Los gobiernos y los expertos sobre el terrorismo se preguntan por qué la mitad del reclutamiento de un grupo de la ISIS se busca en el país de Asia Central Tayikistán. La madre de uno de los sospechosos del sangriento ataque que tomó lugar cerca de Moscú el mes pasado, y que mató a 145 personas, se preguntaba lo mismo.
Mientras lloraba, la madre se preguntaba cómo su hijo pasó de vivir en las calles de los pueblos en Tayikistán a encontrarse en un juzgado ruso, acusado de un ataque terrorista. Aun cuando su hijo había pasado cinco años en una prisión de adolescente, ella explicó que él nunca había demostrado rasgos violentos extremos.
“Necesitamos entender quién está reclutando a jóvenes tayikos, ¿Por qué quieren considerarnos como una nación de terroristas?” dijo la madre, Muyassar Zargarova.
Según dijeron los expertos, los seguidores tayikos del Estado Islámico han asumido papeles cada vez más destacados en una serie de ataques terroristas recientes. Sólo durante el último año, estos han estado involucrados en ataques en Rusia, Irán y Turquía, y también en complots frustrados en Europa. Se cree que ISIS-K tiene varios miles de soldados, y los tayikos constituyen más de la mitad, dijeron los expertos.
“Se han convertido en clave para la campaña de ISKP enfocada en el exterior mientras busca ganar atención y más reclutas”, dijo el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Texas A&M que se especializa en Rusia, Tayikistán y el terrorismo, Edward Lemon.
Tayikistán es una república ex soviética cada vez más autoritaria, y se encuentra entre los países más pobres del mundo. Ambas situaciones alimentan el descontento de los tayikos y lleva a millones de trabajadores a migrar en búsqueda de una mejor vida en el extranjero. El país cuenta con 10 millones de habitantes, y la mayoría de los trabajadores, más de dos millones, busca empleo en el exterior.
Datos oficiales confirman que alrededor de 1,3 millones de trabajadores tayikos se encuentran en Rusia, además de los cientos de miles que trabajan allí ilegalmente. Los inmigrantes en el país sufren una discriminación rampante, bajos salarios y aislamiento. Estas condiciones los convierten en blancos vulnerables para los reclutadores yihadistas.
ISIS-K mantiene una gran operación de medios en árabe, inglés, ruso, entre otros idiomas, y el reclutamiento de los soldados de infantería se centra en línea. Rusia es un objetivo frecuente.
Un especialista en contraterrorismo del Instituto de Paz de Estados Unidos en Washington, Asfandyar Mir, destacó un video que buscaba incitar a los trabajadores migrantes tayikos en Rusia como un ejemplo de sus convocatorias. En este, un comandante que fue asesinado, usando el nombre de guerra Furkan Falistini, les habla directamente a los trabajadores: “Cuando la policía rusa te ve en las calles, los tayikos esconden los ojos, esperando que la policía no los vea (...) Deberías mirarlos para que te tengan miedo. Empiezas a matarlos y Dios remediará tus miedos”.
Una revista en idioma tayiko fue lanzada por ISIS-K cuatro días después de que se hayan acusado a cuatro trabajadores migrantes de Tayikistán del ataque en la sala de conciertos. La revista, llamada “La Voz de Khorasan”, no solo subrayaba las crecientes aspiraciones del grupo, además mencionaba la prolongada hostilidad del Estado Islámico hacia Rusia. La historia principal arremetía contra el gobierno de mano dura de 30 años del presidente de Tayikistán Emomali Rahmon, según informó Lucas Webber, un investigador que rastrea la presencia del Estado Islámico en línea.
El artículo decía: “Rahmonov el Diablo fue el primero en empezar a erradicar el Islam bajo el pretexto de ser musulmán”. El Estado Islámico utiliza el antiguo apellido del presidente, sobre todo para resaltar sus estrechos vínculos con el presidente ruso Vladimir V. Putin.
Luego de que los acusados del ataque en las afueras de Moscú aparecieran en un tribunal ruso con heridas de una aparente tortura, se vio un cartel en línea que decía: “La transmisión de vídeos de prisioneros torturados por usted ha aumentado la sed de miles de hermanos por su sangre”. Otra publicación mostraba lo que parecía ser un hombre con uniforme militar mirando pantallas de televisión que mostraban Londres, París, Roma y Madrid. “Después de Moscú… ¡¿Quién será el próximo?!”, decía el texto en inglés.
Tayikistán sigue sufriendo las réplicas que dejó la cruel guerra civil que padeció, iniciada en 1992 y prolongada por cinco años, después de que se independizara de la Unión Soviética. Rahmon, quien asumió su presidencia en 1994, firmó un acuerdo de paz con la oposición que garantizaba la representación.
En un principio, se permitieron algunas críticas a la corrupción y el nepotismo del gobierno, y el Partido del Renacimiento Islámico ocupó un par de asientos en el Parlamento. Pero cuando el partido fue declarado organización terrorista, figuras de la oposición fueron asesinadas, encarceladas o exiliadas. Actualmente, Tayikistán tiene al menos 1.000 prisioneros políticos, según Kabiri, el líder del partido en el exilio.
El presidente de Tayikistán y Putin comparten impulsos autocráticos. El Kremlin ha apuntalado durante mucho tiempo el gobierno de Rahmon al estacionar unos 7.000 soldados en Tayikistán, un despliegue grande poco común fuera de Rusia.
Steve Swerdlow, profesor de ciencias internacionales y Relaciones Exteriores en la Universidad del Sur de California y un veterano investigador de derechos humanos en Asia Central, dijo que cuanto más vincula ISIS a Rahmon con Putin, “cuanto más parece que se está enganchando a Rusia, menos legítimo parece su régimen y más probabilidades hay de que aumente su popularidad entre los tayikos”.
Dada la violencia fomentada por los yihadistas en todo el mundo, el gobierno de Tayikistán tiene motivos para preocuparse, explicó Swerdlow. Pero las medidas duras pueden alimentar el mismo extremismo que pretenden frenar.
Rahmon le adjudica la culpa del extremismo únicamente a influencias externas. En un discurso el mes pasado, dijo que los tayikos disfrutaban de libertad de religión, mientras que las ideas radicales se originaban en escuelas religiosas “dudosas” en el extranjero o en servicios de inteligencia extranjeros. “Estas acciones fueron tramadas por grupos maliciosos y servicios especiales de algunos países, y se aprovechan de la falta de educación, la inexperiencia y la ignorancia de algunos de nuestros jóvenes”, dijo el presidente.
Después del ataque terrorista en las afueras de Moscú, Rusia inauguró amplias expulsiones.
En Tayikistán, las madres de tres sospechosos enumeraron los problemas que normalmente enfrentaban sus hijos en Rusia: salarios demasiado bajos para pagar el alquiler o los permisos necesarios para conducir un taxi, por ejemplo.
“Que respondan quién compró las armas y quién les dio el equipo”, dijo Zargarova. “Mi hijo no tenía dinero para un arma”.
(Con información de The New York Times)