Las autoridades filipinas reafirmaron este sábado su intención de mantener sus puestos en el mar Meridional sin la necesidad de notificar previamente a ningún otro Estado. Esta decisión responde a la reciente demanda del régimen de China que Manila calificó de “absurda, sin sentido e inaceptable”.
“Reafirmamos nuestro compromiso de defender nuestros derechos soberanos y nuestra jurisdicción sobre Ayungin Shoal, que está bien dentro de nuestra Zona Económica Exclusiva (ZEE) como reconoce el Derecho internacional y el laudo arbitral de 2016″, señaló el asesor de Seguridad Nacional, Eduardo Año.
En un comunicado publicado en redes sociales, Año se refirió a la declaración que este jueves realizó el Gobierno chino sugiriendo que Filipinas le notificase de sus operaciones en Ayungin Shoal “con la antelación pertinente”.
“No necesitamos ni necesitaremos nunca la aprobación de China para ninguna de nuestras actividades allí”, defendió Año, que tildó la propuesta china de “absurda, sin sentido e inaceptable”.
El asesor respondió así al comentario del Ministerio de Exteriores chino que condicionó la entrega de suministros al oxidado buque de la Segunda Guerra Mundial, BRP Sierra Madre, que Manila mantiene como puesto militar avanzado en el disputado banco de arena desde 1999.
“Nuestras operaciones se llevan a cabo dentro de nuestras propias aguas territoriales y ZEE (...) No nos disuadirán las injerencias o intimidaciones extranjeras”, garantizó el representante filipino quien, además, volvió a acusar a la Guardia Costera de China de actuar de manera “agresiva” cuando en mayo bloqueó un buque filipino que evacuaba a un soldado enfermo del barco.
“Tales acciones no son sólo violaciones de las leyes marítimas internacionales, sino también de los Derechos Humanos básicos”, manifestó el jefe de la Seguridad nacional de Filipinas, aludiendo a la presunta incautación por fuerzas chinas de alimentos y suministros médicos destinados a las tropas filipinas en la BRP Sierra Madre. Estas acciones, dijo, son “igualmente censurables y merecen una investigación exhaustiva y la rendición de cuentas”.
Filipinas sigue “abierta al diálogo y a las negociaciones pacíficas” para resolver las disputas en la vía marítima, aseguró Año, pero éstas “deben basarse en el respeto mutuo y la adhesión al Derecho Internacional”.
China reclama la soberanía de todas las aguas del mar Meridional, una zona de vital importancia para el tráfico comercial, por lo que ha desplegado cientos de embarcaciones para realizar labores de patrullaje en lo que considera su propia jurisdicción.
A principios de junio, el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., advirtió que si se produce una muerte “intencionada” de un ciudadano filipino en el marco de las tensiones territoriales con China en el mar Meridional, lo considerará “un acto de guerra”.
“¿Qué pasaría si hubiera un incidente que terminara con la muerte de un militar filipino, sea un guardacostas, un soldado o un miembro de la Armada? Evidentemente supondría un incremento del nivel de respuesta”, indicó.
“Si muere un ciudadano filipino en un acto intencionado estaría muy, muy cerca de lo que definimos como un acto de guerra y por consiguiente responderíamos de forma acorde”, aseguró el mandatario filipino.
Además advirtió que este incremento de la respuesta podría implicar la activación del Tratado de Defensa Mutua suscrito entre Filipinas y Estados Unidos, aunque subrayó que su objetivo es mantener la paz en la región.
“Estamos decididos a ser una fuerza para el bien, una fuerza para la paz, un campeón de la unidad regional y global y un firme defensor del orden internacional y sus normas”, resaltó.
“La estabilidad de esta región necesita de que China y Estados Unidos gestionen su rivalidad de forma responsable”, agregó Ferdinand Marcos Jr.
(Con información de Europa Press)