“Aún no tenemos absoluta certeza sobre la muerte de Deif y su mano derecha, Rafaa Salameh”, afirmó en rueda de prensa el primer ministro israelí, que autorizó la operación tras recibir información de inteligencia de que no había rehenes israelíes en la zona.
Aclaró, no obstante, que “de una manera u otra”, Israel eliminará a todos los jefes del grupo terrorista palestino.
Netanyahu, por su parte, aseguró que no está postergando el acuerdo, después de que algunos medios israelíes publicaran que el mandatario está proponiendo nuevas exigencias y endureciendo el tono deliberadamente para evitar un pacto.
El primer ministro aseguró que es Hamas quien trata de introducir nuevas exigencias, y defendió que no se moverá un ápice de la propuesta de acuerdo anunciada por el presidente estadounidense, Joe Biden.
Con todo, insistió en que la guerra en la Franja de Gaza no acabará hasta que Israel no cumpla todos sus objetivos, que pasan por eliminar las capacidades de gobierno de Hamas en el enclave.
En un comunicado, el líder opositor Benny Gantz, que hasta hace poco era miembro con derecho a voto del ya disuelto Gabinete de Guerra israelí, dijo que la responsabilidad de cualquier víctima colateral durante el ataque contra Deif de este sábado es únicamente de los islamistas.
“El Ejército de Israel es el más moral del mundo”, dijo Gantz, favorito en las encuestas para liderar un Gobierno alternativo al de Netanyahu, en un comunicado en el que criticó a la cúpula de Hamás por esconderse entre la población civil de Gaza, poniéndola en peligro.
El Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamas, ha asegurado que en el ataque de Mawasi esta mañana murieron 90 palestinos y más de 300 resultaron heridos.
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