El grupo paramilitar sudanés Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) anunció este jueves haber capturado la ciudad de Al Fula, capital del estado de Kordofán Occidental, fronterizo con la convulsa región de Darfur y Sudán del Sur.
En una publicación en X, las FAR difundieron un video en el que aseguraban que habían conseguido capturar la ciudad de Al Fula y una base del Ejército sudanés en el último golpe contra la institución castrense en su guerra que libran desde el 15 de abril de 2023.
Hasta el momento, el Ejército sudanés no ha confirmado esta información.
La batalla por el control de Sudán continúa entre las dos partes beligerantes, en un momento en el que las FAR siguen luchando contra el Ejército en la ciudad de Al Fasher, el último bastión gubernamental en Darfur, en el oeste de Sudán.
Hace dos días, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, aseguró que los generales al frente de los dos bandos en conflicto en Sudán “tienen responsabilidad en la comisión de posibles crímenes de guerra y otras atrocidades”, incluidos ataques por motivos étnicos y violencia sexual.
Esta guerra se ha saldado con al menos 30.000 muertos, según el Sindicato de Médicos sudanés, y ha provocado el desplazamiento interno y externo de más de 10 millones de personas, provocando la peor ola de desplazados del mundo en la actualidad.
Crisis humanitaria
El presidente internacional de la ONG Médicos sin Fronteras, Christos Christou, afirmó este jueves que la guerra en Sudán provocó “una de las peores crisis humanitarias” en el mundo en décadas.
La guerra estalló en abril de 2023 entre el ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de su ex adjunto, el general Mohamed Hamdane Daglo.
“Sudán hace frente a una de las peores crisis que el mundo haya conocido en décadas (...) y la respuesta humanitaria es profundamente inadecuada”, precisó Christou en X. “Hay niveles extremos de sufrimiento en todo el país y las necesidades crecen día a día”, añadió.
Los dos beligerantes fueron acusados de crímenes de guerra por atacar deliberadamente a civiles, bombardear zonas habitadas y bloquear la ayuda humanitaria a pesar de la amenaza de hambruna que pesa sobre millones de sudaneses. Grupos de derechos humanos y Estados Unidos también acusan a los paramilitares de limpieza étnica y crímenes contra la humanidad.
Estados Unidos anunció la semana pasada una ayuda de emergencia de USD 315 millones para Sudán y exhortó a ambas partes a permitir el acceso a la ayuda humanitaria, advirtiendo que el país estaba amenazado de una hambruna de una magnitud histórica.
La embajadora de EEUU ante la ONU, Linda Thomas Greenfield, subrayó que el hambre en Sudán podría alcanzar niveles nunca vistos desde la hambruna en Etiopía a principios de la década de 1980, que dejó 1,2 millones de muertos. “Hemos visto proyecciones de mortalidad según las cuales más de 2,5 millones de personas -alrededor del 15% de la población- en Darfur y Kordofán, las regiones más afectadas, podrían morir a finales de septiembre”, advirtió.
(Con información de AFP y EFE)