La capital ucraniana está de luto este martes tras los bombardeos rusos que dejaron decenas de muertos y destruyeron el mayor hospital pediátrico del país, un balance que amenaza con aumentar a medida que se despejan los escombros.
El presidente Volodimir Zelensky aseguró en Washington que 43 personas murieron a lo largo de Ucrania por unos 40 misiles lanzados el lunes contra varias ciudades y poblados.
El bombardeo del hospital infantil de Okhmatdyt conmocionó a Ucrania tras más de dos años de una guerra que empezó con la invasión rusa en febrero de 2022. El ataque también fue condenado por los aliados occidentales de esta ex república soviética.
“Dirigir intencionalmente ataques contra un hospital protegido es un crimen de guerra”, denunció el martes la subsecretaria interina de Naciones Unidas para asuntos humanitarios, Joyce Msuya.
“Estos incidentes son parte de un preocupante patrón de ataques sistemáticos contra centros de salud y otras infraestructuras civiles en Ucrania”, destacó durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, organizada a petición de Kiev.
Zelensky aseguró que hay trabajos de rescate en marcha en los sitios de los ataques y que los paciente de Okhmatdyt fueron trasladados a otros sitios.
“Luchamos para conseguir más defensa antiaérea” y “más aviones F-16″, que deberían llegar a Ucrania próximamente, dijo.
El papa Francisco expresó su “profundo dolor” por los ataques rusos contra Ucrania, informó el Vaticano en un comunicado.
El Ayuntamiento decretó un día de luto en la capital, donde las banderas ondeaban a media asta y los eventos de entretenimiento fueron pospuestos.
Según el gobierno ucraniano, un misil de crucero ruso Kh-101 impactó contra el hospital pediátrico aunque Rusia asegura que el ataque fue provocado por los sistemas de defensa aérea ucranianos.
Moscú reiteró el martes que las fuerzas rusas solo atacan infraestructuras militares.
Naciones Unidas afirmó que existía una “gran probabilidad” de que el hospital pediátrico sufrió el “impacto directo” de un misil “lanzado por la Federación Rusa”.
La representante del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU en Ucrania, Danielle Bell, admitió que aún se necesitaba una investigación más profunda, pero que las grabaciones mostraban “que el arma impactó directamente contra el hospital”.
Zelensky indicó que cerca de 400 socorristas y cientos de voluntarios trabajaron el lunes en el hospital de Okhmatdyt para ayudar a despejar los escombros y buscar sobrevivientes.
En un edificio residencial del barrio de Syrets, en el oeste de Kiev, al menos 12 personas -de las que cuatro eran niños- murieron, según el alcalde de la capital ucraniana, Vitali Klitschko.
Siete personas -cinco cuidadores y dos pacientes- murieron en un bombardeo contra la clínica privada Adonis, en el este de la ciudad.
En el hospital Okhmatdyt, dos adultos -una médico y un visitante- murieron y 32 personas resultaron heridas, según las autoridades.
La paz es “de suma importancia” y “la guerra no puede resolver los problemas”, subrayó el primer ministro indio, Narendra Modi, al presidente ruso Vladimir Putin.
“Cuando se asesina a niños inocentes, uno los ve morir, le duele el corazón y ese dolor es insoportable”, dijo el dirigente indio desde Moscú, donde realiza una visita oficial.
El ejército ruso lleva meses ganando terreno en la línea de frente e intenta aprovechar las dificultades de Kiev para reponer sus filas y obtener más armas de Occidente.
Moscú reivindicó el martes la toma de un pueblo del este de Ucrania, según el Ministerio ruso de Defensa.
En la zona fronteriza rusa de Belgorod, los bombardeos ucranianos dejaron al menos cuatro muertos en las últimas 24 horas, según el gobernador regional.
(AFP)