los tres aeropuertos de la ciudad (Charles de Gaulle, Orly y Le Bourget), así como el de Beauvais, ya desde las 17.30 horas (15.30 GMT).
Injerencia de Moscú en los Juegos
La reciente detención de un hombre ruso por presuntas actividades de “desestabilización” contra los Juegos de París ilustra la preocupación de última hora de los organizadores de que Moscú trate de perturbar el evento.
El hombre, nacido en 1984, fue detenido en su domicilio en París esta semana, y es sospechoso de “inteligencia con una potencia extranjera para suscitar hostilidades en Francia”, indicó el martes la fiscalía.
El diario Le Monde indicó que la policía encontró documentos “de interés diplomático” en su apartamento, y que se le sospecha de trabajar con el servicio ruso de seguridad, el FSB, tras haber aparecido en programas de telerrealidad y haber trabajado un tiempo como chef en una estación de esquí francesa.
“Pensamos fuertemente que iba a organizar operaciones de desestabilización, de injerencia, de espionaje”, dijo este miércoles al canal BFMTV el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, apuntando a una variedad de pistas: “Pueden ser ciberataques en los que se necesita una complicidad, puede ser manipulación de información...”.
(Con información de Reuters y EFE)