El Tesoro de Estados Unidos sancionó el martes a tres individuos chinos y a tres empresas tailandesas por su implicación en una red de ciberdelincuencia que, según dijo, realizaba amenazas de bomba y solicitudes fraudulentas de ayudas relacionadas con el COVID, lo que costó al Gobierno miles de millones de dólares.
Los individuos y las empresas con sede en Tailandia fueron sancionados por actividades relacionadas con la red de bots 911 S5, un servicio que comprometía computadoras y hacía que los ciberdelitos se rastrearan hasta los ordenadores de las víctimas en lugar de a los dispositivos de los autores, dijo el Tesoro.
“Estos individuos aprovecharon su tecnología maliciosa de ‘botnet’ para comprometer dispositivos personales, permitiendo a los ciberdelincuentes obtener fraudulentamente ayudas económicas destinadas a los necesitados y aterrorizar a nuestros ciudadanos con amenazas de bomba”, declaró el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian Nelson.
Las direcciones IP comprometidas estaban vinculadas a una serie de amenazas de bomba realizadas en todo Estados Unidos en julio de 2022, según el comunicado.
EEUU evalúa sanciones adicionales ante intensificación de giro bélico ruso
Estados Unidos y sus socios están dispuestos a aprobar sanciones y controles a la exportación para impedir el comercio entre China y Rusia, que amenaza su seguridad en medio de la actual guerra de Ucrania, dijo el martes un funcionario de la Casa Blanca.
El viceconsejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para Economía Internacional, Daleep Singh, dijo que los países también podrían seguir actuando para aumentar el costo que supone para Rusia el uso de una flota en la sombra para eludir el tope de precios del petróleo impuesto por los países del Grupo de los Siete.
También podrían ampliar el lenguaje de las sanciones actuales en relación con la facilitación financiera, dados los movimientos de Moscú para cambiar su economía al esfuerzo bélico, dijo, aunque se negó a decir si Washington y sus aliados se están moviendo para adoptar sanciones secundarias.
Señaló que Rusia depende totalmente de China, lo que otorga a Beijing una “enorme influencia” sobre la capacidad de Moscú para proyectar poder, y que China también se enfrenta a riesgos y costos, ya que su comercio combinado de bienes con la Unión Europea y Estados Unidos es siete veces mayor que su comercio con Rusia.
“Para ser claros, no tenemos ningún deseo de interrumpir todo el comercio entre Rusia y China, pero nosotros y nuestros socios estamos preparados para usar nuestras sanciones y nuestros controles de exportación para prevenir el comercio de bienes y tecnologías que amenazan nuestra seguridad colectiva”, indicó.
Según indicó, el comercio entre Rusia y China ha disminuido desde que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, amplió la capacidad del Tesoro para atacar a las instituciones financieras, y añadió que las autoridades podrían ampliarla aún más.
Singh dijo en un acto organizado por el centro de estudios Brookings Institution que los países occidentales deben intensificar sus esfuerzos para impedir que Moscú eluda las sanciones, e instó a las empresas estadounidenses a asegurarse de que sus productos no estén ayudando de forma involuntaria al esfuerzo bélico de Rusia.
Afirmó que la cumbre de líderes del G7 del mes próximo es la mejor oportunidad para apuntalar el déficit de financiación de Ucrania, al planear la monetización de unos 300.000 millones de dólares en activos rusos congelados, una medida que calificó de arriesgada pero necesaria.
(Con información de Reuters)