Kari Lake es la candidata republicana de Arizona y una de las principales aliadas de Donald Trump. Fue el domingo que la dirigente conservadora les advirtió a sus seguidores que se acercaban tiempos intensos previo a las elecciones, es por eso que instó a su audiencia a que se arme, colocándose una Glock en la cintura, refiriéndose a una marca de arma de fuego.
La fiel seguidora del ex Presidente se ha postulado como candidata republicana al Senado en Washington por Arizona. En un mitin en Lake Havasu City dijo: “Los próximos seis meses serán intensos (...) Vamos a ponernos el cinturón de seguridad. Vamos a ponernos el casco, o tu gorra de béisbol de Kari Lake. Nos vamos a vestir con la armadura de Dios. Y tal vez nos coloquemos un Glock a nuestro lado, sólo por si acaso”.
Mientras que la multitud rugía en aprobación de sus palabras, la republicana agregaba: “Puedes poner una aquí”, señalando el costado de su cadera, “y una atrás u otra adelante. Lo que ustedes decidan. Porque no vamos a ser víctimas del crimen. No nos van a quitar nuestra Segunda Enmienda. Ciertamente no vamos a permitir que estos tiranos nos quiten nuestra Primera Enmienda”.
Se le preguntó el martes a Alex Nicoll, un representante de la campaña, sobre los comentarios de Lake, y contestó: “Kari Lake está hablando claramente del derecho de la Segunda Enmienda que tienen los ciudadanos de Arizona a defenderse”.
Esta no ha sido la primera oportunidad que la partidaria de Trump ha insinuado un conflicto armado con sus seguidores. El año pasado, dijo: “Si quieres llegar al presidente Trump, tendrás que pasar por mí y tendrás que pasar por 75 millones de estadounidenses como yo. Y les voy a decir que la mayoría de nosotros somos miembros con tarjeta de la NRA”, haciendo referencia a la Asociación Nacional del Rifle. Y añadió: “Eso no es una amenaza, es un anuncio de servicio público”.
La violencia con armas de fuego omnipresente en Estados Unidos ha dejado pocos lugares ilesos a lo largo de las décadas. Aun así, muchos estadounidenses consideran sacrosanto el derecho a portar armas, consagrado en la Constitución de Estados Unidos. Por el otro lado, los críticos de la Segunda Enmienda dicen que ese derecho amenaza a otro: el derecho a la vida.
Es única la relación de Estados Unidos con la posesión de armas, y su cultura armamentística es un caso singular en el mundo. Hay 120 armas de fuego por cada 100 estadounidenses, según la organización suiza Small Arms Survey (SAS). Ninguna otra nación tiene más armas civiles que personas.
The Guardian interpretó un estudio y encontró sus resultados alarmantes. Este se realizó a casi 13.000 estadounidenses, procedentes de todo Estados Unidos y ponderados según su demografía, que proporcionó pruebas de la apertura de ciertos tipos de propietarios de armas a la idea de la violencia como acto político.
Los investigadores encontraron que el riesgo de comportamiento violento aumentó dramáticamente en ciertos subconjuntos de propietarios de armas.
En particular, los estadounidenses que compraron sus armas desde los disturbios de Covid en 2020 y aquellos que a menudo o siempre portan armas en público expresaron altos niveles de susceptibilidad a la violencia política. Una tendencia similar, aunque menos marcada, fue visible entre los propietarios de rifles de asalto del tipo que se utilizan con frecuencia en los tiroteos masivos.
Las compras de armas se han disparado desde el inicio de la pandemia. El año pasado, Estados Unidos sufrió un número récord de tiroteos masivos.
(Con información de The New York Times y The Guardian)