Se alistó en las Brigadas al Qasam, brazo armado de Hamas, con el objetivo de capturar soldados israelíes tras salir de una cárcel hebrea en 1990. Mohammed Deif se ha forjado desde entonces la leyenda de hombre escurridizo, casi sin rastro, que ha sobrevivido a múltiples ataques de Israel.
El Ejército israelí bombardeó este sábado la zona de Mawasi, en el sur de la Franja de Gaza, en un ataque que, “basado en información de inteligencia”, iba dirigido contra Deif y Rafa Salama, comandante de la brigada de Khan Younis del ala militar de Hamas.
Nacido en el campo de refugiados de Khan Younis en 1965, su nombre de guerra ‘Deif’ significa ‘invitado’ en árabe, en alusión a su habilidad para cambiar constantemente de lugar; pero también se le conoce como ‘el gato de nueve vidas’ por su capacidad para eludir ataques.
De hecho, Israel lo considera -junto con el jefe de Hamas en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar- el autor intelectual y planificador de los ataques del 7 de octubre de 2023 en suelo israelí, que dejaron 1.200 muertos y 250 secuestrados, y desató la actual guerra.
“Ya es suficiente”, aseveró entonces Deif en un inusual video publicado por Hamas pocas horas después del ataque, una gran operación militar de “la resistencia” que bautizaron como “la inundación de Al Aqsa”.
Dicen que esa operación la comenzó a planear en mayo de 2021, cuando Israel y Hamas ya se enfrentaron en una escalada bélica de once días, desencadenada en gran medida por las constantes tensiones y cargas policiales en la Explanada de las Mezquitas, donde se encuentra el sagrado templo de Al Aqsa.
Poco se sabe de su vida, rodeada de leyendas. Cuentan que en la Universidad Islámica de Gaza, donde estudió física, química y biología, formó parte de un grupo de teatro “Los Retornados”, y según Avi Melamed, ex oficial de la inteligencia israelí, mantuvo esa afición dentro de Hamas, actuando en sus videos de propaganda.
Deif se unió a Hamas al inicio de la Primera Intifada en 1987, fue arrestado por Israel en 1989 y pasó 16 meses en la cárcel. Tras su excarcelación regresó a Gaza en 1990, cuando comenzó a ascender rápidamente en las filas del grupo terrorista.
EEUU tiene a Deif en su lista de agentes terroristas y desde 1995 figura en la lista de los más buscados de Israel por su papel en la planificación y ejecución de numerosos ataques, incluido atentados suicidas con bombas en los que murieron decenas de israelíes.
En 2000 fue encarcelado de nuevo pero escapó. Y en 2002, en el punto álgido de la Segunda Intifada, fue nombrado como el jefe de las Brigadas al Qasam, brazo armado de Hamas, después de que Israel abatiera a su líder, Saleh Shehada; y desde entonces Deif es el arquitecto de toda la estrategia militar del grupo terrorista.
Desde entonces, solo se conocen tres fotografías de él: solo una está fechada, la segunda está enmascarado y la tercera es de su sombra. Vivir en la sombra para él es cuestión de vida o muerte; y no utiliza tecnología moderna para evitar ser rastreado.
“Ha sido objeto de múltiples intentos de asesinato israelíes, que se cree que lo han dejado desfigurado o parcialmente paralizado, y ha perdido a muchos miembros de su familia”, indica Hugh Lovatt, experto en Oriente Medio del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, que ha investigado y escrito sobre su vida.
En la guerra entre Israel y Hamas de 2014, la esposa de Deif, su hija de 3 años e hijo de 7 meses murieron en un ataque contra su casa. Desde entonces, ha pasado más tiempo bajo tierra, eludiendo la inteligencia israelí, en la sofisticada red de túneles subterráneos que él ayudó a diseñar.
“Tiene literalmente una mentalidad de búnker. Es un hombre en la sombra”, afirma Lovatt.
Informaciones sin verificar apuntan desde hace años a que Deif está ciego de un ojo, que ha perdido algunas de sus extremidades y que tiene dificultades en el habla; aunque inteligencia recopilada durante la actual guerra en Gaza señalan que Deif estaba más entero de lo que Israel creía, según filtraciones de medios hebreos.
De confirmarse su muerte, sería un duro golpe para Hamas, ya que Deif estaba junto con Sinwar en el centro del cambio estratégico del grupo, donde la vertiente militar ha fagocitado a la política. Fue aquella la que planeó el ataque del 7 de octubre, y el ala política se enteró cuando el plan estaba ya avanzado.
En las negociaciones para un alto el fuego, es el núcleo militar el que tiene la última palabra, frente al jefe del buró político, Ismail Haniyeh, exiliado en Catar.
(Con información de EFE)