Nguyen Phu Trong (1944-2024), secretario general del Partido Comunista de Vietnam desde 2011, falleció este viernes a los 80 años, informó en un comunicado Hanói. Descrito como el último guardián de las esencias marxistas de Vietnam, gobernó el país indochino durante más de una década con la habilidad de usar la mano dura contra la corrupción y la flexible en la diplomacia, al conjugar buenos lazos con China y Estados Unidos.
El líder vietnamita se encontraba desde hace un tiempo sufriendo distintos problemas de salud, nunca precisados, que ya habían levantado en alguna ocasión rumores de muerte. Falleció un día después de que el Partido Comunista anunciara que se apartaba del cargo de manera temporal y su puesto iba a ser ocupado de manera interina por el actual presidente, To Lam, su más probable sucesor.
Nguyen Khac Giang, investigador visitante del programa de estudios sobre Vietnam del Instituto Yusof Ishak en Singapur (ISEAS), dijo que el recién fallecido “consolidó un nivel de poder sin igual dentro del sistema político”. Y, según informó The Guardian, Giang indicó que los planes que tenía para una transición ordenada de la sucesión no se pudieron realizar y su muerte corre el riesgo de crear un vacío de poder.
El investigador agregó: “Creo que esto conducirá a un momento muy difícil para Vietnam, ya que los aliados políticos tendrán que negociar entre ellos quién asumirá el puesto de Nguyen Phu Trong. Eso podría conducir a una crisis sucesoria en la que las diferentes facciones no se pondrían de acuerdo”, recogió The Guardian.
Giang además cree que cualquiera que sea elegido como el próximo líder del país asiático “enfrentará una batalla cuesta arriba para tener el mismo tipo de autoridad que tenía Nguyen Phu Trong”, según The New York Times.
Trong, poco dado al culto de la personalidad, lideró guardando un perfil bajo, lo que incluso le hacía pasar desapercibido en reuniones políticas multilaterales con sus homólogos del sudeste asiático. Ese mismo carácter tímido guardaba una férrea mano de hierro contra la corrupción en el seno del partido y otros estamentos del Estado.
Fue en 1967, en plena guerra entre el Norte comunista y el Sur respaldado por Estados Unidos, que Trong ingresó al Partido Comunista. Licenciado en Filología y formado durante dos años en la Unión Soviética, labró su ascenso político como articulista de la revista oficial del partido, de la que se hizo cargo entre 1991 y 1996, antes de ingresar en el Politburó (órgano de dirección) en 1999, con la vitola de gran teórico del marxismo en Vietnam.
A partir de entonces, su marcada faceta intelectual fue perdiendo peso ante su irresistible ascenso político: máximo dirigente del Partido en Hanói entre 2000 y 2006, presidente de la Asamblea Nacional de 2006 a 2011 y secretario general del Partido desde ese año. Considerado como un purista por sus ideales marxistas-leninistas, mostró, ya desde el poder, su lado más pragmático con la apertura del país a la inversión exterior que impulsó un potente desarrollo económico.
Desde 2017, ya afianzado con su segundo mandato, el vietnamita desató una implacable ofensiva contra la corrupción al estilo chino, conocida como “horno ardiente”, que muchos analistas la catalogan de purgas contra sus rivales.
El octogenario renovó el cargo en enero de 2021 para un tercer mandato, un hecho sin precedentes en la historia moderna de Vietnam, que lo convirtió en el líder más poderoso en décadas en este país asiático.
A pesar de su obstinación en limpiar el país de la corrupción, Trong vio como todavía se filtraban políticos sin escrúpulos y entre enero de 2023 y marzo de este año vio como los presidentes Nguyen Xuan Phuc y Vo Van Thuong fueron obligados a dimitir tras ser vinculados a prácticas irregulares no especificadas.
A finales de 2022, el país se vio sacudido por el mayor fraude financiero de la historia de la nación con el arresto de la magnate inmobiliario Truong My Lan. Esas campañas de anticorrupción también vinieron acompañadas de un efecto paralizador en la economía, con importantes bajadas en la bolsa de Hanói, y en la administración pública.
Su mano de hierro adquiría flexibilidad en la arena diplomática, donde Trong abogó de manera reiterada por tener “más amigos, menos enemigos”. Esa postura, conocida como la diplomacia del bambú, le hizo mantener estrechas relaciones del más alto nivel con países como China, Estados Unidos o Rusia.
En septiembre de 2023, el presidente estadounidense, Joe Biden, visitó el país. Mientras, en diciembre de ese año fue el turno de Xi Jinping y el pasado junio llegó a Hanói Vladimir Putin, una de las últimas apariciones de Trong, ya muy debilitado de salud.
Sus mandatos también se vieron marcados por una floreciente economía, con un promedio del crecimiento anual del PIB que alcanza el 5,8% durante la última década.
Trong será despedido con un funeral de Estado.
(Con información de EFE)