Filipinas declaró este lunes que vigilará más de cerca los arrecifes, bancos e islotes de su zona económica exclusiva en el Mar de China Meridional, alarmada por las informaciones sobre nuevas actividades por parte de China, que Beijing negó.
Las autoridades de Manila afirmaron que sus fuerzas han evitado que la Guardia Costera china haya construido una isla artificial en el atolón Sabina, conocido como Escoda por los filipinos y Xianbin Jiao por los chinos, ubicado en aguas disputadas cerca de la isla filipina de Palawan. Filipinas documentó montones de coral muerto y aplastado en el atolón, lo que según Manila es evidencia de las actividades chinas.
Jonathan Malaya, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), dijo este lunes que el jefe del NSC, Eduardo Ano, había ordenado una vigilancia más estricta en los lugares dentro de la zona económica de 200 millas náuticas de Manila, a medida que se intensifica una larga disputa diplomática con Beijing.
“Nadie vigilará (estos lugares) excepto nosotros. En virtud del derecho internacional, es nuestra responsabilidad vigilarlos y garantizar que no se dañe el medio ambiente y que no se lleven a cabo actividades de recuperación”, declaró Malaya a un programa de televisión.
China pretende explotar casi todo el Mar de China Meridional, incluidas partes reclamadas por Filipinas, Brunei, Malasia, Taiwán y Vietnam, y ha llevado a cabo una amplia recuperación de tierras en algunas islas, construyendo instalaciones militares, lo que ha causado preocupación en Washington y en la región.
“Actividades ilegales”
El sábado, el portavoz de los guardacostas filipinos, Jay Tarriela, declaró que su presencia en el atolón de Escoda había disuadido a China de realizar reclamaciones a pequeña escala, pero que los científicos tendrían que determinar si los cúmulos de coral eran naturales o artificiales.
Tarriela declaró que las actividades con los corales se produjeron a unas 75 millas náuticas (120 kilómetros) de la costa de la isla de Palawan, en el país.
El portavoz de la Guardia Costera filipina afirmó que el buque BRP Teresa Magbanua lleva 26 días en las aguas en torno a Sabina para evitar las “actividades ilegales” de China y agregó que esperan la llegada de un barco japonés para asistir en las tareas de vigilancia. Según el canal filipino GMA, otros dos barcos filipinos, el BRP Cabra y BRP Malabrigo, también han estado patrullando en aguas cercanas al atolón Sabina.
Las autoridades filipinas acusaron a Beijing de destruir corales que luego usan como material de construcción para desarrollar islas artificiales. Un vídeo grabado por los guardacostas a mediados de abril y publicado el viernes mostraba montones de corales muertos y aplastados que habían sido vertidos en los bancos de arena del arrecife, alterando su tamaño y elevación.
“¿Cuál de los países [reclamantes] del mar de China Meridional está implicado en la destrucción gratuita del medio marino? Sólo China. ¿A quién más podemos culpar? Sólo a China”, declaró Tarriela a la prensa.
El funcionario agregó que la situación era similar a lo ocurrido recientemente en el Sandy Cay de la isla de Pag-asa, en el Mar de Filipinas Occidental, donde los arrecifes de coral resultaron gravemente dañados con escombros esparcidos por la zona. Mar de Filipinas Occidental es el término con el que Manila designa la sección del Mar de China Meridional que define su territorio marítimo e incluye su zona económica exclusiva.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino tachó el lunes la última acusación de Manila de “infundada y puro rumor”.
“Recientemente, la parte filipina ha difundido repetidamente rumores, ha difamado deliberadamente a China y ha intentado engañar a la comunidad internacional, lo cual es inútil”, declaró el portavoz Wang Wenbin en una reunión informativa. Instó a Manila a “volver al camino correcto de resolver adecuadamente las disputas marítimas a través de la negociación y la consulta”.
Ubicación estratégica y recursos
Las autoridades filipinas alegan que los atolones se encuentran dentro de las 200 millas náuticas (370 kilómetros) de su zona de exclusividad económica, que según la ley internacional le da derecho a la explotación de los recursos aunque sea consideradas aguas internacionales. Beijing alega razones históricas para reclamar casi la totalidad del mar de China Meridional, por el que circula alrededor del 30 % del comercio global y que alberga el 12 % de los caladeros mundiales, además de yacimientos de petróleo y gas.
En 2016, la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya desestimó las reclamaciones de China sobre el mar de la China Meridional, tal y como estaba delineado en los mapas chinos. China rechazó el fallo, insistiendo en que tenía jurisdicción sobre su llamada “línea de nueve rayas”.
En los últimos meses se han multiplicado los enfrentamientos entre buques chinos y filipinos en el mar de China Meridional, principalmente en torno a los atolones de Scarborough y de Second Thomas, donde acuden pescadores filipinos a faenar.
El atolón Sabina se encuentra en el archipiélago Spratly y es el punto de encuentro de los buques que reabastecen a las tropas filipinas estacionadas en un buque de guerra encallado en el atolón Segundo Thomas para servir de puesto avanzado a Manila.
Según el ex juez asociado del Tribunal Supremo Antonio Carpio las actividades de China en el banco de Escoda eran para impedir que Filipinas extrajera gas en el banco de Reed, en el Mar de Filipinas Occidental. Según un informe de 2023 de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, el Banco Reed podría contener hasta 5.400 millones de barriles de petróleo y 55,1 billones de pies cúbicos de gas natural.
El Escoda Shoal era un buen lugar para construir un puesto avanzado dada su ubicación cerca del Reed Bank, dijo Carpio en una entrevista en el canal de televisión filipino ABS-CBN.
José Antonio Custodio, analista de defensa y miembro del Consorcio de Investigadores del Indo-Pacífico, declaró a This Week in Asia que China podría construir un elemento artificial en el atolón Sabina para interceptar y hostigar los movimientos de los buques filipinos.
Si lo consigue, Beijing podría impedir que Manila llevara a cabo misiones de rotación y reabastecimiento desde los atolones Sabina hasta Second Thomas. Por ello, según Custodio, la Armada y los guardacostas filipinos deben prepararse para tales contingencias que impliquen actividades militares chinas.
“Para China, el valor de construir nuevas bases artificiales contribuye a su objetivo a largo plazo de proyectarse dentro y fuera de Filipinas y en el Pacífico Central. El potencial de recursos [de petróleo y gas] del Mar de Filipinas Occidental atrae a China”, afirmó.