El director del Centro Adam Smith, Carlos Díaz Rosillo, dialogó con Infobae durante la conferencia Freedom Matters, que se desarrolló en Buenos Aires el jueves y viernes. Analizó el proceso electoral que se aproxima en Venezuela, el rol que juega Lula da Silva en la región y los temas a los que les tiene que prestar atención Estados Unidos.
-En pocos meses Venezuela va a afrontar un proceso electoral. ¿Cuál es la importancia que tiene en la región estas elecciones y qué cree que hará Maduro? ¿Puede poner más trabas para que no se haga?
-Del dictador se puede esperar absolutamente todo. En este momento, veo difícil que haya unas elecciones limpias y transparentes como debería haber. Hubieron unas elecciones primarias en la que una candidata recibió más del 90% del apoyo de los que votaron, que dijeron que quería que ella fuese la alternativa al dictador. De una manera previsible, la inhabilitó. Se puso a otra persona y también la inhabilitó. Y ahora hablamos de la posibilidad de que le permita entrar en la elección al suplente, de la suplente de la candidata que el pueblo eligió. Es ridículo. Es tan serio que no te puedes reír. Y mientras eso sucede, la comunidad internacional no hace prácticamente nada. Hay declaraciones en contra, pero nada serio. Sin consecuencias. En el caso de los Estados Unidos, no sólo no hubo consecuencias, sino que la administración premió al dictador. Y no sé si se hizo por afinidad ideológica o porque fueron engañados. No entiendo como con una dictadura tan clara y agresiva en contra de los intereses de su propio pueblo, es recompensada con una serie de políticas que han ayudado al dictador a afianzarse en el poder.
-¿Qué debería pasar para que sea un proceso electoral limpio?
-Yo creo que tiene que haber consecuencias muy claras. La comunidad internacional tiene que decir que si no hay elecciones limpias, van a haber sanciones muy fuertes. No sólo declaraciones, sino sanciones verdaderas. Porque si no se tiene un costo, ¿para que se van a hacer las elecciones? Es muy evidente que cuando el dictador salga del poder, va a ser acusado por una cantidad de crímenes de todo tipo en cortes internacionales. Entonces la reacción lógica es quedarse en el poder. Y por eso se va a quedar hasta cuando pueda. Yo sé que idealmente el cambio tiene que venir desde adentro, de la sociedad civil ó de las fuerzas armadas. Pero también el apoyo de la comunidad internacional puede ayudar muchísimo. Si bien hay gobiernos de la región que han dado declaraciones adecuadas, hace falta acciones concretas para mandar un mensaje contundente. Y eso no lo veo.
-¿Qué rol cree que debería jugar el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva?
-Es un jugador extremadamente importante por dos razones. Por ser presidente de la primera potencia latinoamericana, puede poner mucha presión. Y también por el tema ideológico. Es alguien con una ideología más cercana al dictador que otros, y entonces puede poner una presión muy importante. Y si bien ha dado algunas declaraciones acertadas, no veo a Brasil poniendo un peso verdadero en contra de lo que se perfila, como unas posibles elecciones robadas.
-¿Faltaría más influencia de Brasil entonces?
-Muchísima más influencia. Si Brasil quiere ser una potencia latinoamericana, si quiere entrar a las grandes ligas, al mundo de los países influyentes, tiene que hacer que esa influencia tenga peso. Y un caso muy claro es el de Venezuela. Si bien Lula ha dado algunas declaraciones favorables, no es solo hablar sino tomar acciones claras.
-¿No le parece que hace falta que haya algunos puntos de encuentro de la comunidad latinoamericana respecto a Venezuela? Un agenda común sobre la postura internacional.
-Debería ser así. Pero no lo estamos viendo. Gobiernos como el de Brasil, México o Colombia no lo llaman dictadura. Ninguno cree que Maduro es un dictador. Si no puedes ni siquiera llamar a un dictador por lo que es, cómo vas a hacer para tomar medidas y evitar que eso continúe siendo una dictadura. Es una dictadura sin duda alguna.
-Es muy compleja la situación que se está viviendo en Ecuador, con crímenes y situaciones de violencia en ascenso. ¿Cómo evalúa la lucha que está llevando adelante su presidente, Daniel Noboa?
-La manera en que el crimen organizado ha penetrado en el territorio ecuatoriano es súper preocupante. El presidente merece crédito por tratar de atacar ese problema. Para ese tipo de problema como el que tiene Ecuador hay que actuar con mano firme, y el Presidente lo está haciendo. Lleva poco tiempo en el poder. Hay que darle tiempo. Lo que complica la situación es que va a haber una elección muy pronto y está peleando contra dos enemigos bien organizados. El narcotráfico y la fuerza política del ex presidente Correa. Tiene un enemigo muy fuerte pero ha tomado varias acciones contundentes para poder tomar las riendas del país.
-¿Cree que la comunidad internacional debería actual de otra forma ante este conflicto?
-La comunidad internacional en general, y los Estados Unidos en particular, deben actuar de otra manera. Estados Unidos es el líder de la región y tiene que mosttar liderazgo. Me encantaría ver una política exterior de Estados Unidos que ponga a América Latina en el mapa. Es un tema de seguridad para el propio Estados Unidos, y no lo está viendo. Sería muy provechoso tender un especie de “plan Colombia“, pero para toda América Latina, para ayudar al fortalecimiento de las instituciones de América Latina y que la inmigración ilegal no llegue a Estados Unidos. La mejor forma de hacerlo es fortaleciendo las democracias y las economías del continente, para que la gente se quede y no migre de manera ilegal para Estados Unidos. Se convierte en un tema de seguridad nacional para nuestro país y un tema económico y migratorio que afecta a los Estados Unidos. Me encataría ver una política coherentre hacia América Latina pero no se ve. Se está ignorando a la región. Y en los pocos casos en que hay cierta atención, es para premiar a los régimenes más antiamericanos y antidemocráticos, como es el caso de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
-¿Cómo impacta el drama de la migración ilegal en la región?
-El tema de la migración ilegal se ha convertido en una verdadera crisis para Estados Unidos. Es un gran problema la manera en que están llegando por miles al día a la frontera sur. Antes llegaban principalmente de México, ahora llegan de todas partes del mundo.Si entra un sólo terrorista al país, ya es un peligro para la seguridad nacional de los Estados Unidos. No hay control. La política actual de la administración es bastante cruel. Se dice que cuando Trump hablaba del tema, lo hacia de una manera muy fuerte. Pero la verdadera política inhumana y cruel es la actual porque se está mandando un mensaje a estos inmigrantes ilegales para que vengan a Estados Unidos, porque la frontera está prácticamente abierta. El mensaje que se está enviando es que los Estados Unidos le da la bienvenida a todos los inmigrantes. Ese mensaje incentiva al inmigrante ilegal a cruzar un camino extremadamente peligroso pensando que no va a haber consecuencias. Es cruel para esta gente que arriesga su vida para cruzar muchas fronteras para llegar a Estados Unidos. Y eso se puede solucionar con herramientas ejecutivas para frenar el flugo migratorio ilegal. Nunca se va a poder frenar a cero, pero se puede reducir como vimos durante la administración del presidente Trump.
-Venezuela y Cuba le abrieron la puerta a Rusia y China a Latinoamerica. ¿Cómo se pueden contrarrestar esas influencias?
-Ese es el mayor peligro que enfrenta América Latina. El verdadero peligro no son los chinos en sí, sino el gobierno comunista de China. Casi toda la América Latina le abrió la puerta a China. Hoy día China es el socio comercial número uno de la gran mayoría de los países latinoamericanos y el socio comercial número dos de la región sólo porque el comercio de Estados Unidos y México es enorme. Si quitas eso, China es el socio comercial número uno de América Latina. Eso lo han hecho gobiernos de izquierda y de derecha, que ven que vienen inversiones de China y presentan propuestas que suenan muy lindas, pero que en realidad son “cuentos chinos”. A mediano y largo plazo presentan un gran peligro para la región. Los chinos vienen y empiezan a construir proyectos de insfrastructura en zonas claves para tener acceso a aeropuertos, puertos, puentes, insfrastructura de comunicación y tecnología, para poder controlar el comercio. Ahí los Estados Unidos tiene mucha culpa porque ha dejado un vacío en la región. Y ese vacío lo ocupó el partido comunista chino. Estados Unidos tiene que presentar propuestas para ser una opción viable. Tiene que poner la región en el mapa y motivar a inversores norteamericanos a que vuelvan a invertir en América Latina.
-¿Cómo visualiza la política exterior de Milei, su relación con Colombia y Brasil, que es tensa?
-La situación en Argentina es verdaderamente compleja. Cómo se explica que uno de los países más ricos del mundo, a principios del siglo pasado, pase a ser uno de los más pobres de América Latina. Yo creo que la respuesta es muy clara: Gobiernos populistas que han implementado políticas públicas muy malas. Para resolver eso hace falta un líderazgo diferente que implemente buenas políticas públicas con fuerza y determinación. Y eso es lo que está haciendo el Presidente. Milei tiene un rumbo muy claro y sabe a dónde quiere llevar al país. Le está dando importancia nuevamente al sector privado, a la economía de libre mercado, porque la gran mayoría de los gobiernos anteriores no han dado resultado. Y para poder cambiar ese rumbo y cambiar las cosas en forma radical, hay que hacer las cosas de una manera radical, que es lo que está haciendo. Me gusta que no hay acciones tibias. Hay acciones fuertes. Y eso es consistente con cosas que se trató de hacer en otros países, como Brasil y Estados Unidos. Lo que le complica la situación es que no tiene un partido que le facilite los votos necesarios para aprobar lo que tiene que ser aprobado en el Congreso o una mayoría en los gobernadores para reforzar su proyecto a nivel provincial. La clave va a ser cómo puede atraer el apoyo de la clase política, que si bien ha sido culpable de los problemas del país, necesitas de su ayuda para cambiar el rumbo del país. La tiene doblemente complicada. Tiene que tomar decisiones complicadas y necesita una estructura para poder implementarlas. Milei es una esperanza para el resto de la América Latina y si su proyecto funciona va a tener un impacto muy fuerte en el continente porque determinará que las ideas del libre mercado y la libertad funcionan. Y si funcionan, se va a expandir por toda América Latina. Toda la esperanza del continente está en Argentina en este momento.