El nuevo presidente de Taiwán afirmó el domingo que sigue dispuesto a trabajar con China, a pesar de la creciente amenaza del gigante asiático tras los ejercicios militares realizados esta semana en torno a la isla.
Tres días después de la toma de posesión de Lai Ching-te, buques de guerra y aviones de combate chinos rodearon Taiwán en ejercicios que, según China, eran una prueba de su capacidad para apoderarse de la isla.
Durante los simulacros de dos días, China prometió que las “fuerzas independentistas” se quedarían “con la cabeza rota y la sangre corriendo”.
Infografía realizada en base a la de The New York Times
Lai declaró a la prensa el domingo que deseaba que Taiwán y China “asuman conjuntamente la importante responsabilidad de la estabilidad regional”.
“También espero mejorar el entendimiento mutuo y la reconciliación a través de los intercambios y la cooperación con China... y avanzar hacia una posición de paz y prosperidad común”, declaró en un acto en Taipei.
Las comunicaciones entre China y Taiwán se cortaron en 2016 tras la llegada al poder de la expresidenta Tsai Ing-wen, que prometió defender la soberanía de Taiwán.
Lai, que procede del mismo Partido Democrático Progresista (PDP), ha prometido mantener las políticas de Tsai de aumentar las capacidades de defensa de Taiwán, al tiempo que se mantiene abierto al diálogo con China y fortalece las relaciones con los socios de la isla, en particular, Estados Unidos.
Pero China dijo que el discurso inaugural de Lai el lunes equivalía a llamamientos a la independencia, “empujando a nuestros compatriotas de Taiwán a una peligrosa situación de guerra y peligro”.
“Cada vez que la “independencia de Taiwán” nos provoque, llevaremos nuestras contramedidas un paso más allá, hasta lograr la reunificación completa de la madre patria”, declaró el viernes el portavoz del Ministerio de Defensa, Wu Qian.
Wen-Ti Sung, miembro no residente del Global China Hub del Atlantic Council, declaró a la AFP que Lai “se mantendrá firme en su proyecto de resolución” tras esta primera interacción entre su administración y Pekín.
“Sin embargo, no cabe duda de que Lai buscará el apoyo de otros socios y amigos internacionales para facilitar la comunicación con Pekín”, añadió Sung.
Tácticas de intimidación
Desde 2016, Chia ha aumentado las presiones militares y políticas sobre Taiwán, y sus buques navales, drones y aviones de guerra mantienen una presencia casi diaria alrededor de la isla.
La disputa ha convertido desde hace tiempo el estrecho de Taiwán en uno de los focos de tensión más peligrosos del mundo.
Durante los ejercicios de esta semana, aviones de combate cargados con munición real se dirigieron hacia objetivos y bombarderos formaron formaciones para combinarse con buques de guerra y simular “ataques contra objetivos importantes”, según informó la cadena estatal china CCTV.
Tong Zhen, de la Academia de Ciencias Militares de China, declaró a la agencia estatal de noticias Xinhua que los ejercicios “iban dirigidos principalmente contra los cabecillas y el centro político de la “independencia de Taiwán”, e incluían ataques de precisión simulados contra objetivos políticos y militares clave”.
Meng Xiangqing, profesor de la Universidad Nacional de Defensa, con sede en Pekín, declaró a Xinhua que los buques del Ejército Popular de Liberación (EPL) “se estaban acercando a la isla más que nunca” y habían incluido el este de la isla, considerado por el EPL la dirección más probable desde la que podría llegar una intervención exterior.
“Los simulacros han demostrado que podemos controlar esa zona oriental”, dijo Meng.
Estados Unidos, que no reconoce diplomáticamente a Taiwán pero es su mayor aliado y proveedor de armas, instó el sábado a China a “actuar con moderación”.
Los expertos afirman que Pekín busca intimidar y agotar al ejército de Taiwán.
El domingo, dos días después del fin de los ejercicios, el Ministerio de Defensa de Taiwán informó de que siete aviones chinos, 14 buques de guerra y cuatro barcos guardacostas “operaron alrededor” de la isla en un periodo de 24 horas que terminó a las 06.00 horas (22.00 GMT del sábado).
En otro comunicado, el Ministerio informó de que había encontrado una caja de cartón con consignas políticas que, según él, había dejado Pekín en un muelle de Erdan, un islote de Kinmen controlado por Taiwán y próximo a la ciudad china de Xiamen.
El Ministerio de Defensa se encogió de hombros ante el incidente, afirmando que sospechaba que pretendía crear polémica en Internet.
Una gran prueba
En la primera semana de Lai en el cargo, decenas de miles de personas salieron a las calles de Taipei para protestar contra los proyectos de ley del Kuomintang, partido de la oposición considerado pro Pekín, y del Partido Popular de Taiwán.
Los legisladores del DPP han acusado a la oposición de tramitar por la vía rápida los proyectos de ley, que amplían los poderes del Parlamento, sin consultarles debidamente.
Dado que el DPP de Lai ya no tiene la mayoría en el Parlamento, es probable que su partido se enfrente a dificultades para aprobar las políticas de su administración, como el refuerzo del presupuesto de defensa.
Amanda Hsiao, del International Crisis Group, declaró a la AFP: “Las presiones están llegando rápido y pronto para el gobierno de Lai”.
“Esta va a ser una gran prueba de su capacidad para gestionar múltiples desafíos, internos y externos, al mismo tiempo”.
(Con información de AFP)