Volvo Cars inició el traslado de la producción de sus vehículos eléctricos de China a Europa, anticipándose a la posible imposición de aranceles por parte de la Unión Europea sobre automóviles con subsidios gubernamentales, según informaron diversas fuentes.
La empresa, además, está considerando suspender las exportaciones de sus vehículos eléctricos fabricados en China hacia Europa si el bloque europeo decide introducir estos aranceles, informó The Sunday Times. Cabe recordar que Volvo Cars pertenece mayoritariamente al grupo chino Zhejiang Geely Holding Group, que también posee la startup de vehículos eléctricos Polestar, con sede en Suecia, y la marca china de vehículos eléctricos premium Zeekr.
En China, Volvo produce los modelos EX30 y EX90, ambos utilitarios deportivos eléctricos. La producción de estos vehículos se trasladará a Bélgica, lo que podría evitar que la empresa tenga que congelar las exportaciones hacia los mercados europeos, comentó el medio The Times.
Este movimiento se da en un contexto en el que se espera que la Comisión Europea tome una decisión preliminar esta semana sobre la investigación de ocho meses de duración sobre los subsidios de Beijing a los vehículos eléctricos fabricados por empresas chinas. El organismo regulador, encargado de la política comercial del bloque de 27 miembros, podría imponer tarifas antisubsidios nueve meses después de iniciar la investigación.
“La entrada masiva de autos eléctricos chinos a precios artificialmente bajos, gracias a enormes subsidios estatales, está distorsionando nuestro mercado”, expresó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ante legisladores de la UE en Francia el pasado octubre, cuando anunció la investigación.
Sin embargo, no todos los fabricantes de automóviles europeos están a favor de estos aranceles. Carlos Tavares, CEO de Stellantis, le pidió a la Comisión a abstenerse de imponerlos, argumentando que podrían incrementar la inflación y afectar las ventas en toda Europa, calificándolos como una “trampa”.
Tavares, cuya compañía incluye marcas como Jeep y Ram, también describió el mercado automotriz como “darwiniano”, sugiriendo que medidas proteccionistas como los aranceles aislarían a los fabricantes de automóviles europeos en una “burbuja”. Según él, las empresas dentro de esa burbuja serían superadas por aquellas que luchan arduamente por una posición en el mercado global.
De imponerse los aranceles a los vehículos eléctricos chinos, la UE seguiría el ejemplo de Estados Unidos, que planea cuadriplicar los aranceles sobre las importaciones de vehículos eléctricos desde China a finales de este verano. Además, la administración Biden está aumentando los aranceles sobre semiconductores, baterías de iones de litio, células solares y algunos productos de acero y aluminio para frenar la competencia.
Por su parte el Ministerio de Comercio de China advirtió que estos aranceles “afectarán seriamente la cooperación bilateral” y ha amenazado con “tomar medidas decididas para defender sus derechos e intereses”. Un grupo empresarial afiliado indicó al Global Times, de propiedad estatal, que se podrían aumentar los aranceles hasta un 25% sobre los vehículos importados.