Una sirena de dos minutos de duración sonó en todo Israel este lunes, lo que hizo que todos hicieran una pausa y recordaran a los soldados caídos y a las víctimas civiles de las hostilidades.
El Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu encabezó a funcionarios militares y gubernamentales para conmemorar el Día de los Caídos en el cementerio Monte Herzl de Jerusalén.
En los últimos meses, los israelíes se han familiarizado con el sonido de las sirenas a todo volumen, lo que los lleva a refugiarse de los ataques con cohetes lanzados desde la Franja de Gaza y el Líbano.
La guerra que comenzó con un ataque de Hamas el 7 de octubre en el sur de Israel se acerca a su octavo mes con fuerzas israelíes intensificando los ataques contra el campamento de Jabalia en Gaza y Rafah.
Israel dice que 620 soldados han muerto en los combates, más de la mitad de ellos durante el ataque inicial de Hamas que mató a unos 1.200, en su mayoría civiles, y dejó a más de 250 cautivos del grupo islámico que gobierna Gaza.
De los más de 25.000 militares del país muertos en cumplimiento del deber desde la fundación de Israel hace 86 años, el 3% murió en los últimos siete meses, según muestran datos del Ministerio de Defensa de Israel.
De los más de 4.000 civiles muertos en ataques insurgentes, el 20% murió a partir del 7 de octubre.
El número de muertos en la operación militar de Israel en Gaza ha superado ya los 35.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Netanyahu: “Israel lucha por su existencia”
Netanyahu dijo que la guerra contra Hamas es una lucha para asegurar la “existencia, libertad, seguridad y prosperidad” de Israel.
El primer ministro dio su discurso en memoria de los caídos durate la ceremonia en el cementerio de Monte Herzl: “Esto es exactamente en torno a lo que gira la guerra: o somos nosotros, Israel, o ellos, los monstruos de Hamas”.
Su discurso insistió en esas opciones de vida o muerte: “O la existencia continúa, la libertad, la seguridad y la prosperidad, o la destrucción, la masacre, la violación y la esclavitud. Y estamos decididos a salir victoriosos. En esta lucha hemos exigido y exigiremos un alto precio al enemigo por sus acciones criminales. Realizaremos los objetivos de la victoria y en el centro de ellos está el regreso de todos nuestros rehenes a casa. Una victoria que, con la ayuda de Dios, asegurará nuestra existencia y nuestro futuro”.
El líder de la coalición de gobierno reconoció de todas maneras que los costos del conflicto son muy grandes para su país, al igual que lo fue en el pasado: “El precio que estamos pagando, el precio que pagaron las generaciones anteriores, es muy alto”.
Para tratar de reunir a una sociedad que se muestra dividida en las opiniones sobre su gestión de gobierno, Netanyahu apeló a esta frase: “La unidad del pueblo y la aceptación del pueblo son la fuente de nuestra fuerza, junto con la internalización del significado de nuestra lucha en este momento histórico. Nuestra guerra de independencia aún no ha terminado, continúa hasta estos días”.
Los asesinatos y secuestros transfronterizos del 7 de octubre a manos de pistoleros palestinos arrastraron a Israel a la peor guerra de Gaza, que ha causado víctimas en una escala no vista en décadas y que parece estar lejos de terminar.
Con información de Reuters