La tasa anual de inflación de la eurozona se enfrió en junio, en línea con las expectativas de los analistas, gracias a la ralentización de las subidas de los precios de los alimentos y la energía, según mostraron el martes los datos oficiales.
El Banco Central Europeo acogerá de nuevo con satisfacción la ralentización de la inflación, pero la tasa se ha mantenido obstinadamente por encima del objetivo del dos por ciento fijado por el organismo con sede en Fráncfort.
El aumento de los precios al consumo en la zona de la moneda única se situó en junio en el 2,5%, frente al 2,6% de mayo, según la agencia de estadística de la UE.
La lectura de mayo había sido más alta de lo esperado, superando la tasa del 2,4% registrada en abril.
Los economistas encuestados por FactSet y Bloomberg habían previsto que la inflación se redujera al 2,5% en junio.
La inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco y es un indicador clave para el banco, se mantuvo sin cambios en el 2,9% en junio. Los expertos esperaban que se enfriara hasta el 2,8%.
La inflación ha bajado lentamente desde que alcanzó un máximo del 10,6 por ciento en octubre de 2022 tras el estallido de la guerra en Ucrania, que obligó al BCE a lanzar una racha de subidas de tipos de interés sin precedentes.
El BCE, “vigilante”
El BCE recortó los tipos de interés por primera vez desde 2019 el 6 de junio.
Sin embargo, los funcionarios del BCE han tratado de moderar las expectativas de otro recorte de los costes de endeudamiento en su reunión de julio, diciendo que no había una senda de tipos “predeterminada”.
”Nuestro trabajo no ha terminado y debemos permanecer vigilantes”, advirtió el lunes la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
”No descansaremos hasta que el partido esté ganado y la inflación vuelva al dos por ciento”, añadió en un discurso en Portugal.
Los economistas consideran escasas las posibilidades de que el BCE vuelva a recortar los tipos en su próxima reunión de julio, pero cada vez hay más expectativas de que pueda bajarlos este mismo año.
En junio, el BCE también revisó sus previsiones, esperando que la inflación de la eurozona se situara en el 2,2% en 2025, antes de caer al 1,9% al año siguiente.
Los datos del martes mostraron que la subida de los precios de la energía se ralentizó hasta el 0,2% en junio, frente al 0,3% de mayo.
El aumento de los precios de los alimentos, el alcohol y el tabaco también se redujo al 2,5% el mes pasado, un ligero descenso desde el 2,6% de mayo, según Eurostat.
En el conjunto de la eurozona, Finlandia registró la tasa de inflación más baja en junio, con un 0,6%, según los datos de Eurostat. Italia se situó en segundo lugar, con una tasa de inflación del 0,9% en junio.
Bélgica fue el país con la tasa más alta, del 5,5%.
Otros datos de Eurostat publicados el martes mostraron que la tasa de desempleo en la zona de la moneda única se mantuvo estable en el 6,4% en mayo, un mínimo histórico.
(con información de AFP)