Human Rights Watch denunció este miércoles a Israel por atacar edificios residenciales en el Líbano con fósforo blanco, lo que constituye un delito según el derecho internacional. La acusación se encuentra en el último informe presentado por el grupo defensor de Derechos Humanos.
Según expone el documento, las agresiones ocurrieron en por lo menos 17 ciudades y aldeas al sur del país, entre ellas Kfar Kila, Mays al-Yabal, Boustan, Merkaba y Aita al-Shaab, foco de los intensos combates de los últimos meses. Si bien los expertos no dieron con pruebas de las clásicas lesiones que provoca este elemento, sí oyeron “relatos que indicaban posibles daños respiratorios” en ocho residentes de estas zonas y dieron con casi 47 imágenes y videos verificados que muestran proyectiles de fósforo blanco cayendo sobre los edificios allí así como las densas columnas de humo con forma de pulpo, consistentes con el efecto de esta sustancia.
También, el texto señala que el Ministerio de Sanidad libanés dio cuenta de al menos 173 personas que requirieron atención médica tras haber estado expuestas a este químico, con cuadros de “asfixia y dificultad respiratoria grave”.
El uso del fósforo blanco sobre zonas residenciales constituye un delito según el derecho internacional ya que, al entrar en contacto con el oxígeno, tiene la capacidad de incendiar edificios y quemar la carne humana hasta los huesos. Además, quienes logran sobrevivir aún corren el riesgo de contraer infecciones e insuficiencias orgánicas o respiratorias, incluso si sus quemaduras son leves.
“El extenso uso de fósforo blanco por parte de Israel en el sur del Líbano pone a los civiles en grave riesgo y contribuye al desplazamiento de civiles”, advirtió el grupo en base a sus evidencias y pidió al Gobierno de Beirut que permita a la Corte Penal Internacional investigar y juzgar estos “graves crímenes internacionales”, que estarían ocurriendo desde el inicio de la guerra, en octubre de 2023.
“El reciente uso de fósforo blanco por parte de Israel en el Líbano debería motivar a otros países a tomar medidas inmediatas para lograr este objetivo”, apuntó el investigador del grupo Ramzi Kaiss.
La denuncia de este miércoles se sumó a la de Amnistía Internacional que ya en el primer mes de enfrentamientos acusó a las Fuerzas de Defensa de hacer uso de esta sustancia química. “Puede constituir ataques indiscriminados, que son una violación del derecho humanitario internacional y, si hay civiles heridos o muertos, puede ser un crimen de guerra”, dijo Biran Castner, investigador de armas de la ONG.
No obstante, desde el Ejército negaron todos estos señalamientos y aseguraron que se respeta a pleno el derecho internacional en lo que respecta al uso de municiones y, por tanto, el fósforo blanco sólo es utilizado como cortina de humo y no como arma contra civiles.
“Los procedimientos de las FDI exigen que no se utilicen proyectiles de este tipo en zonas densamente pobladas, salvo ciertas excepciones”, indicaron en un comunicado e insistieron en que “esto se cumple y va más allá de lo exigido en el derecho internacional”.
La Convención sobre Armas Convencionales -al que suscriben 116 países como el Líbano, aunque no Israel- es el que regula el uso de armas incendiarias y, según su Protocolo III, prohíbe su empleo en concentraciones de personas civiles desde el aire. Sin embargo, Kaiss declaró que “se necesitan normas internacionales más estrictas para garantizar que estas armas no sigan poniendo en peligro a los civiles”.
Horas antes, el primer ministro Benjamin Netanyahu había dicho que sus tropas están preparadas para lanzar “una acción muy fuerte en el norte” del país contra los terroristas de Hezbollah. “Quien piense que nos hará daño y nos quedaremos de brazos cruzados está cometiendo un gran error. Estamos preparados para una acción muy fuerte en el norte. De una u otra forma restableceremos la seguridad” allí, prometió.
(Con información de AFP, AP y EFE)