El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha reclamado este martes la liberación inmediata de los trece trabajadores del organismo internacional, que han sido recientemente detenidos por los rebeldes hutíes en Yemen, además de otros cuatro empleados de la ONU que permanecen bajo custodia tras ser arrestados en 2021 y 2023.
Los rebeldes hutíes, que controlan amplias zonas de Yemen, “allanaron las casas y oficinas de al menos una docena de empleados de varias agencias de las Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales el 6 de junio de 2024, incluidos al menos nueve empleados de la ONU”, dijo Human Rights Watch (HRW) en un comunicado la semana pasada.
La organización además recordó que los hutíes “han desaparecido, detenido arbitrariamente y torturado a cientos de civiles, incluidos trabajadores de la ONU” y de otras organizaciones desde el inicio de la guerra en el Yemen en 2014.
La ONG especificó que las detenciones tuvieron lugar en Saná, la capital controlada por los rebeldes desde 2014, así como en las provincias de Al Hodeida, Saada y Amran, e indicó que aparentemente estos arrestos se produjeron debido a las actividades laborales de estos empleados.
Guterres ha explicado que se trata de “un acontecimiento alarmante que genera graves preocupaciones sobre el compromiso de los hutíes con una solución negociada al conflicto”. Ha resaltado además que “la ONU condena todas las detenciones arbitrarias de civiles”.
”Reclamo la liberación inmediata e incondicional de todo el personal de la ONU detenido (en Yemen)”, dijo el secretario, quien se ha reunido durante la jornada con su enviado especial para Yemen, Hans Grundberg, con quien ha discutido los últimos acontecimientos en el país.
Entre los detenidos figuran seis trabajadores de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y uno de la oficina de Grundberg, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Junto a ellos fueron detenidos otros once miembros de la sociedad civil yemení, sin que los hutíes se hayan pronunciado al respecto. Por su parte, los cuatro trabajadores de la ONU que ya estaban bajo custodia eran miembros de la UNESCO y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Grundberg ha detallado que el organismo, a través de todos los canales disponibles, se encuentra trabajando de forma diligente para obtener la liberación inmediata del personal detenido. Igualmente, también ha solicitado la liberación de los miembros de ONG locales detenidos por los hutíes.
En la misma línea, el jefe de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, ha reiterado que “los trabajadores humanitarios son neutrales en un conflicto” y ha agregado que “su seguridad y la seguridad de los civiles a los que dan ayuda debe ser garantizada”.
“Mi corazón está con las familias del personal detenido, que temen por el bienestar de sus seres queridos en lugar de celebrar juntos el Eid al Adha (que arranca este fin de semana)”, ha argüido.
La crisis humanitaria en Yemen se encuentra ahondándose cerca de cumplirse la década del conflicto entre los rebeldes y las autoridades reconocidas internacionalmente. Es en este contexto en el que estas detenciones han tenido lugar.
La mitad de la población está en situación de inseguridad alimentaria. Asimismo, 4,5 millones de personas siguen desplazadas dentro del país, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), incluidas muchas que se han visto desplazadas en varias ocasiones a causa del conflicto.
(Con información de Europa Press y EFE)