El director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, espera que Irán ofrezca pronto respuestas a numerosas cuestiones pendientes sobre la naturaleza de su programa nuclear, y mejore la cooperación con los inspectores internacionales.
“Queremos resultados y los queremos pronto, y creo que ellos lo han entendido también”, declaró Grossi a su llegada a Viena tras una visita a Teherán de dos días que buscaba “reanudar los compromisos” con Teherán.
“El estado actual de las cosas es totalmente insatisfactorio y eso debe cambiar”, agregó el diplomático argentino, que aseguró que la comunidad internacional espera respuestas de Irán “más pronto que tarde”.
En 2023, Teherán ofreció amplias garantías al OIEA para esclarecer interrogantes pendientes desde hace años sobre partículas de uranio artificial encontradas en sitios no declarados y reinstalar equipos de supervisión retirados, pero apenas se ha avanzado en esos compromisos.
Grossi viajó a Irán el lunes con la esperanza de fortalecer la supervisión de las actividades atómicas de Teherán tras meses de escasos avances.
El director general del OIEA no quiso ofrecer detalles concretos sobre lo negociado debido a la “sensibilidad” del asunto y porque algunas de estas medidas son voluntarias, pero indicó que parte de las negociaciones versan sobre el nivel de enriquecimiento de uranio y el acceso a instalaciones nucleares.
Actualmente, Irán enriquece uranio hasta un 60% de pureza, según los datos de la propia agencia nuclear de la ONU, y se acerca al 90% necesario para alimentar una bomba atómica.
Las negociaciones entre el OIEA y la República Islámica se producen en un contexto de gran tensión regional debido a la ofensiva israelí sobre Gaza.
Grossi visitó este martes Isfahán, que acoge gran parte del programa nuclear iraní y que sufrió un ataque el mes pasado, atribuido a Israel, sin que se produjeran daños en las instalaciones nucleares.
Las relaciones entre Irán y el OIEA se han ido deteriorando desde que Teherán dejó de respetar los compromisos adquiridos en el acuerdo nuclear de 2015, en respuesta a la salida de Estados Unidos del pacto en 2018, durante la presidencia de Donald Trump (2017-2021).
Desde entonces, Teherán ha reducido las inspecciones, vulneró los niveles de enriquecimiento de uranio y las cantidades almacenadas de esa materia prima, ha desconectado cámaras de seguridad y ha vetado a varios inspectores de la ONU.
Grossi ya ha advertido que Teherán tiene suficiente uranio enriquecido casi de nivel armamentístico para fabricar “varias” bombas nucleares si decide hacerlo. Ha reconocido que su agencia no puede garantizar que ninguna de las centrifugadoras de Irán pueda haberse dedicado a enriquecer uranio de forma clandestina.
“He propuesto una serie de medidas prácticas concretas para revitalizar el comunicado conjunto del 4 de marzo de 2023 con el objetivo de restaurar el proceso de desarrollo de la confianza y aumentar la transparencia”, dijo en X Grossi, quien se encuentra en Teherán para reuniones del “alto nivel”.
El acuerdo del 4 de marzo de 2023 consistía en el establecimiento de un “camino constructivo” con Irán para restablecer las inspecciones de su programa nuclear y se alcanzó durante una visita de Grossi a Teherán.
(Con información de EFE)