Los conservadores y ultraconservadores reforzaron su mayoría en el Parlamento de Irán, tras la segunda vuelta de las elecciones legislativas, según los resultados oficiales publicados este sábado.
En la segunda vuelta de las legislativas celebradas el viernes estaban en juego 45 escaños del Parlamento, de un total de 290, en los distritos donde los candidatos obtuvieron menos del 20% en la primera vuelta en marzo.
Los candidatos conservadores y ultraconservadores que apoyan al régimen de Ebrahim Raisi obtuvieron la mayoría de los escaños, según los resultados publicados por el Ministerio del Interior.
Los partidarios de la línea dura buscan más restricciones culturales y sociales basadas en la sharia islámica, incluida la exigencia de que las mujeres usen el velo islámico en público. También expresan enemistad hacia Occidente, particularmente hacia Estados Unidos.
A los políticos que pedían un cambio en el gobierno del país, conocidos en general como reformistas, en general se les prohibió presentarse a las elecciones. Aquellos que pedían reformas radicales o abandonar el sistema teocrático de Irán también fueron prohibidos o no se molestaron en registrarse como candidatos.
Los partidarios de la línea dura de Irán ganaron la mayoría de los escaños restantes en una segunda vuelta electoral que les dio control total sobre el parlamento del país, dijeron las autoridades el sábado, aunque no compartieron ningún detalle sobre la participación.
La primera vuelta de las elecciones estuvo marcada por una abstención récord desde la fundación de la República Islámica en 1979 y solamente un 41% del electorado compuesto por 61 millones de personas acudió a las urnas.
La cifra de participación fue inferior al 42,57% registrado en las anteriores legislativas celebradas en 2020 al inicio de la pandemia del covid-19 y estuvo lejos del 61% registrado en los comicios de 2016.
“Tradicionalmente, la participación en la segunda vuelta es inferior a la de la primera vuelta”, declaró este sábado el ministro del Interior, Ahmad Vahidi, sin dar la cifra de participación de la segunda vuelta.
La principal coalición de partidos reformistas, el Frente Reformista, anunció a principios de año que no participaría en estas “elecciones sin sentido” tras la descalificación de varios de sus candidatos.
Estas elecciones legislativas fueron los primeros comicios organizados desde las masivas protestas desencadenadas por la muerte en detención de la joven Mahsa Amini en 2022, arrestada por presuntamente incumplir el código de vestimenta que obliga a llevar el velo en la República Islámica.
El ministro del Interior de Irán, Ahmad Vahidi, calificó como “épica” la participación en la segunda ronda de las elecciones Parlamentarias del viernes, sin dar una cifra exacta al respecto y pese a los informes de algunos medios locales sobre una abstención récord en la provincia de Teherán.
“Gracias a Dios, las elecciones se celebraron con una epopeya registrada por el pueblo”, afirmó Vahidi en una rueda de prensa donde anunció el fin del proceso electoral.
Según el titular del Interior, la participación en esta jornada electoral “fue entre un 6 y un 7% mayor en comparación con la segunda ronda de elecciones en los períodos anteriores”.
Sin embargo, medios locales como el periódico Farhikhtegan cifran en un 8% la participación en la provincia de Teherán, que cuenta con un censo electoral superior a siete millones y medio de personas.
El diario se basa en datos ofrecidos este sábado por el mismo Ministerio del Interior que cifró en poco más de 552.000 los votos válidos de la provincia de Teherán.
Horas antes y pese a estos informes, Vahidi tachó de “épicas” las elecciones en Irán.
“Finalizó la segunda ronda de las elecciones. Gracias a Dios, el pueblo creó una epopeya”, escribió el ministro en X.
Este comentario fue criticado por el exministro iraní de Comunicaciones, Mohammad Javad Azari-Jahromi.
“Probablemente con epopeya se refiere a la no participación del 92 % en Teherán”, publicó en X.
Aunque en la primera ronda de las elecciones legislativas, celebradas el 1 de marzo, se registró la participación más baja (41 %) en los 45 años de la República Islámica, las autoridades la celebraron, afirmando que había superado las expectativas y los números que daban a conocer las encuestas previamente.
La República Islámica de Irán ha dado siempre gran importancia al alto número de votos como prueba de su legitimidad y respaldo popular.
Esa baja participación se atribuyó al descontento del electorado, en parte por la descalificación de reformistas, y a la mala situación económica del país.
Además, fueron las primeras elecciones después de las protestas desatadas por la muerte de Amini tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico, en las que se pidió el fin de la República Islámica y en las que murieron al menos 500 personas en la represión policial.
El parlamento en Irán desempeña un papel secundario en el gobierno del país, aunque puede intensificar la presión sobre la administración a la hora de decidir sobre el presupuesto anual y otros proyectos de ley importantes. El líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, tiene la última palabra en todos los asuntos estatales importantes.
(Con información de AFP, AP y EFE)