La Inteligencia de Corea del Sur informó este miércoles sobre la detección de signos de la demolición parcial de varios tramos del tren intercoreano por parte del régimen de Kim Jong-un tan solo unos meses después de que Pyongyang decidiese considerar a Seúl como uno de sus mayores enemigos.
“Como recientemente ha habido señales de que algunas partes de la vía del ferrocarril Donghae están siendo demolidas, estamos monitorizando la situación”, reza un comunicado del Servicio Nacional de Inteligencia surcoreano (NIS), recogido por la agencia de noticias Yonhap.
La demolición afecta a la línea ferroviaria Donghae, que junto a la Gyeongui fue restaurada en el año 2000, conectando la costa este de las dos Coreas, en un momento en el que se produjo una mejora de relaciones, cuando los líderes de ambos países mantuvieron una cumbre.
La línea Gyeongui recorría los 27,3 kilómetros entre la estación de Munsan, en el sur, y la de Kaesong, en el norte.
Mientras, la línea Donghae, que recorría paralelamente la costa este de la península, trazaba los 25,5 kilómetros entre la estación norcoreana de Kumgangsan y la surcoreana de Jejin.
Ninguna de estas líneas fueron operadas excepto por una prueba piloto en 2007.
La demolición se produce después de que en enero Corea del Norte derribara un importante monumento que simbolizaba la unificación con el Sur, según mostraron imágenes satelitales, tras definir a la nación vecina como “país hostil número uno” en su Constitución y abandonar cualquier esfuerzo para reunificarse.
Estas últimas decisiones buscarían mandar un fuerte mensaje a Seúl, pero también a la población norcoreana, después de que Corea del Norte, adoptara estas decisiones.
El Ejército surcoreano retomó este miércoles sus actividades militares junto a la frontera conjunta tras la suspensión por completo del tratado intercoreano de 2018, que ya fue interrumpido parcialmente en noviembre, hasta que se restaure la “confianza mutua” entre Pyongyang y Seúl, que en los últimos meses han protagonizado una serie de acciones que han aumentado la inestabilidad en la península coreana.
La decisión se conoce un día después de que el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, respaldará una moción para la suspensión total del pacto en respuesta al envío a su territorio de unos mil globos rellenos de basura procedentes de Corea del Norte y varios ataques de interferencia de la señal GPS en días recientes.
En virtud de la entrada en vigor del acuerdo militar de 2018 se prohibieron los ejercicios de artillería, navales y de campo a nivel regimiento debido al establecimiento de zonas de amortiguamiento terrestres y marítimas en áreas fronterizas.
También se designaron zonas de exclusión aérea cerca de la frontera para evitar choques accidentales de aviones.
De acuerdo a las fuentes militares recogidas por Yonhap, las tropas de la Marina estacionadas en islas fronterizas del noroeste planean llevar a cabo ejercicios de disparo con obuses autopropulsados K-9 próximamente por primera vez en seis años.
Exceptuando los ejercicios con fuego real llevados a cabo en enero en respuesta a maniobras de artillería por parte del Norte, el ejército surcoreano se había abstenido de realizar ejercicios de artillería en el área.
También se espera que el ejército reanude los ejercicios de artillería en tres campos de tiro en áreas previamente designadas como zona de amortiguamiento terrestre, según las fuentes.
Las maniobras con obuses K-9 en el área fronteriza han enfurecido con anterioridad a Pyongyang, por lo que el recrudecimiento de la tensión cerca de la denominada Línea Límite Norte (LLN), que sirve para dividir las aguas territoriales de los dos vecinos en el mar Amarillo, genera preocupación.
El régimen de Corea del Norte ha insistido recientemente en sus vínculos amistosos con China y Rusia en medio del prolongado estancamiento de las negociaciones con Seúl, Washington y Tokio, que han fortalecido por su parte su alianza trilateral.
(Con información de EFE, AFP Y Europa Press)