Líderes de decenas de países se reúnen este sábado en Suiza para una primera cumbre por la paz en Ucrania sin la participación de Rusia, cuyo presidente, Vladimir Putin, exigió previamente la rendición de Kiev antes de cualquier negociación.
El encuentro de dos días en el lujoso complejo hotelero de Burgenstock juntará al presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, con otros más de 50 jefes de Estado y de gobierno.
El objetivo, según el país anfitrión, es abrir camino hacia una hoja de ruta hacia la paz que, posteriormente, involucre también a Rusia. Putin, sin embargo, tachó la cumbre de “truco para desviar la atención”.
En un discurso televisado, el dirigente del Kremlin dijo que ordenará un alto el fuego e iniciará negociaciones “tan pronto” como Kiev comience la retirada de tropas de las zonas del este y el sur de Ucrania en disputa y renuncie a entrar en la OTAN.
Zelensky rechazó el “ultimátum” de Putin y aseguró que le recordaba al estilo de Adolf Hitler. La OTAN y Estados Unidos también repudiaron las condiciones de Moscú para terminar la guerra iniciada con la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
Después de cerca de un año de estancamiento, Ucrania tuvo que abandonar decenas de posiciones en el frente en los últimos meses ante la ofensiva de las tropas rusas, más numerosas y mejor equipadas.
Pero desde mediados de mayo, el progreso ruso se ralentizó y Zelensky confía en invertir la tendencia a partir de esta cumbre de paz y la previa del G7 en Italia, que se cerró con un préstamo de 50.000 millones de dólares a Kiev financiado con los intereses de los activos rusos congelados.
Zelensky, presente en esa reunión, dijo que el préstamo se destinaría “tanto a la defensa como a la reconstrucción”. De su parte, Putin calificó esta medida de “robo” y avisó que “no quedará sin castigo”.
En ese mismo foro, Zelensky firmó con su homólogo estadounidense, Joe Biden, un acuerdo bilateral de seguridad que comportará el suministro de ayuda militar y entrenamiento a las tropas de Kiev.
Biden es el único líder del G7 que no tiene previsto desplazarse de Italia a la vecina Suiza, donde mandará a su vicepresidenta Kamala Harris.
La cumbre contará con una nutrida representación latinoamericana, con los presidentes argentino Javier Milei, el chileno Gabriel Boric, el colombiano Gustavo Petro y el ecuatoriano Daniel Noboa.
En cambio, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva declinó asistir a pesar de un intento de última hora de la presidenta suiza, Viola Amherd, para convencerlo.
Otros aliados de Rusia en el grupo de los BRICS como Sudáfrica e India mandarán a cargos de segunda fila y China declinó participar.
En total, los organizadores cuentan con 92 delegaciones nacionales que deberían de pactar una declaración con algunos principios básicos de un eventual proceso de paz.
Estos principios básicos se extraerán del plan de paz en diez puntos presentado por Zelensky a finales de 2022 y de resoluciones aprobadas por la ONU sobre la guerra que contaron con amplio apoyo.
Pero los expertos han desaconsejado mantener altas expectativas del encuentro.
“Unas negociaciones significativas que puedan terminar de verdad la devastadora guerra en Ucrania están fuera de alcance mientras Kiev y Moscú se aferren a teorías de una victoria que implique imponerse al otro”, señaló el centro de reflexión International Crisis Group.
Este sábado tendrá lugar una sesión plenaria con todas las delegaciones y el domingo se formarán grupos de trabajo específicos para tres cuestiones prioritarias: seguridad nuclear, libertad de navegación y seguridad alimentaria y aspectos humanitarias.
El contenido de estos grupos incluye la navegación en el mar Negro, el destino de los prisioneros de guerra y los civiles detenidos o el regreso de los niños deportados.
El jefe del equipo presidencial de Zelensky, Andriy Yermak, señaló que habrá una segunda conferencia de paz en la que Rusia podría asistir y recibir un “plan conjunto” elaborado por los participantes de esta primera cumbre.
La montaña de Burgenstock está rodeada por tres vertientes por el lago de Lucerna y el complejo hotelero se sitúa en una cresta unos 450 metros por encima del agua, lo que facilita el dispositivo de seguridad ante amenazas físicas.
Pero existen otro tipo de amenazas. Desde el jueves, el gobierno suizo ha reportado repetidos ciberataques contra sus portales web y ha notado un incremento en la difusión de información falsa.
(AFP)