El nuevo presidente de Taiwán, William Lai (Lai Ching-te), reiteró este lunes su oferta de diálogo a China en condiciones de “igualdad y paridad”, un planteamiento rechazado en otras ocasiones por el Gobierno en Beijing, que considera a la isla como una “provincia rebelde”.
“Espero que China afronte la realidad de la existencia de la República China (nombre oficial de Taiwán) y, con buena voluntad, elija el diálogo sobre la confrontación”, aseveró Lai durante su discurso de toma de posesión.
El líder del Partido Democrático Progresista (PDP), quien asumió este lunes en sustitución de Tsai Ing-wen (2016-2024), también del PDP, aseguró que “la paz no tiene precio y la guerra no tiene ganadores”, y dejó patente su intención de mantener el actual statu quo en el estrecho y no declarar la independencia de Taiwán.
“Hay un gran consenso internacional de que la paz y la estabilidad en el estrecho son indispensables para la seguridad y la prosperidad globales”, manifestó Lai, político de 64 años con una amplia trayectoria política en Taiwán, destacando sus roles como vicepresidente (2020-2024) y primer ministro (2017-2019).
Respecto a las relaciones con China, el mandatario isleño pidió que las autoridades de Beijing terminar su “intimidación política y militar” sobre Taiwán y respeten al Gobierno democráticamente elegido por la población.
“La República China y la República Popular China no están subordinadas la una a la otra. Todas las personas de Taiwán deben unirse para salvaguardar nuestra nación, los partidos políticos deben oponerse a la anexión y nadie debería abrazar la idea de abandonar nuestra soberanía por ganar poder político”, sentenció Lai entre aplausos.
Lai, tachado de “secesionista” y “alborotador” por Beijing, se convirtió este lunes en el quinto presidente en la historia democrática de Taiwán, iniciando oficialmente un mandato en el que buscará preservar la autonomía de la isla frente a China.
En el plano interno, Lai también encara importantes desafíos, como los altos costos de la vivienda y los bajos salarios, a los que tendrá que hacer frente en un Parlamento con mayoría opositora.
Desde las elecciones del pasado enero, en las que venció con un 40 % de los votos, el nuevo presidente taiwanés ha reiterado en varias ocasiones su oferta de diálogo a China sin “condiciones políticas previas”, sobre la base de que la República China (denominación oficial de Taiwán) es un país soberano y que su futuro debe ser decidido por sus habitantes.
Ocho jefes de Estado, entre ellos el presidente paraguayo Santiago Peña, destacan entre las 51 delegaciones internacionales que acudieron para demostrar apoyo a la democracia de la isla.
La República Popular China, por su parte, sostiene que cualquier contacto oficial con el gobierno en Taipéi debe realizarse sobre la base del “Consenso de 1992″ y del “principio de una sola China”, por el que se considera al Gobierno en Bejing como el único representante legítimo de China en el mundo y a la isla, gobernada de forma autónoma desde 1949, como una “parte inalienable” del territorio chino.
En el plano interno, Lai también encara importantes desafíos, como los altos costos de la vivienda y la educación y los bajos salarios, a los que tendrá que hacer frente en un Parlamento con mayoría opositora.
(Con información de EFE y AFP)