La Fiscalía de Ucrania acusó formalmente este jueves a Oleg Makarevich, coronel general de las Fuerzas Armadas de Rusia, de haber sido cómplice de la destrucción de la represa hidroeléctrica de Nueva Kakhovka, en Kherson, hace exactamente un año.
Las autoridades difundieron un comunicado en el que, si bien no llaman por su nombre y apellido al funcionario de Moscú, sí mencionan su cargo -entonces, de comandante de la fuerza del Dnieper- y lo señalan de haber actuado en calidad de cómplice y de haber sido, además, el responsable de coordinar a quienes llevaron a la acción la orden de destrucción.
El 6 de junio de 2023, poco después del mediodía, Ucrania denunció un atentado contra esta represa, ubicada sobre el río Dniéper y a unos 150 kilómetros de la central nuclear de Zaporizhzhia. Se trata de una infraestructura clave en el sur del país ya que abastece de agua a la península de Crimea. En cuestión de pocas horas, el agua subió más de diez metros y se declaró el estado de emergencia por las inundaciones, a la par que se emitieron órdenes de evacuación para todos los vecinos.
No obstante los esfuerzos, más de 100.000 personas quedaron atrapadas, al menos 53 murieron y miles perdieron sus casas. También, quedaron completamente destruidas cientas de hectáreas de tierra.
Con base en estos balances, en el documento presentado este jueves por la Fiscalía se señaló que la mayoría de las instalaciones afectadas fueron de índole civil, por lo que el acto tuvo graves consecuencias para la población de las 66 localidades cercanas y fue descrito como un “crimen de guerra”.
“Los suelos fértiles han sido erosionados, los animales y las plantas están amenazados”, mientras que las “grandes áreas agrícolas” quedaron anegadas y se provocaron “daños a gran escala al medio ambiente”, indica el texto y agrega que aún se está a la espera de las conclusiones de los exámenes del suelo y del aire en la zona, que permitirán determinar los posibles procedimientos judiciales y acusaciones por delito de ecocidio.
Tampoco se descarta la participación de más actores rusos, como políticos y militares, en la planificación y ejecución de los actos.
Junto con el anuncio de la Fiscalía, el presidente Volodimir Zelensky emitió sus propias declaraciones, recordando y lamentando lo sucedido un año atrás. “Fue un crimen deliberado y premeditado, uno de sus crímenes más graves contra el medio ambiente y la población en toda nuestra región. Al menos decenas de miles de personas resultaron afectadas y cientos de miles se quedaron sin acceso al agua potable limpia”, dijo.
Desde un primer momento, el mandatario destacó la gravedad de lo ocurrido y apuntó contra el Kremlin por estar detrás de este acto. “Rusia lleva más de un año controlando la presa y toda la central nuclear de Kakhovka. Es físicamente imposible volarla de algún modo desde el exterior, mediante bombardeos. Fue minada por los ocupantes rusos… la volaron”, dijo entonces en un video.
“Rusia ha detonado una bomba de destrucción medioambiental masiva. Es el mayor desastre medioambiental provocado por el hombre en Europa en décadas. Es el terrorista más peligroso del mundo y, por eso, la derrota de Rusia -una derrota que aseguraremos de todos modos- será la contribución más significativa a la seguridad de nuestra región, de Europa y del mundo entero”, sumó.
(Con información de Europa Press)