El ejército israelí ordenó el lunes una evacuación masiva de palestinos de gran parte de Khan Younis, una señal de que es probable que las tropas lancen un nuevo asalto terrestre en la segunda ciudad más grande de la Franja de Gaza.
La orden sugiere que Khan Younis será escenario de la más reciente de las repetidas incursiones de Israel en distintos puntos de Gaza durante los últimos ocho meses, persiguiendo a los milicianos de Hamas en un momento en que éstos se reagrupan. Gran parte de Khan Younis de antemano fue destruida en un largo ataque a principios de este año, pero desde entonces un gran número de palestinos han regresado para escapar de otra ofensiva israelí en la ciudad más meridional de Gaza, Rafah.
El llamado a evacuación abarcó toda la mitad oriental de Khan Younis y sus alrededores. La semana pasada, el ejército ordenó una evacuación similar del distrito de Shujaiya, en el norte de Gaza, donde ha habido intensos combates desde entonces.
La orden se produjo cuando Israel liberó al director del principal hospital de Gaza después de retenerlo durante siete meses sin cargos ni juicio por acusaciones de que las instalaciones habían sido utilizadas como centro de mando de Hamas. El jefe del hospital dijo que él y otros detenidos habían sido torturados y retenidos en duras condiciones.
La decisión de liberar a Mohammed Abu Selmia planteó dudas sobre las afirmaciones de Israel sobre el Hospital Shifa, que las fuerzas israelíes han asaltado dos veces desde el inicio de la guerra de casi nueve meses con Hamas. Abu Selmia y otros funcionarios de salud palestinos han negado las acusaciones.
Su liberación provocó revuelo en todo el espectro político de Israel. Los ministros del gobierno y los líderes de la oposición expresaron su indignación e insistieron en que Abu Salmia jugó un papel en el supuesto uso del hospital por parte de Hamas, aunque los servicios de seguridad israelíes rara vez liberan unilateralmente a los prisioneros si tienen sospechas de vínculos con milicianos.
La decisión parecía haberse tomado para liberar espacio en los sobrepoblados centros de detención. El primer ministro Benjamín Netanyahu ordenó una investigación, dijo su oficina, aunque agregó que las autoridades de seguridad determinan de forma independiente a quién liberar “en base a sus consideraciones profesionales”.
Abu Selmia fue liberado de nuevo en Gaza junto con otros 54 detenidos palestinos, muchos de los cuales denunciaron abusos. Sus afirmaciones no pudieron confirmarse de forma independiente pero coincidían con otras declaraciones de palestinos que han estado retenidos por Israel.
“Nuestros detenidos han sido sometidos a toda clase de torturas entre rejas”, dijo. “Había tortura casi a diario. Las celdas se allanan y los prisioneros son golpeados”. Dijo que los guardias le habían roto un dedo e hicieron que sangrara por la cabeza durante las golpizas, en las que utilizaron palos y perros.
Dijo que el personal médico de distintas instalaciones en las que estuvo retenido también participó en el abuso “en violación de todas las leyes”. A algunos detenidos se les amputaron miembros debido a la mala atención médica, añadió.
Las autoridades penitenciarias israelíes no respondieron en un primer momento a las acusaciones de malos tratos, aunque en el pasado han rechazado denuncias similares.
Las fuerzas israelíes allanaron el hospital de Shifa en noviembre con el argumento de que Hamas había creado un elaborado centro de mando y control dentro del complejo. Abu Selmia y otros trabajadores negaron las acusaciones y señalaron que Israel ponía en peligro de forma imprudente a miles de pacientes y personas desplazadas que se cobijaban allí.
El ejército descubrió un túnel debajo del hospital de Shifa que conducía a unas pocas salas, así como otras pruebas de que había milicianos dentro del centro médico, pero las pruebas no llegaban al nivel de lo que se había afirmado antes del cateo.
Abu Selmia fue detenido el 22 de noviembre cuando acompañaba una evacuación de pacientes del hospital organizada por Naciones Unidas. Dijo que su detención tenía “motivaciones políticas” y añadió que había comparecido ante una corte al menos en tres ocasiones, pero nunca se presentaron cargos en su contra ni se le permitió reunirse con abogados.
Desde entonces, Israel ha atacado otros hospitales de Gaza con acusaciones similares, lo que obligó a cerrar o reducir sus servicios de forma drástica mientras decenas de miles de personas resultaban heridas en bombardeos israelíes o enfermaban en las duras condiciones causadas por la guerra. El ejército asaltó Shifa una segunda vez este año y causó una gran destrucción tras alegar que los milicianos se habían reagrupado allí.
Los hospitales pueden perder su protección bajo el derecho internacional si los combatientes los utilizan con fines militares, pero cualquier ataque a ellos debe ser proporcional a cualquier amenaza militar.
En medio del revuelo por la liberación de Abu Selmia, diversos órganos estatales israelíes responsables de las detenciones trataban de acusarse mutuamente..
El ultraderechista Itamar Ben Gvir, ministro de seguridad nacional responsable de la policía y el servicio de prisiones, dijo que la liberación de Abu Selmia y las otras personas era una “negligencia de seguridad” y acusó al Ministerio de Defensa. Yair Lapid, un líder opositor, dijo que la liberación de Abu Selmia era otro indicio de la “anarquía y disfunción” del gobierno.
La oficina del ministro de Defensa, Yoav Gallant, publicó un breve comunicado en el que dijo que el encarcelamiento y la liberación de prisioneros es competencia del servicio penitenciario y la agencia de seguridad interna Shin Bet. El servicio penitenciario dijo que la decisión la tomaron el Shin Bet y el ejército, y publicó un documento ordenando su puesta en libertad firmado por un general en la reserva.
Por su parte, el Shin Bet dijo que el gobierno había decidido —en contra de sus recomendaciones— liberar prisioneros que se consideraban una amenaza menor para liberar espacio.
“Aunque el jefe del hospital de Shifa pasó una evaluación de riesgo en comparación con otros detenidos, el asunto se analizará de forma interna”, dijo la agencia de seguridad.
Desde que comenzó la guerra, las fuerzas israelíes han detenido a miles de palestinos de Gaza y la ocupada Cisjordania, abarrotando centros militares de detención y penales. Muchos están retenidos sin cargos ni juicio, en lo que se conoce como detención administrativa.
Israel lanzó su ofensiva después del ataque de Hamas del 7 de octubre, en el que milicianos palestinos mataron a unos 1.200 civiles y se llevaron a otros 250 rehenes. La guerra ha matado a más de 37.800 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes.
La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza han huido de sus hogares, y muchos se han visto desplazados varias veces. Las restricciones israelíes, los combates que continúan y la erosión del orden público han complicado la entrega de ayuda humanitaria y fomentado un hambre generalizada, provocando temores a una hambruna.
(AP)