La captura de Taiwán es el mayor logro al que podría aspirar Xi Jinping. Sueña con que esa supuesta conquista -militar, política, económica o una combinación de esas tres vías- lo catapulte a lo más alto de la historia moderna china, incluso por encima de Mao Zedong. Es, también, uno de los pocos logros que conseguiría mostrar como legado sopesando cómo destruyó en gran parte lo que habían conseguido sus antecesores: una economía sólida y pujante y una insersión comercial pero políticamente moderada en el mundo.
Desde su ascenso al poder Xi ha impulsado una diplomacia agresiva e imperial que ha socavado la imagen de Beijing en el planeta. Sobre todo causó grandes fricciones con sus vecinos más próximos: Japón, Corea del Sur, Filipinas, Vietnam, Taiwán y Australia. Y con Estados Unidos. Para peor cosechó una amistad inquebrantable con Vladimir Putin, el jefe de estado ruso cuyos crímenes contra la humanidad por su sangrienta invasión a Ucrania son diarios. Ayer lunes, un misil atravesó Kiev e impactó en uno de los hospitales infantiles más grandes de Europa. Ese tipo de amistades siembra Xi.
Hace algunos días, el periodista Stephen Chen del South China Morning Post -un diario propiedad del empresario Jack Ma- publicó que el Ejército Popular de Liberación (EPL) evaúa como una opción el bloqueo de Taiwán. Pero no un bloqueo convencional, sino uno ejecutado con drones. El estudio de esa alternativa fue presentado en una revista de divulgación militar china y firmado por Chen Huijie, ingeniero de la unidad 92116 del EPL. “El bloqueo y control de áreas es un escenario de aplicación típico para los enjambres de drones en operaciones militares”, señaló Chen.
“Dada la presencia de amenazas móviles muy dispersas, muy ocultas y sensibles en la isla y sus aguas adyacentes, emplear fuerzas tripuladas tradicionales para el reconocimiento y los asaltos plantea un reto de escasa rentabilidad. Por el contrario, los equipos no tripulados ofrecen ventajas como la prescindibilidad, el bajo coste y el mínimo número de bajas. Se prevé que la integración de grupos no tripulados en una guerra sistemática acelere los ciclos de reconocimiento, identificación, toma de decisiones y ataque, con el consiguiente aumento de la eficacia global del combate”, escribió el equipo técnico de Chen.
El ejército del régimen chino llevó a cabo una simulación en la que empleó cuatro tipos de drones para el supuesto bloqueo a Taiwán. Los drones grandes y medianos -equipados con capacidades de resistencia prolongada, reconocimiento y ataque- fueron lanzados desde bases militares en China continental. Su tarea consistía en operar bajo cualquier condición climática, permitiendo la detección, identificación y ataque inmediato a amenazas móviles. Los buques del EPL utilizaron drones de reconocimiento de ala compuesta para realizar observaciones detalladas de objetivos ocultos, y drones de patrulla anti-radiación para neutralizar radares enemigos.
Pero analistas taiwaneses son escépticos a esta posibilidad. ¿Cuáles son las posibilidades de éxito que un bloqueo de este tipo podría conseguir en la actualidad? “No creo que China tenga actualmente la capacidad de imponer un bloqueo a Taiwán utilizando aviones no tripulados”, explicó a Infobae Tzu-Chieh Hung, Investigador de la División de Política China y Asuntos Militares del Instituto de Investigación sobre Defensa y Seguridad Nacionales, con base en Taipei.
“En primer lugar, la credibilidad de los resultados de la simulación depende en gran medida de la exactitud de los datos de entrada y de las suposiciones que se hagan. Normalmente, los parámetros de las armas y los vehículos militares se clasifican. Incluso un pequeño error puede afectar significativamente a los resultados de la simulación. Si los datos de entrada no son precisos o los supuestos son excesivamente idealistas, la fiabilidad de los resultados de la simulación disminuye considerablemente”, subrayó el analista militar.
Y continuó: “En segundo lugar, las simulaciones suelen requerir un cierto grado de simplificación del mundo real para que sean viables dentro de las limitaciones de potencia y tiempo de cálculo. Estas simplificaciones pueden pasar por alto muchos factores complejos del mundo real, como las condiciones meteorológicas, las acciones inesperadas del enemigo y las interferencias de la guerra electrónica. Especialmente, los drones son muy susceptibles a las interferencias de la guerra electrónica. Estos factores podrían tener un impacto significativo en la eficacia de las operaciones de los drones en un entorno de combate real”.
Por su parte, Johnson Shan-Son Kung investigador de la División de Política China, Conceptos Militares y de Guerra del mismo instituto -perteneciente al Ministerio de Defensa de Taiwán-, fue terminante: “El plan de China de utilizar drones para bloquear Taiwán será difícil de llevar a cabo. China no tiene capacidad para extender el bloqueo a toda la isla de Taiwán. Teniendo en cuenta el tamaño de la isla principal de Taiwán y la inmensidad del mar que la rodea, sólo pueden elegir puertos o zonas marítimas específicas para bloquear. Por otro lado, si Estados Unidos contraatacara con un gran número de aviones no tripulados, podría crear fácilmente una brecha en el bloqueo chino. Es probable que el Mando Indo-Pacífico estadounidense ya haya pensado en escenarios similares”.
Tzu cree que este escenario planteado desde el EPL no debe generar una alarma desmedida entre las fuerzas taiwanesas y mucho menos entre la población. Considera que si bien en los últimos años, el Ejército Popular de Liberación ha prestado gran atención a las tácticas y estrategias de los drones, “el artículo parece resaltar la importancia de estudiar las tácticas y estrategias de los aviones no tripulados, haciendo hincapié en sus posibles capacidades futuras. Este enfoque es digno de mención, pero no debe causar una alarma indebida”.
El régimen y sus fuerzas, dice el investigador, “continúan reforzando su desarrollo de drones, centrándose tanto en los avances de hardware como en la formulación de tácticas de aviones no tripulados, como las operaciones coordinadas entre aviones tripulados y no tripulados. Uno de los objetivos es reducir los costes y minimizar las bajas durante un posible cruce del estrecho de Taiwán, preservando así la eficacia en combate de las fuerzas tripuladas de seguimiento. En respuesta, Taiwán también está investigando y desarrollando activamente tecnología de drones y sistemas contra drones”.
“El EPL está desarrollando operaciones coordinadas entre aviones tripulados y no tripulados. Todavía se están investigando otras tácticas y estrategias, y este estudio forma parte de esa investigación en curso. Creo que aún falta mucho para que los drones puedan utilizarse eficazmente para un bloqueo. Especialmente si China bloqueara realmente Taiwán, para que el bloqueo fuera eficaz, tal vez fuera demasiado arriesgado para China confiar únicamente en los drones”, concluyó Tzu quien, como cientos de analistas taiwaneses, conocen cada paso que da y evalúa el ejército de Xi.
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