Los franceses votan este domingo en la primera vuelta de unas elecciones legislativas anticipadas que podrían llevar al poder, por primera vez en la historia, al partido de extrema derecha de Marine Le Pen y cambiar el rumbo de Francia.
Casi 50 millones de personas están llamadas a las urnas. Los colegios electorales abrieron este domingo en Francia metropolitana a las 08H00 (06H00 GMT), después de que los franceses residentes en el extranjero y en los territorios de ultramar comenzaran a votar en la víspera.
Las primeras estimaciones del resultado de la primera vuelta se conocerán a partir de las 20H00 (18H00 GMT) al cierre de los últimos colegios.
La principal incógnita es si el partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) gana los comicios, como avanzan los sondeos, y, sobre todo, si logra la mayoría absoluta.
El resultado final se conocerá tras la segunda vuelta prevista el 7 de julio.
“Pese a una cierta comunicación sobre el cambio por parte de un partido (...), da miedo. Hoy le pido a todo el mundo que vote. Es un derecho. ¡Despierten!”, dijo el sábado Marie-Jo Chalus, una electora en el territorio caribeño de Guadalupe.
Marie-Thérèse Ismar, una mujer de 61 años del mismo colegio electoral, considera que “no hay que tener miedo”. “Hemos tenido miedo durante demasiado tiempo (...) Debemos avanzar y ver la victoria al final”, aseguró.
La llegada al poder de la extrema derecha, por primera vez desde la Liberación de Francia de la ocupación de la Alemania nazi en 1945, sumaría un nuevo país en la Unión Europea (UE) gobernado por esta tendencia, como Italia.
Y podría debilitar la política de apoyo a Ucrania del presidente francés. Aunque el partido de Le Pen, cuyos detractores la consideran cercana a la Rusia de Vladimir Putin, asegura que apoya a Kiev, subraya que quiere evitar una escalada con Moscú.
Inmigración, autoridad y poder adquisitivo
Macron, cuyo mandato termina en 2027, provocó el adelanto electoral el 9 de junio a raíz de la victoria de RN en los comicios europeos en Francia y ahora se arriesga a compartir el poder con un gobierno de otro color político, a menos de un mes del inicio de los Juegos Olímpicos de París.
La formación ultraderechista propone a Jordan Bardella, de 28 años, como candidato a primer ministro si obtienen mayoría absoluta, con un programa que busca limitar la inmigración, imponer la “autoridad” en la escuela y reducir la factura eléctrica de los hogares.
Esta formación y sus aliados cuentan con un 36% de intención de voto, seguidos de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP, 29%) y de la alianza de centroderecha del presidente Emmanuel Macron (20%), según un amplio sondeo de Ipsos publicado el viernes.
El resultado tras la segunda vuelta se anuncia sin embargo incierto por el propio sistema electoral: los 577 diputados se eligen en sendas circunscripciones uninominales, con un sistema mayoritario a dos vueltas.
En este contexto, la bolsa de París registró en junio pérdidas de 6,42%, cerrando su peor mes en dos años; y el rendimiento del bono a diez años de la segunda economía de la UE registró su mayor brecha con respecto a los títulos de Alemania desde 2012.
“Riesgo”
Los rivales de RN han intentado en la recta final alertar del riesgo de una llegada al poder de la extrema derecha, que se ha esforzado en la última década en moderar la imagen heredada de su fundador Jean-Marie Le Pen, conocido por sus comentarios racistas.
“Cederle cualquier poder significa nada menos que correr el riesgo de ver cómo se deshace poco a poco todo lo que se ha construido y conquistado a lo largo de más de dos siglos y medio”, advirtió el diario Le Monde.
Durante la marcha del Orgullo LGTB, que reunió el sábado a decenas de miles de personas en París, muchas portaban también pancartas contra la extrema derecha. “Ahora es aún más importante luchar contra el odio en general, en todas sus formas”, dijo Themis Hallin-Mallet, estudiante de 19 años.
Socialistas, comunistas y ecologistas, aliados del partido radical La Francia Insumisa (LFI) en la coalición de izquierdas NFP, ya advirtieron que retirarán sus candidatos en la segunda vuelta, si acceden en tercera posición, para dar más opciones al candidato oficialista frente a uno ultraderechista.
Bajo presión para adoptar una política similar hacia las fuerzas de izquierda, Macron, cuya popularidad cayó por el adelanto electoral y que reunirá a su gobierno el lunes, dejó entrever que su consigna de voto será no votar por los “extremos” que representan, en su opinión, RN y LFI.
(AFP)