La Unidad 29155 del GRU, vinculada con operaciones de asesinato, envenenamiento y sabotaje por parte de Rusia, estuvo implicada en la destrucción de almacenes de municiones en República Checa, con la colaboración de una pareja de espías encubiertos que operaban como comerciantes de armas.
Este hecho se descubrió gracias a una investigación realizada por The Insider en asociación con 60 Minutes y Der Spiegel.
En 2014, la operación en Vrbětice, una pequeña localidad del sur de Moravia en República Checa, resultó en la expulsión de 18 oficiales de inteligencia rusa del país, tras vincularlos con explosiones en depósitos gubernamentales de armas y municiones.
Nikolay y Elena Šapošnikov, una pareja de rusos que durante años posaron como ciudadanos naturalizados de República Checa, han sido identificados como miembros activos de la Unidad 29155 del GRU, un escuadrón de asesinatos y sabotajes vinculado a actividades subversivas en toda Europa, incluido el envenenamiento de opositores al Kremlin y explosiones en territorios de la OTAN.
Villa Elena, un hotel ubicado en Frama, Halkidiki, en el norte de Grecia, se ha señalado como el epicentro de estas operaciones clandestinas. Los Šapošnikov transformaron esta apacible propiedad en un santuario para los operativos del GRU, facilitando un refugio discreto para la planificación y ejecución de misiones que han tenido un impacto considerable en la geopolítica europea y más allá. De acuerdo con las investigaciones, la pareja no solo proporcionó un espacio seguro sino que también estuvo directamente involucrada en coordinar y apoyar logísticamente diversas operaciones de sabotaje y desestabilización.
Los Šapošnikov no solo facilitaron el acceso a los almacenes de municiones a Alexander Mishkin y Anatoly Chepiga, operativos de la unidad quienes más tarde ganarían notoriedad por el intento de asesinato de Sergei Skripal en Inglaterra, sino que también estuvieron en contacto directo con el General Andrei Averyanov, comandante fundador de la Unidad 29155, para coordinar actos de violencia contra su nación adoptiva.
La pareja ha sido la primera en ser afiliada con esta unidad del GRU, que se especializa en operaciones “cinéticas”, es decir, de acción violenta directa.
La implicación de Elena Šapošnikov se destaca por su profundidad y alcance, operando en estrecha colaboración con Averyanov, supervisando directamente las actividades realizadas desde la villa.
“Se comunicaba con el general Andrey Averyanov por correo electrónico; su dirección de Gmail, registrada desde una dirección IP rusa, es vitazi31@gmail.com”, revelan documentos obtenidos en las investigaciones realizadas.
La cadena de sabotajes incluye el caso notorio del buque INA, desaparecido en 2013 tras partir de Bulgaria con armamento destinado a Vietnam, en una operación que se cree tenía como objetivo perjudicar a competidores en la exportación de armas.
La familia también estuvo involucrada en el comercio de armas a través de Imex Group, interactuando con figuras como Emilian Gebrev, un comerciante de armas búlgaro que posteriormente sería envenenado. Este entramado de operaciones también incluyó el sabotaje de suministros militares destinados a mercados contrarios a los intereses de Rusia, como Ucrania y el Ejército Sirio Libre.
Aunque los Šapošnikov sostuvieron que sus vínculos con la Unidad 29155 eran puramente personales o motivados por intereses comerciales legítimos, la acumulación de evidencias, incluidos correos electrónicos y documentos, contradice esta versión. La pareja ha sido objeto de investigación y su historia personal despierta numerosas interrogantes, desde su falsificación de documentos en Chequia hasta su adquisición de la villa en Grecia y los viajes encubiertos de Elena a Rusia usando pasaportes checos y rusos para no dejar rastro.
En 2023, las autoridades checas los declararon “personas de interés”, solicitando su interrogatorio por parte de las autoridades griegas. Nikolay Šapošnikov falleció de un infarto en febrero de 2024 en Grecia. La investigación reveló que Elena Šapošnikova estaba en posesión de un pasaporte de servicio ruso especial, vinculándola directamente con la Unidad 29155.
La historia fue destapada tras una meticulosa investigación que incluyó análisis de datos de viaje y comunicaciones electrónicas, además de entrevistas con implicados y afectados por las operaciones de la unidad.