Miles de ciudadanos jóvenes en Kenia han vuelto a salir a la calle este martes para reanudar las protestas contra el Gobierno a pesar de que el presidente, William Ruto, retiró finalmente la polémica ley que suscitó las manifestaciones hace ya semanas y que preveía una subida de los impuestos.
Las fuerzas de seguridad han vuelto a lanzar gas lacrimógeno en un intento por dispersar a los manifestantes en Nairobi, la capital del país africano, que han lanzado piedras contra los agentes de la Policía y han bloqueado varias carreteras.
En el puerto de Mombasa, situado en el sureste del país, cientos de personas se han unido también a las marchas para exigir a Ruto la dimisión después de que no se haya registrado reforma alguna del Gabinete tras los fuertes disturbios de la semana pasada, que dejaron decenas de muertos.
Las movilizaciones no cuentan con líderes oficiales y son impulsadas en las redes sociales por jóvenes de la llamada ‘generación Z’ (nacidos entre mediados de la década de los 90 del siglo XX y la primera década del siglo XXI).
Las protestas se han extendido hasta otras grandes ciudades del país, donde la población ha exigido al Gobierno adoptar medidas para hacer frente a la corrupción y al gasto público, que consideran un “derroche”, según ha informado el diario keniano ‘The Nation’.
La agencia EFE pudo comprobar esta mañana que casi todas las tiendas del centro de Nairobi permanecían cerradas y apenas había personas caminando o conduciendo en las carreteras aledañas por el temor de nuevos disturbios violentos.
Tanto en las calles de la capital del país, como en múltiples ciudades kenianas, hay un fuerte despliegue policial. Las autoridades se han ocupado de bloquear todas las carreteras que dan acceso al State House, sede de la presidencia keniana.
La semana pasada, el Supremo de Kenia avaló el despliegue del Ejército en las calles del país para hacer frente a los disturbios que se recrudecieron después de que decenas de personas irrumpieran en la sede el Parlamento y prendieran fuego al inmueble en el marco de las protestas contra la medida económica.
”Lo que sucedió el 25 de junio sirvió como una moción de censura contra el régimen de Ruto”, ha aseverado el secretario general del opositor Movimiento Democrático Naranja, Edwin Sifuna, que ha instado al Gobierno a “hacer una reflexión honesta sobre su contribución a la situación actual” en el país.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR) ha criticado esta semana la respuesta dada por las fuerzas de seguridad a las protestas y ha descrito su intervención como “excesiva y desproporcionada”. Igualmente, la comisión también criticó las acciones de algunos manifestantes por provocar pérdidas materiales.
La respuesta de las fuerzas de seguridad, quienes además de disparar gas lacrimógeno han atacado con pelotas de goma e incluso municiones reales a los manifestantes, ha dejado hasta el momento 39 muertos desde el pasado 18 de junio, según ha indicado la KNCHR. Además, se contaron al menos 361 heridos y se registraron 32 casos de desapariciones forzadas, señaló esta entidad reguladora.
Gracias a la ubicación geoestratégica de Kenia y sus políticas económicas, este país a menudo es identificado por la comunidad internacional como una potencia estabilizadora del Cuerno de África y un socio fiel de Occidente. El país destaca como una de las economías de más rápido desarrollo de África. Aun así, las desigualdades persisten y uno de cada tres kenianos sobrevive con apenas dos dólares al día, según ha indicado el Banco Mundial.
(Con información de Europa Press y EFE)