Un vuelo de Ryanair se transformó en una pesadilla cuando una pelea entre pasajeros obligó al piloto a realizar un aterrizaje de emergencia. El incidente ocurrió en un avión que partió desde Agadir, Marruecos, con destino a Londres Stansted, y se desató a 30.000 pies de altura debido a una disputa por un cambio de asientos.
Todo comenzó cuando un hombre en sus 20 años pidió a una mujer, que estaba sentada con su hija, cambiar de asiento para estar con su esposa e hijos. La mujer se negó, lo que llevó al hombre a amenazarla. Sin percatarse del conflicto, el avión despegó según lo previsto.
El caos estalló después de que se apagó la señal del cinturón de seguridad. El esposo de la mujer atacada salió en su defensa, desencadenando una pelea que involucró a más pasajeros. “Intentaban golpearse entre sí”, relató un pasajero anónimo de 36 años. “Una de las familias formaba parte de un grupo más grande, y otros pasajeros comenzaron a sumarse. Una señora en la fila de atrás tuvo un ataque de pánico, los niños lloraban. Fue un efecto bola de nieve”.
“Solo estuvimos en el aire 36 minutos antes de tener que hacer un aterrizaje inesperado. Fue muy estresante”.
La situación empeoró cuando un pasajero se sintió mal durante el alboroto y la tripulación tuvo que administrarle oxígeno. El avión aterrizó en Marrakech, donde la policía detuvo a nueve pasajeros involucrados en la pelea. El pasajero enfermo fue considerado no apto para volar por los médicos, pero se negó a desembarcar, causando nuevos problemas.
“Este pasajero se negó a desembarcar y comenzó a abusar de la tripulación, por lo que fue expulsado del avión por la gendarmería del aeropuerto”, comentó la aerolínea.
“Creen que soy un terrorista. Por eso traen a todo el ejército aquí para acabar conmigo”, gritó el hombre, según un video obtenido por el medio británico The Sun. “Dame mi maldito bolso. Te voy a romper la mandíbula, hermano”, continuó.
La policía tuvo que intervenir nuevamente para retirarlo del avión por la fuerza.
El caos duró más de dos horas, y como resultado, la tripulación alcanzó su máximo de horas de vuelo, obligando a los 200 pasajeros restantes a pasar la noche en un hotel local. El vuelo reprogramado para la mañana siguiente también fue cancelado, y los pasajeros llegaron a Londres recién en la noche del jueves.
Al llegar, los pasajeros abuchearon a la tripulación de Ryanair, frustrados por la terrible experiencia. Un portavoz de Ryanair confirmó que “un pequeño grupo de pasajeros se comportó de manera disruptiva, causando el desvío del vuelo a Marrakech”. Se proporcionó alojamiento y transporte a los pasajeros afectados, y la aerolínea pidió disculpas por el retraso causado por el comportamiento incontrolable de algunos pasajeros.
Este incidente subraya la importancia de mantener la calma y la cooperación a bordo de los vuelos, recordándonos cómo una simple solicitud puede desencadenar un caos inimaginable en el aire.