El Reino Unido anunció este martes que este mismo año se iniciarán los pagos de indemnizaciones a las miles de personas que resultaron infectadas por el suministro de sangre o productos sanguíneos proporcionados por el servicio de salud pública hace algunas décadas. En total, se destinarán más de 10.000 millones de libras esterlinas en los resarcimientos por este caso.
El ministro de la Oficina del Gabinete, John Glen, informó que el plan completo de pagos estará disponible a la brevedad pero que se contemplará a aquellas víctimas que requieran el dinero de manera más urgente ya que “el tiempo es esencial”. En sus casos, sumó, se hará un desembolso adicional de 210.000 libras en un plazo no mayor a 90 días.
La noticia se conoció apenas un día después de que se publicara un informe que expuso que, entre 1970 y principios de 1990, los servidores de salud y medicina públicos suministraron a pacientes sangre o productos sanguíneos contaminados con VIH o hepatitis C, algo “inaceptable”, según el Gobierno. Esto se debió a que, entonces, producto de la escasez, las autoridades permitieron la importación de este tejido líquido desde el extranjero, sabiendo los riesgos que implicaba al provenir de donantes de alto riesgo como presos y drogadictos a los que se les pagaba por transfusión.
Los principales afectados fueron los pacientes con hemofilia, trastornos en los que la sangre no coagula como debería y aquellos que recibieron transfusiones después del parto, accidentes y durante tratamientos médicos.
Se trata del peor escándalo en la materia, que no fue un “accidente” sino más bien de algo que podría “haberse evitado mayoritariamente”, concluyó el juez Brian Langstaff.
“El sistema inepto y fragmentado de donaciones que había en el Reino Unido en aquel momento implicó que hubiera fallos a la hora de asegurar un suministro suficiente del llamado Factor VIII de donantes británicos”, que alcanzó a unas 30.000 personas, de las cuales 3.000 murieron, se lee en la sentencia.
Las autoridades fueron “demasiado lentas” y contribuyeron a este desastre, que “continúa ocurriendo” hoy en día, ya que muchos de los pacientes “se siguen muriendo cada semana”, agrega.
“Hoy es un día de vergüenza para el Estado británico”, lamentó por su parte el primer ministro Rishi Sunak, quien extendió sus disculpas a todos los afectados y reconoció que se trata de un “fracaso moral de décadas” que llegó al “corazón de nuestra vida nacional”.
“Una y otra vez, las personas en posiciones de poder y confianza tuvieron la oportunidad de parar la transmisión de estas infecciones, y una y otra vez no lo hicieron”, agregó y prometió que “cualquiera sea el costo, lo pagaremos”, agregó.
A raíz de todos los inconvenientes que ha generado en las familias británicas desde entonces, aquellos que han estado cuidando de estos enfermos también serán elegibles para solicitar una indemnización.
Algunos informes provisionales presentados en julio de 2022 y abril de 2023 ya exponían esta negligencia y sugerían una indemnización, que entonces llegó a unos 4.000 personas y sus allegados, por un total de 100.000 libras.
(Con información de EFE y AP)